Velocidad Cuchara: Voz y nuevas funciones para cocinar: ¿La Thermomix® que viene?

Rosa Ardá Rosa Ardá 3/17/23 - Episode Page - 25m - PDF Transcript

Hoy salimos a la calle y preguntamos, ¿conoces alguna presentadora de Thermomix?

Si, si yo tengo la Thermomix desde hace 20 años y la presentadora, estoy encantada con ella.

La Thermomix es genial.

Oye, me dejas que te haga una preguntita.

Claro, claro.

¿Conoces alguna presentadora o agente comercial de Thermomix?

Eh, si, de hecho mi sobrina.

Anda, ¿dónde?

De Derife, somos del sur.

¿Presentadora? No, lo siento.

Yo tengo uno en Australia.

Un Thermomix, pero no conozco a ninguna persona.

¿Y en Australia, os dejo que utiliza mucho?

¿Usa receta solo australiana o usa recetas españolas?

De las dos.

¿Y cuál le gusta más?

El pisto.

Lo hago, lo hago siempre.

En este episodio, las presentadoras.

Estás en velocidad cuchara.

Charlamos con Maricel Miramontes, Javier Vega y Concha Sierra.

Las tres llevan años con el robota Cuestas.

Ellas conocen todos los secretos de Thermomix.

Os aseguro que lo suyo es pasión por la máquina,

pero la conversación parte de la pregunta que muchas os hacéis.

¿Se puede vivir de vender Thermomix?

Yo vivir, vivir tengo un sueldo decente,

pero eso ha sido a lo largo de los años de entrada.

Pues yo creo que tienes que tener un apoyo detrás.

Luego más adelante, si tú sabes trabajar bien

y tú tienes a tus clientes contentos, puedes vivir de ello.

Voy a incluir en esta conversación a dos personas.

Una está en Acoruña, Maricel Miramontes.

Hola, ¿qué tal?

¿Cómo está el rosa y Concha?

Y en Barcelona tenemos a Javier Vega, mi máquina diabólica.

¿Qué tal, rosa?

Bueno, saluditos, Maricel, Concha.

Hola, Maricel, ¿cómo contactas tú con la máquina?

Pues yo empecé viendo una demostración en casa de una amiga.

Me encantó, pero me echó un poquito para atrás el precio.

Y entonces llegué a casa con la receta vista

hecha con su temperatura al batir y demás.

Y dije, esto lo hago yo con un cazo.

Y me pongo a batir el cazo al baño María,

porque yo sé que aquello no tenía,

era como comparar el tocino y la velocidad, nada que ver.

Y en Navidad llegó el termo de mi casa,

pero hasta ahí soy cliente simplemente, ¿no?

Y en una clase, sabéis que tenemos siempre talleres gratuitos

y ya había salido el TM31.

Entonces pregunté si había un plan renove

y la cefa de ventas, entonces Pilar muy inteligentemente me dijo,

yo te voy a hacer un plan renove para ti.

Y así empecé.

¿Y tú, Javier?

Pues mira, en 2007, una amiga de mi mujer

pues vino a casa a hacernos una demostración

y yo estaba en la esquina mirando así de brazos cruzados.

Realmente yo era el que ponía objeciones,

el que decía, pues esto a mí no me gusta,

se marchó esta chica y a mi mujer le dijo,

mira yo mil euros no me gasto en un cachado.

Llevaron navidades y en televisión había un programa

que lo hacía, ¿cómo se llamaba esta mujer?

¿Tereza Verachina?

La directora.

Ahí está, que era la directora de ventas entonces

y empecé a decirlo, eso es imposible que lo hagan con la máquina.

Bueno, me llamó tanto la atención que dije,

en navidades va a tirar para adelante,

pasé de ser la persona que no quería evidentemente

a después de probarla a volverme un fanático.

Concha.

Bueno, pues yo fui a la delegación de Magadan

de la recién abierta porque se me había estropeado la termomis

por mi culpa, ¿vale?

No fue culpa de termomis, a mí yo puse unas patatas a cocer,

se me secó el vaso porque las puse más tiempo

y me quedé sin agua.

