Todo Concostrina: Acontece que no es poco | La guillotina antes de ser un señor, fue guillotina
Cadena SER 10/10/23 - Episode Page - 15m - PDF Transcript
En la ventana, acontece que no es poco, un relato personal de la historia, con nieves
con costrina, cadena ser.
Hola nieves, buenas tardes.
Buenas tardes carlas, ¿cómo estás?
Muy bien, hoy es posible que suene un poco antiguo, lo de dividir a las personas entre
los de ciencias y los de letras, en función de lo que hayamos estudiado, es antiguo y
tampoco es muy exacto, pero se sigue haciendo.
Sí, es verdad.
Así que hoy, uno de letras que soy yo, se interesa por un dato de ciencias, por un número.
¿Cuántas cabezas cortó la guillotina durante la Revolución Francesa?
Yo dejo la pregunta ahí.
Madre mía.
Pero tú nieves, nos pones en contexto, porque tal día, si puedes dar la cifra, la das,
pero primero contexto, porque tal día, como hoy de 1789, ocurrió algo.
Sí, ocurrió algo, sí, y daremos la cifra, porque la tenemos apuntada, no porque los
contará yo las cabezas, pero alguien que sí se dedico a contarla.
Y ahí es curioso, porque con el asunto de hoy, a ver, no me va a salir bien esa chorrada
que hago siempre con eso de que, cuando digo sobre qué tal cosa antes de ser tal cosa
fue un señor.
Sí.
Pues no, pues en este caso, la guillotina, antes de ser un señor, fue guillotina.
Ah.
Sí, lo que pasa es que no se llamaba así.
El 10 de octubre de 1789, cuando solo llevaban en Francia tres meses revolucionados, un
médico de 50 años llamado Josef Fignas Guilotin, el que tapas en la nariz.
Guillotin, guillotin.
No.
Guillotin, guillotin, guillotin.
Y lo llaman guillotin.
Bueno, pues le vamos a llamar Nacho Guillotin a él, Nacho Guillotin.
Pues Nacho Guillotin presentó una propuesta a la Asamblea Nacional.
Nacho, no.
Nacho, yo creo que, yo creo que, sí, sí, yo creo que.
Sí, de Ignacio.
Sí, es verdad.
Sí, pues presentó una, presentó una propuesta a la Asamblea Nacional Constituyente para
democratizar la forma de asesinar humanos.
Egalité, ya sabemos que una de las cosas era la egalité, igualdad ante la ley.
Es decir, que fueras rey o fueras plebello, te matarán de la misma forma, nada de tener
más cuidado con el noble.
Lo que propuso exactamente Nacho Guillotin fue que los delitos del mismo género se castigaran
con el mismo género de pena, sean cuales sean el rango o la condición del culpable.
Bueno.
Esa fue la cita.
Es decir, había que llevar a cabo uno de los principales principios de la revolución,
que ya no hubiera súbditos solo ciudadanos y que todos los ciudadanos fueran iguales
ante la ley, como bien dijo el ribón Juan Carlos, aquella lejana y memorable noche buena
de 2011.
Afortunadamente, vivimos en un estado de derecho y cualquier actuación censurable
deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley.
La justicia es igual para todos.
Claro que sí.
Me propuso Nacho Guillotin, que la justicia fuera igual para todos y que se ejecutara
con el mismo método y con igual rapidez a un rey ladrón que a un ladrón plebello.
Pero a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver,
a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver,
a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver,
a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver,
a ver, hay una cosa a mí que no me acaba de cuadrar.
Está muy claro que el apellido Guillotin da nombre a la Guillotina, pues muy bien.
Pero dices que el artilugio existía ya antes.
Sí.
Entonces, ¿cómo se llamaba?
Por eso decía antes que antes de Guillotin ya existía el artilugio.
El nombre por el que se conocía era italiano, se llamaba mannaia, mannaia, con dos n's,
que traducido al castellano es cuchilla, se llamaba cuchilla, ahora creo que lo llaman
una mannaia es el hacha del carnicero, eso que tiene así la hoja gorda, pero antes
era la guillotina, antes de ser guillotina, antes de llamarse así pues era una mannaia.
Hay referencias a estos artilugios para matar gente desde el siglo XIII y con distintos
diseños, se usaban en Inglaterra y se usaban en Italia también.
Por ejemplo, hubo un viajero francés que escribió 50 años antes de la revolución
francesa que, y abrocomillas, la mannaia es un método muy seguro y no hace sufrir
al paciente, tampoco sé por qué este cronista llamaba paciente al reo.
