The Wild Project: The Wild Project #195 ft viviendoenlacalle | Cómo sobrevivir viviendo en la calle, Robos y cárcel

Jordi Wild Jordi Wild 3/2/23 - 3h 0m - PDF Transcript

Creo que muchos no somos conscientes de lo afortunados que hemos sido en la vida.

Hemos tenido una vida fácil, una buena familia, unos padres que nos han educado bien, que

nos han dado todo, no hemos tenido demasiados problemas, siempre hago una cosita, pero hemos

tirado bien.

No nos hemos visto nunca en una situación de necesidad grave, no nos hemos visto nunca

sin un techo, no nos hemos visto nunca encerrados en algún sitio, pues no todo el mundo tiene

esta suerte.

Al final, esto es un poco una suerte, ¿no?, donde naces y con quién te toca convivir

en los primeros años.

Hoy traigo un caso de un chico que ha tenido una vida muy dura, muy curiosa, con muchas

anécdotas, no todo será malo, también hay anécdotas más divertidas, pero es una vida

que muchos no habrían salido bien de ella, él lo ha logrado, tiene una historia de superación

impresionante y yo creo que vamos a aprender mucho hoy, vamos a aprender, además de entretenernos

por supuesto, pero vamos a aprender de que incluso en las peores situaciones te puedes

salir y que te puedes reconvertir y que nunca sabes cuando puede llegar ese momento que

te cambie la vida y que te convierta en otra cosa mucho mejor.

Hoy, aquí, muchos ya lo sabíais, porque se me escapa la lengua, como una serpiente

viperina y suelto las cosas antes de ahora.

Hoy tengo aquí a Johnny de Viviendo en la Calle, ¿qué tal, tío?

Muy bien, encantado.

Bueno, aquí estamos ya, que hace mucho que te contacté y porque mucha gente me hablaba

de ti, ¿eh?

Tienes que traerlo, que es ideal para el podcast, todo lo que ha vivido, supongo que también

te decían de venir aquí, ¿no?

Sí, sí, lo que pasa es que bueno que al final, oye, que si quieres vamos a su último vídeo

y solo petamos, digo, no, no, tío, las cosas cuando sucedan tengan que suceder, no mola,

¿sabes?

Pero, nada, felicísimo de estar aquí, ¿no?

Después de toda la gente que pasa por aquí, pues, un honor.

No, y te digo una cosa, que mucha gente lo dice eso, ¿no?

Es que yo aquí, claro, vengo y ha venido gente muy top, para mí todos os iguales

de top y las historias no van de la fama, no van de quien tiene más dinero, más poder,

¿vale?

¿Quién ha vivido más cosas y quién tiene más que aportar y, joder, tú has vivido

mucha traya, ¿eh?

Bueno, cada uno tiene lo suyo para aportar, ¿no?

Al final, ver aquí, ahí va y como se abrió contigo, por ejemplo, o a chocas, creo que

ha nacido a ver algunas partes de esa persona que no tú el mundo conocíamos, entonces

creo que eso es muy bonito, ¿no?

Bueno, mucha gente te conocerá, mucha otra no te conocerá y es que tienes una trayectoria

que da para, da para charlar mucho, para explicar mucho, además tú lo has, tú te has abierto

en todo y tú has soltado todo ya, ¿no?

Sí.

No has escondido partes de tu vida, tú lo has mostrado, ¿no?

Entonces el primer momento lo duela que ha sido tu infancia, como fueron tus padres,

la droga, el vender droga, la cárcel, etcétera y vamos a hablar de todo esto.

Entonces, que sepáis que él tiene pues su canal de Twitch y no en la calle y que

esto es lo que te ha propulsado y te ha cambiado un poco la vida, podríamos decir, ¿no?

Sí, sí, y también lo que te da una motivación, porque yo a día de hoy, o sea, Twitch no

solo me ha dado unos ingresos, una profesión o algo que hacer, sino también te da una

motivación, algo para lo que crecer personalmente y ahora mismo me estoy apoyando en mi comunidad

para cumplir muchas cosas.