Bueno, pues se me estropeó y el día 8 de marzo

hará 18 años que estoy en la compañía.

Tuve la 21, ocho años y cuando vi la 31 digo, la quiero.

Y me dijo lo mismo, la jefa de ventas,

ven que te voy a contar cómo, empecé a ganármela,

que yo pensaba venderé una o dos y ya está.

Bueno, pues me la gané, que entonces eran seis ventas

en tres meses.

Eso iba a decir yo, iba a juntar, bastante más difícil.

Sí, ahora es muy fácil.

Y no había ni internet ni WhatsApp ni nada.

Efectivamente, efectivamente.

A ver, es un trabajo, ¿no? Al final es un trabajo.

Sí, sí, sí. Se convierte en trabajo, perdona,

se convierte en trabajo cuando no disfrutas.

Yo ahora yo me lo paso genial haciendo demostraciones,

paso genial visitando clientes,

me lo paso genial haciendo clases.

Pero Javier, hay que coger el coche,

hay que gastar dinero en gasolina, tiempo, dar una explicación,

¿que te la compren o no? Quiero decir que no siempre

todo será una visita a una venta, es complicado.

Una visita costumbrase siempre una posta caballó ganador

porque es que el que te llama para ver la máquinas

porque tiene y aún las ganas de tenerlas.

Y lo único que tenemos que coger es la objeción.

El marido.

El marido.

Tú tienes a lo mejor el rollo ganado

porque le hablas de fútbol,

empezáis ahí con vuestras cositas y tal.

No, que a veces es la mujer ya, ¿eh?

No, era una broma.

Iba a decir que todo depende,

cuando ya tenemos una red de clientes

resulta mucho más sencillo.

Vender, claro, porque esto es como eso,

una web, una tela de araña, ¿no?

Tenemos, ah, pues fulanita, que está tan contenta

y si lo contó a su amiga, o sea, normalmente haces

proselitismo entre los amigos o ellos entre sí mismos lo hacen

y a ti te llegan, te van salpicando todas esas ventas.

¿Qué pasa? Que eso tiene un fin.

Entonces necesitas atacar,

con el buen sentido, a otra gente,

a gente que no conoce,

a gente que no tiene termomís

ni conocidos que lo tengan, bueno,

oyeron a hablar, tú le empiezas a contar tus cosas

y intentas hacer una demostración.

Y en la demostración es probable, probable,

si la haces bien y demás,

que entre y que quiera,

pero muchas veces vas a,

haces demostración, pasas tu tiempo y tal

y no sale nada, no siempre,

el ratio no es 1-1,

el ratio puede ser 3 o 4 o 5 o 1,

pero siempre haces una semilla que quizás...

Eso no cabe duda, ya voy a llamar dónde.

Pero a lo mejor ya ni estás en el mundo, no sé si...

¿Qué pensáis que va a tener la nueva termomix?

Sé que a vosotros nos dicen cuándo va a salir

para que no aviseis a nadie,

pero ¿qué os gustaría que tuviese la termomix nueva

que vaya a llegar en un futuro?

Bueno, voz.

Y que puedan acceder los invidentes.

Muy bien.

¿Las personas invidentes se han quedado fuera?

Yo creo que el TM6 podría hacer...

Yo creo, no sé, el problema táctil de una persona invidente

que tiene que tocar una pantalla y no sabe dónde,

bueno, tenemos un bluetooth, tenemos aplicaciones,

pienso que los desarrolladores de software

que están vinculados a termomix podrían,

bueno, en un futuro hacer algo.

Yo quería al respecto que, efectivamente,

todos estamos muy sensibilizados con el tema de los invidentes

que sí podían usar el TM31 perfectamente,

pero ahora en los modelos digitales no.

El problema es que nosotros en España

tenemos una conciencia muy grande al respecto

y en otros países no.

Esto fue una pregunta que le lanzamos al director general

y la respuesta fue esa,

que en Alemania y Francia, por ejemplo,

que son, digamos, la base, ¿no?,

o Alemania donde se desarrolla el producto,

no existe esa sensibilidad respecto a las personas invidentes,

no existe.