Pero tiene razón, no se sufre, el caso es que la guillotina aunque no se llamara guillotina
ya existía, pero esto de la decapitación estaba reservado a los pijos, a los delincuentes
de alto standing porque duele menos, la pena de muerte se venía aplicando en todos los
países europeos, además de la de la manera más salvaje posible cuando se trataba de
hombres y mujeres de baja estofa para que sufrieran mucho y para que el pueblo se entretuviera
viendo el espectáculo del descuartizamiento o del desmembramiento o del aplastamiento
o del desentrañamiento o del atenaceamiento, esto se llevaba mucho, era arrancarte trozos
de carnal y con tenazas, esto era tremendo, el desollamiento, el empalamiento, el orcamiento
o el ahogamiento en cuba, pues me deja uno cuanto fuera, de todo esto y de cualquier
método de tortura física o psíquica estaban exentos los aristócratos.
Entonces lo que proponía guillotín era que el resto de gente, o sea los previos tuvieran
el mismo privilegio que los aristócratas a la hora de morir, a la hora de que les
mataran.
Claro, ya que no los ponían, podían igualar por arriba, por abajo pues que se igualaran
por arriba, es que el doctor guillotín era un ilustrado y en el siglo XVIII, en el siglo
de las luces, el de la ilustración, los juristas, los intelectuales empezaron a debatir sobre
lo innecesario de las técnicas de tortura, no hacía falta, se había que aplicar la
pena de muerte porque así lo decía la ley, vale pues venga aplíquese, pero no hacía
falta recrearse en el sufrimiento del reo, del paciente como decía este hombre y mucho
menos que existieran esas diferencias con la aristocracia, como tampoco estaban dispuestos
a hacer tabla rasa haciendo descender a los pijos, a las penas que se aplicaban a los
plebellos ni a arrancarle la carne ahí con tenazas, pues lo mejor era igualar a los plebellos
con los nobles.
Había también muchos ilustrados que estaban por la abolición de la pena de muerte como
Voltaire y hubo políticos como Robespier que todo el mundo sabe que acabó de captar
que votaron a favor de su de la abolición de la pena de muerte durante los debates
sobre el nuevo código penal, pero perdieron, es que fueron poquísimos, fueron pocos, fueron
menos de cinco los que votaron a favor de la abolición de la pena de muerte.
Cuando estalló la revolución francesa fue cuando enviaron a tomar vientos la monarquía
y se creó la Asamblea Nacional Constituyente y entre las primerísimas las primeras cosas
que abordaron fue la creación de un nuevo código penal, pues claro no valía que el
rey impartiera justicia y en ese código debería recogerse la aplicación de la pena, si había
que matar se mataba, visto que no triunfo la abolición claro, pero había que humanizar
los métodos y la decapitación era el método más democrático, más rápido y más sin
dolor, casi siempre, casi siempre, que a veces fallaba, era un aparato como dijo Nacho Guillotine
cuyo mecanismo cortaría la cabeza en una abrir y cerrar de ojos, que yo no sé si estas
declaraciones, yo no sé si se quiso del gracioso o fue consciente de lo que decía, efectivamente
abrir los ojos y los cierras en un pispas, de cualquier forma a este hombre no le hizo
ni pizca de gracia pasar a la historia por dar nombre a una máquina de ejecución.
Pero dices que les sentó fatal pasar a la historia con su nombre asociado a una máquina
de matar gente, pero la diseño él o no, la diseño otro, la Guillotina?
Fue otro, por eso le sento mal, bueno a ver yo solo he hecho una propuesta caray, yo no
he diseñado esto, les sentó fatal que es un hombre que dar asociado a la Guillotina,
y que diseñó la Guillotina en realidad fue un fabricante de arpas y clavicénvalos,
fue un músico, Tobias Schmidt se llamaba un tipo de ascendencia, era alemán que siguió
instrucciones, pero lo fabricó no porque se le ocurrirá el sino siguiendo instrucciones
de un médico cirujano que se llamaba Antoine Louis, que dio las instrucciones para que
la Guillotina fuera efectiva y lógicamente porque de cortar con precisión sabe bien
un cirujano. Antoine Louis se fijó en las máquinas que ya se utilizaban en otros lugares
de Europa y aportó un detalle importante, que la hoja fuera de filo oblicuo, que en vez
de caer así, de plano pues caer así en oblicuo, para que corte limpiamente, dijo él, tampoco
a este hombre le gustó que la Guillotina se llamara al principio Louisette de Louis,
la verdad es que yo creo que tendría que haber sido el señor Tobias, el fabricante
de arpas, el que construyó la primera Guillotina tal y como la conocemos ahora, el que debería
haber dado nombre a la parantejo, la Tobiatina del señor Tobias, no sé si este hombre Tobias
dejó de fabricar arpas y luego se dedicó a la producción de Guillotinas porque le dieran
la exclusiva, la verdad es que no lo sé, o si solo le compraron el prototipo y las construyeron
otros, pero hubo que ponerse a fabricarla, fue tremendo, hubo que fabricarla en serie.