Por ejemplo, he dejado de fumar.

Qué bueno.

¿Sabes?

Hace ya cuatro meses estoy intentando, ahora estoy haciendo rutina de deporte, la alimentación

me cuesta más.

Eh, son más jodidillos, eh, amigos.

No sé, es que cuesta muchísimos daes, pero voy haciendo cosas y cada vez voy, no sé,

me siento más motivado para hacerlo porque creo que tengo que cumplir con mi comunidad

y me apoyo en ellos, igual que muchos apoyaron en mí en sus momentos malos, pues yo también

me apoyo, ¿no?

En la comunidad para eso.

Ah, tú empezaste en Twitch cuando estabas viendo la calle, literalmente, ¿no?

Yo empecé literalmente el 24 de abril del 21.

O sea, el nombre del canal no es metafórico alegórico, no, no.

No.

Tú vivies en la calle.

Sí.

De hecho, es que tenía varios nicknames pensados y al final dije, bueno, coño, viviendo en

la calle, pues ya está y creo que fue lo mejor que he elegido en mi vida.

Sí, porque es un nombre sencillo, que no engaña, porque al final lo que hay es lo que es y que

es llamativo, porque también tiene que haber mar que tiene realmente viendo en la calle

y dices ¿cómo?

¿Cómo?

¿Cómo que viendo en la calle?

Totalmente.

Porque lo hace porque le apetece o es un tío que realmente está viendo en la calle y ahí

al final también causas mucha curiosidad.

Totalmente.

Yo creo que es de las mejores decisiones que te van a nunca a elegir ese nickname, porque

es que, claro, cuando partes en recomendados la gente dice, ¿eh?

Esto es verdad.

Sí.

Y esa parte de marketing y de crecimiento me ayudó bastante, ¿sabes?

Vamos a empezar por el principio, venga, vamos a conocer tu vida, ¿vale?

Porque yo creo que también seguramente habrá gente que estará viendo esto o escuchando

esto en Spotify o en Apple Podcast o donde sea, que está en malas situaciones también

y quizás puedes sentir identificado un poco con tu vida, porque es lo que digo, hay gente

que hemos tenido suerte y hay otras personas que han nacido en una familia muy complicada.

Cuéntanos dónde naces tú y cómo son tus primeros añitos.

Pues yo nací en Málaga, no tengo acento ni nada, no me grigo en Málaga, no conozco

en Málaga, tengo algún vago recuerdo, bueno, eso es en plan de vecinito, o sea, el recuerdo

que tengo es de que íbamos en el ascensor y golpeaba yo el ascensor de Málaga, estaba

mi vecino.

Es el recuerdo que tengo y de Málaga.

Málaga, punto.

Y bueno, vine para Madrid no sé cuándo, pero los recuerdos que tengo ya son de Madrid,

es en la calle Divino Pastor, número 27, eso lo sé porque lo vi en la ficha de nacimiento

más tarde, pero en Malasaña, en el 2 de mayo, vale, pues barrio de los 80, bastante…

Que ahora estará de moda, pero no sé en qué momento.

Ahora estará de moda, en aquella época bastante heroína y tal, y bueno, mis recuerdos serán,

pues, una casa pequeña, un sofá, una cocina, un baño y una habitación para todos y mis

recuerdos, pues eso, mi madre pinchándose, mi padre desaparecía y muchos días yo solo,

o sea, en plan, yo me quedaba hasta las tantas de la mañana viendo UVE.

La serie UVE, de cómo se comían los ratones, ¿eh?

Sí, la serie de UVE, me quedaba hasta las tantas y hasta que llegaba la carta ajuste

y ya me echaba a dormir, esos son recuerdos que tengo, recuerdos que tengo como por ejemplo

de desayunar agua con azúcar.

¿Agua con azúcar?

Sí, azúcar y agua y eso era el desayuno, recuerdos de mis vecinos dándome de comer o bañándome,

porque yo me iba al rellano y me quedaba en el rellano de la escalera y cogí a algún

vecino, pues me subía a su casa, me duchaba o me daba de comer, me daba chorizo con pan

o algo de eso, esos son mis recuerdos.