Bueno, pues el mundo es así, claro,

y entonces esa que es una preocupación para nosotros,

pues allí no existe.

Ese es el problema de base.

Pero yo lo que sí estoy de acuerdo con Javier

es que yo creo que TM6 va a evolucionar

y no hace falta un nuevo termomis,

que por ahí siempre hay los gurús vivientes

que sacan la bola y dicen,

¿qué tendrá el nuevo TM7, el TM78,

que sea?

Y la realidad es que sigue teniendo tanto campo de expansión.

Bueno, aparte de esto, yo soy informática.

Entonces, es mi trabajo de verdad,

es el que, aunque concha dice que de esto no se puede vivir,

se puede vivir con poca dedicación,

ya te digo yo que se puede vivir muy bien,

pero mi otro trabajo es el que me da de verdad...

La estabilidad.

Claro.

Entonces, a día de hoy,

todo lo que se puede actualizar,

igual que actualizamos el teléfono

y metemos cosas, esta máquina está súper preparada.

Si a nivel mecánico no hay que hacerle ningún cambio,

pues, por ejemplo, si ya sabemos que tiene un altavoz

porque pita, luego podría decirnos las instrucciones,

dale ahora al botón qué quieres, el 3 o el 4.

Pues el 3, venga, y le doy velocidad 3 o lo que sea,

eso sería viable, digamos,

y seguro que hay 120 ingenieros pensándolo,

con lo cual en algún momento sí que podrá ser.

Entonces, yo creo que no hay un TM7 a la vuelta de la esquina.

Esto tiene todavía un potencial muy, muy, muy grande.

Hay muchos huecos en la pantalla de modus

para seguir metiendo cosas.

Chicos, si ha vendido, lo decíamos antes,

muchísimos la pandemia.

Queda alguien en España, que es un país donde se vende

y se tiene muchísima termomis,

queda alguien que todavía no la tenga?

El campo está lleno de flores.

Una buena definición.

Y de huecos donde pueden salir más, ¿no?

Sí.

Porque la realidad es que hemos, hace poco,

apareció, bueno, apareció, se ha llevado su premio,

el cliente número 3 millones, 3 millones.

No está mal, qué barbaridad.

No está mal.

Pero hay mucha diferencia a nivel geográfico,

en cuanto a ventas.

Hay provincias donde hay una penetración muy grande,

pues de un 20 pico por ciento,

que eso significa que de cada 100 hogares

20 pico tienen termomis.

Y hay otras provincias en las que a lo mejor

están tornados 7 o 8.

Luego el campo todavía puede florecer mucho más.

Y a veces a mí me pasa y no sería vosotros

con Xavier, que hablas con gente

y que no saben ni siquiera lo que es.

Termomix, hay mucha gente.

Y digo, a día de hoy te parece, dices, ¿tú cómo?

Pero eso qué es, una cazuela, que es una pota.

¿Qué es eso, no?

Y te llama la atención.

Ahí, efectivamente,

hay mucho campo también para sembrar.

A veces es un poco más complicado,

porque es mucho más fácil para nosotros

cuando ya la gente conoce y desea.

Para nosotros el deseo es lo más importante

y es lo que tenemos que intentar sugerir, ¿no?

Porque pensáis que hay esos porcentajes de diferencia

entre comunidades autónomas.

No sé, ¿hace alusión a una España despoblada

o no tiene nada que ver?

No te sabría decir.

Yo tampoco.

Yo creo que a veces tiene que ver,

sí, con el poder adquisitivo,

lógicamente, puede tener que ver

con la necesidad del trabajo.

Pero os voy a poner dos ejemplos,

que son números que me constan.

Cádiz, que es una provincia maravillosa, por supuesto,

pero que al mismo tiempo, a nivel trabajo y demás...

Tiene mucho paro, ¿no?

Tiene mucho paro y demás.

Tiene una penetración de entorno un 20 tantos por ciento.

Coruña, que es, bueno,

una ciudad turística también,

posicionada bien económicamente

gracias a Indités también y todas estas cosas,

pues no llega al diez.