Pero puestos ya a pedirte cifras, que no me olvido de la primera que te he preguntado,
¿cuántas Guillotinas hubo instaladas en Francia?
Pues la obligación es que hubiera una por departamento, si uno salió de la Asamblea
Constituyente, 83 Guillotinas, ahora hay 101 departamentos me parece, pues entonces había 83,
pues hubo que instalar 83 Guillotinas o Louisette o Tobiatinas da igual, como se llamara, pero
es cierto que la intención era reducir al máximo el dolor, que no hubiera dolor, un tajo y se acabó
y no siempre se consiguió este bondados objetivo, la verdad, es importante que los pilares por donde
descendía la cuchilla fueran altos, muy altos, cuatro metros tenían para que la hoja pillara
velocidad y fuerza, que esto ya lo decía Newton, ya que hablaba de ciencias y de letras,
la fuerza aplicada sobre un objeto es directamente proporcional a la aceleración que quiere en su
trayectoria, esto lo teníamos que aprender, a más recorrido pues más fuerza, cuatro metros,
como digo tenía la guillotina que diseñó Tobias, lo que pasa es que las cervicales son
huesos muy duros y como no lo colocaras justo en la coyuntura pues la cuchilla no los podía cortar,
es que más bien los rompía y más valía que los rompiera la primera porque dolía muchísimo,
hubo un jacobino, esto está recogido también, hubo un jacobino que consiguieron decapitar a la
tercera, al tercer intento y se sabe que se sabe que la estrenó ya, sí, es que sí es que la
revolución francesa lo apuntaron todo, después de comprobar con cadáveres de animales y humanos
la eficacia de la guillotina, la primera se instaló en abril de 1792 frente al Ayuntamiento de París,
en una plaza que se llama, un esíste, es la plaza de Greve, allí era donde se realizaban
ejecuciones mediante la orca y como se democratizó la pena de muerte, por dijeron por donde esté
la orca pues ya instalamos la primera guillotina y el primer ejecutado no fue en contra de lo que
pudiera parecer un contrarrevolucionario, fue un, simplemente un chorizo, un vulgar chorizo,
Nicolás Jax Peletier se llamaba que asesinó a un paisano para robarle, porque al principio,
durante los primeros años de la revolución se ejecutaba delincuentes comunes, no se no
ejecutaban, no había ejecuciones políticas cuando se les fue la pinza con presos políticos,
fue tres años después de revolucionarse, que pusieron la guillotina en marcha y bueno,
mía, ahí ya no pararon, por eso se convirtió en el instrumento y el símbolo del terror francés.
Pues llegamos al momento, no sé si más esperado, pero más demandado, en esta
contesta que no es poco, porque yo lo preguntaba al comienzo, ¿cuántas cabezas cortaron las
guillotinas? ¿Cuántas? 16.594, yo tengo que reconocer que me desconcierta una cifra tan
exacta. Pero todas, o sea, no en la época solo de presos políticos, todo, desde chorizos hasta
en la época del terror. Pero por eso digo, pero es que así está, está recogido con esa cifra,
16.594. En París fueron guillotinados 2.622, estos son los datos de un libro del historiador
francés Daniel Aras, su libro que se llama La Guillotina y la figuración del terror, y ojo
que esas cifras son solo durante la época del terror francés, no de los delincuentes anteriores,
ni de los de después, porque es que luego siguieron usándola con delincuentes comunes y
también con presos políticos a todos los gobernantes, desde Napoleón al presidente de la
República Francesa, Valerí Giscard d'Esta, les ha venido muy bien tener la guillotina a mano,
que el último guillotinado fue en 1977, en una prisión de Marsella, que por cierto fue un
machista, fue un condenado a muerte por torturar y asesinar a su ex-novia.
A mi me duele solo pensarlo, pero bueno, es una vida y cerrar de ojo, no te preocupes.
Ya, eso es verdad, en eso tienes razón. Nieves, hasta mañana, un beso muy grande.
Gracias Carlos. Adiós, cuídate.
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El 10 de octubre de 1789, durante la Revolución Francesa, Joseph Ignace Guillotin propuso democratizar la forma de asesinar humanos. Nos lo cuenta Nieves Concostrina.
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