Le mandamos aquí un saludo a Mancio Ortega

por si nos quiere promocionar el podcast,

que estamos disponibles.

Se lo daré de tu parte.

Javier.

La objeción más grande que se pone siempre

en la hora de la máquina es el precio.

1.399 euros, 1.400 euros redondeando.

La gente lo piensa de golpe.

No piensa en si esta máquina le va a ayudar.

Evidentemente, nuestra misión es hacer una demostración.

Y en esa demostración hacerles ver

que van a ahorrar en la cesta de la compra

lo suficiente, lo suficiente.

Y eso es que está demostrado.

Está totalmente demostrado.

Vas a ahorrar en la cesta de la compra lo suficiente

para que en caso en que dijeras,

lo voy a financiar al máximo.

Pagar es esa cuota y encima ahorrar dinero.

Aunque pagues intereses, cierto,

para mí es que es un imprescindible en casa.

Yo muchas veces, solo digo a mis clientes,

digo, mira, si a mí se me rompe el lava a platos

y la termomís y no me puedo comprar las dos cosas,

el lava a platos no me lo compró.

Me compró la termomís, de verdad.

Y nosotros ahora solo somos dos en casa.

¿Vale?

Bueno, mi suegra.

No te rías.

¿Cómo os identificáis vosotros en este mundo termomixero

que algunos tildan de la secta?

Me hace mucha gracia eso.

Bueno, la secta porque antes estaba la TM5

y ahora está la TM6, que es la secta.

No, no.

Sé que es verdad que la persona que adquiere

un robot de cocina termomix

le cambia la vida en el aspecto vulnerario.

Dice, tú vas a un cumpleaños y dices,

mira, por otro día en casa,

dice, ah, yo también la tengo

y se hace un grupito en el cual hablan todo el día

mientras los niños están jugando el cumpleaños

de qué es lo que hacen y qué es lo que dejan de hacer.

Y sí que es verdad que cuando alguien

identifica a otra persona que la tienen,

la conversación sale automáticamente.

No hay otros productos.

Tú no te compras una lavadora de tal marca

y dices, tengo otra marca de lavadora

y te pones a hablar de la lavadora,

ni del cipillo que aspira al suelo ni nada.

Solamente hay un producto que lo hacen

y es el termomix.

Cierto.

Mi lema, cuando alguien no conoce de nada

termomix, es decir, si no tienes uno,

nunca lo entenderás.

Sí, bueno, lo de secta en parte,

sí, un poco en la parte del cliente,

como comenta Javier, pero yo quiero

un poco pensar en la parte nuestra

como trabajadoras.

Concha se va el martes a Cancún

y no os podéis imaginar lo que es eso.

O sea, eso hay que vivirlo.

Yo, por suerte, he viajado mucho

por mi otro trabajo también y por placer.

Conozco muchísimos sitios

y he repetido viajes

con Forbert,

que ya había hecho por mi cuenta.

Maravillosos los míos, con mi familia y demás,

pero es que esto es otra historia.

Yo también.

Esto el que no quiera trabajar

y solo quiera viajar,

que venga a termomis a viajar,

porque es la bomba.

O sea, no os podéis ni imaginar.

Esto es, llegamos a Roma, por ejemplo,

tenemos audiencia en el Vaticano,

vamos a verlos en la capilla sistina,

por una puerta donde no tenemos que esperar,

vamos a cenar a un sitio

donde nunca podrías ir.

En un aeropuerto nacional.

En un aeropuerto nacional.

Os canto Robbie Williams.

Cuidado, ¿eh?

Cuidado, ¿eh?

Sí, sí, bueno, pues ese tipo de cosas,

de hecho, en esto colmo,

por ejemplo, cenamos en el ayuntamiento

donde se dan los premios Nobel.

O sea, hemos cenado

donde a lo mejor estuvo sentado un premio Nobel.

Es muy exclusivo,

cosas muy interesantes

y eso es lo que nos da el subido.

Y eso es lo que yo creo que hace que seamos un poco secta

en la parte trabajadora.

Y llegamos

a la mejor parte, a las anécdotas.

¿Qué cosas os pueden llegar a pasar

en una demostración?

Una vez tuve que ir a ver a un cliente

que me dieron,

que no había contactado yo con él,

me lo pasaron y

llego, me abre la puerta

a un señor, yo eran mis comienzos,

me abre la puerta a un señor

y yo me quedo así, digo,

y pasamos a la cocina

y solo estaba él.

Y yo, pues,

empezamos la demostración,

que era con la limonada,

el sorbete, la lasaña

y empezamos y yo.

Y vive solo,

no sé cómo se lo pregunté

muy sutilmente,

no, si mi mujer está ahí viendo la tele,

la mujer estaba viendo el salvameo,

un voltomate,

no sé qué programa de aquellos,

total que

ya me quedé yo más tranquilo.

Y entonces digo, pero mira,

quiero que por lo menos que vea esto,

que vea la limonada, que vea el sorbete,

que vea y por fin la llego.

Y la señora, era una cocina larga y estrecha,

la señora se apoya

en la pared, me mira

pero vamos, sin ningún interés

y

cuando acabó y con la limonada,

dice, bueno, me voy a ver la tele

y se fue

y me dejó allí con él, yo primero tenía un miedo

porque digo, ¿dónde me estoy metiendo?

Porque este temor a veces lo tenemos,

si no conocemos

a la persona a la que

vamos a hacer esa demo.

Pero en ese momento, y yo cuando salí de aquella casa

digo, va, este señor

ni me la va a comprar,

ni nada si la mujer no tiene ningún interés,

el señor era ingeniero,

y

a los pocos días le llamo, digo, bueno,

¿qué te pareció?

Y me la compró, yo me sorprendí muchísimo

y además, os digo que eran

mis comienzos, que yo era

vamos, una pipiola.

Totalmente, o sea, yo decía,

esto no sé ni cómo lo vendo, o sea,

te lo juro, y menos así,

sabes, pero...

Bueno, yo, sobre todo,

disinizio la primera demostración,

yo recuerdo que llegué súper nervioso

con la máquina a hacer

aquel famoso, la famosa receta

de la crema de verduras con el pollo

y la salsa suprema.

Que la conté me cinco.

Y la chica me afinalicé, mira, te ayudo

a hacer rayó porque te veo súper nervioso.

No daba miedo, mona.

Bueno, y la más surrealista

de todas, es una

clienta que me llamaba y dice, mira, tengo una amiga

que no sabe utilizar su máquina, te doy su teléfono,

te amo, sí, sí, es que no tengo ni idea,

me acababa de hacer.

Y cuando llego allí, era un robot

de otra marca.

Me quedan, y la persona

que te la ha vendido,

pues será quien...

Acabes reclutándoles, se gano su máquina

y la otra no tiene su armario.

Maricel.

La verdad, no me han pasado así cosas

muy extrañas,

la más significativa, quizás,

que una clienta mía

de TM31 me llamó para decirme

que querían tres compañeras

suyas de trabajo comprar el TM5

que acababa de salir.

Y claro, yo todavía ni siquiera

había visto un TM5 en real.

Voy ya

con las tres ventas metidas

debajo del brazo a la delegación y digo, quiero

reclutarme, que quiero ganar un TM5.

Me recluto,

voy...

Dejan las máquinas a la casa y yo voy a hacerle

la entrega, pero yo no la había usado todavía.

Y entonces,

no encontraba el botón del

turbo.

Estaba para hacer, claro, yo

no lo sabía.

Y bueno, hasta que buscando

por allí, como era variaba, claro,

pasábamos de tener una máquina analógica

con muchos botoncitos a una digital

con una pantallita y tal.

Más o menos, pero me faltaba el turbo

que no lo encontraba.

Javier, tengo que hacerte una pregunta

porque yo sé que, no sé,

el 99,9%

de las presentadoras son eso, mujeres,

¿no? ¿Qué haces tú

en un sitio como este?

A veces me lo pregunto, yo, cuando tenemos

la reunión de comerciales, digo, madre,

¿y a dónde me he metido?

Bueno, no, y cada vez hay

más hombres

que disfrutan cocinando con esta máquina

y que después de ganársela

o de ganársela en su entorno

deciden

continuar

con nosotros. Y ya os digo

que cada vez hay más,

poquitos, somos poquitos, somos

una gran minoría, todavía.

A mí me dais mucho miedo porque

antiguamente

esto era un trabajo

accesorio para más de casa que no tenían

una profesión

y que ya, bueno, ya habían creado los niños

o lo que fuera, iban a la delegación,

se tomaban su cafecito y, bueno, vendían algo

que ahí, concha, es lo que un poco

lo que comentaba antes y se puede vivir o no.

Pero a día de hoy,

o sea, para mí, precisamente

lo que me empujó a quedarme en el 2014

fue ver el cambio a nivel

laboral, a nivel profesional

que había tenido la casa.

La compañía en el 2007

era como, bueno, pasábamos

de ser una empresita como, bueno,

pues eso, muy de andar por casa, tomamos un cafecito,

mangoneaban allí cuatro señoras

en la delegación

y a raíz de que van pasando estas cosas,

a raíz de la pandemia también

hemos visto un cambio muy grande

en profesionalización y demás.

Entonces,

cuando entren estos señores

ni se les ocurriría venir a trabajar

a esta empresa de señoras

porque era por eso presentadoras,

todas éramos femeninas

van a entrar

a morir.

Y vemos que los hombres que hay

que se dedican full-time

a vender termomis,

funcionan fenomenal, lógicamente.

Y a veces, sabéis que la sociedad,

que éramos que no, hay esos micromachismos

en los que consideran que un hombre

es más fiable

a la hora de vender, es más...

Bueno,

desgraciadamente sigue siendo así.

Sí, sí.

Y, por supuesto,

muchísimos clientes hombres, como el señor

ingeniero de Consa o...

Sí, sí, muchos, cada vez más.

Cada vez más, afortunadamente

las parejas se comparten

también esta función

de cocinar y demás.

Consa, ¿qué opinas tú

del ingreso de hombres

a termomis?

Pues yo opino que está muy bien porque,

como han dicho mis compañeros,

efectivamente

cada vez cocina más los hombres.

Yo tengo dos hijos y los dos cocinan

antes que...

antes que las chicas, antes que mis nueras, ¿vale?

Y es verdad que...

A ver, como ha dicho

me parece que Maricel,

que hay...

que es como más serio, yo no entiendo

que sea más serio, porque

igualmente también habrá gente

que prefiere que entremos una mujer en su casa

porque todavía la hay.

Entonces yo creo que no pasa nada

y que está genial que ahora

los chicos también entren en las casas

y tengan este trabajo y se dediquen

a esto porque

porque tenemos que

subir la igualdad.

El día que no hablemos sobre este...

sobre esta disfunción será el día

que esté todo normalizado

y tenemos que luchar para

y para ello.

Quiero daros las gracias a los tres

por este ratito de charla.

Estoy segura de que en algún momento

volveremos con otra pozca

porque nos han quedado muchas cosas por hablar.

Gracias a Concha Sierra,

mi presentadora desde hace un montón de años

que la quiero muchísimo,

Maricel Miramontes, eres un solete

nos veremos,

Javier Vega, mi máquina diabólica

gracias de verdad por conectaros

hoy conmigo

espero que os ganéis muchas termomises

y que deís en alguna de estas quedadas

de Forber

y lo disfrutéis muchísimo

y me mandéis esa foto los tres juntos.

¡Gracias!

¡Gracias a vos!

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Charlamos con tres presentadoras de Thermomix®: Maricel Miramontes, Concha Sierra y Javier Vega. Nos preguntamos si se puede vivir de la venta del robot y qué novedades podría incorporar en las nuevas actualizaciones. ¿Saldrá pronto un nuevo modelo?

Maricel, Concha y Javier nos cuentan las anécdotas más divertidas que se han encontrado durante todos estos años y los cambios que se han producido en la organización. 

Os dejo el enlace al post completo de este episodio grabado en casa de Concha, mi presentadora y amiga desde hace muchos años.  

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