Tus padres se dedicaban.

No lo sé, yo creo que por aquella época, según he pillado cosas de una de otra, creo

que mi padre se buscaba la vida tocando la guitarra en el metro y mi madre no sé lo

que hacía.

Yo recuerdo un día que vino muy alterada por la noche, me cogió la cabeza, me la puso

en el coño y dijo gracias a esto comemos, yo era enano.

Entonces uno le ha vuelto así, pues a lo mejor ese día vendría de trabajar en la calle

o no lo sé, lo que sí que es es que se quedaba con la goma y la aguja colgando y totalmente

pues trastocada y tortearla, tortearla, para que se despertara.

¿Tú cuántos años tendrías cuando veías a tu madre pinchando serónica?

De 6 a 8.

Tú con 6 y 8 años tienes recuerdos de ver en tu casa, a tu madre, con la jeringuilla

clavada y en un estado atontada, dormida.

¿Entendías lo que era eso?

No, no entendía nada, de hecho mi abuela de vez en cuando venía a visitar y mi madre

me decía, si viene la abuela tú todo esto lo escondes, entonces yo recuerdo que un día

llegó, creo que era por navidades, llegó mi abuela, soy la abuela, cojí de la mesa,

cogí la cuchara, cogí los utensilios para drogarse, los metí detrás del pie del lavabo

y abrí mi abuela.

Y recuerdo que me trajo de regalo unos pantalones vaqueros que me los ponía atando, que al

final un día para quererlos secar los puse encima alrededor y se quedó.

¿No tenías nadie supervisando, entiendes?

No, claro, claro. ¿A tus padres no estaban por ti?

No, mis padres iban y venían, no había un horario de trabajo, no había alguien cuidándome,

o sea, yo estaba todo el día haciendo lo que quería, tiraba la basura, me voy y tiraba

la basura, pues yo cogí la basura y la tiraba por la ventana, literalmente.

¿Y ni se fijaban?

Ni se fijaban, me bajaba la calle, es que era girar la calle y vas al 2 de mayo y hoy

estabas con los chales del parque.

Eso con 10 años.

No, con ocho.

Con ocho, necesidades.

Con ocho, siete años, sí, será mi día a día.

¿Lo que llevas a colegio?

No, recuerdo, tío.

Si recuerdo llevar pendiente, de pequeño, recuerdo llevar pendiente, y ya el siguiente

colegio que recuerdo es el Jaime Verá en Braón Murillo, que eso ya sería segundo de

GB, creo.

Vale, eso ya sí lo recuerdo.

Pero anterior a eso, casi nada.

Claro, es mucho cante lo que estás diciendo, porque la imagen de una madre con heroína,

que es la droga más, vamos a decir, más destructora y también la más agresiva, visiblemente,

porque al final es una raya, pues en un segundo está terminado, un porro, pues bueno, es

algo que se fuma como el tabaco, pero una jeringuilla, la cuchara, todo eso.

¿Tú crees que en ese momento eso te producía ansiedad, miedo, pánico, terror, o lo habías

normalizado por completo?

No lo sé, es que era muy pequeño, es que yo no sabía lo que estaba pasando, o sea,

es que yo no sabía nada, o sea, no sé si eso era bueno o malo, yo solo veía a mi

madre trastocada, no he sabido eso hasta la edad adulta, lo que sí que es que me ha

dado mucho miedo.

Y luego yo he pasado por adicciones y gracias a ese miedo nunca he llegado a eso, nunca

he pasado, he llegado a consumir por la nariz, he llegado a fumar, base, pero no he llegado

a pincharme, porque me he dado miedo y no he llegado a tocar la heroína por lo mismo.

A saber qué hubiera pasado, si en un momento bajo tú y yo hubieras empezado con la heroína,

que la heroína es asesina total, te ibas con ocho años al parque con los chavales,

qué tipo de gente te acuerdas de que era izquierdo, ¿situaciones similares a la tuya?

No, recuerdo chavales mayores, recuerdo mucha prostitución en la zona, en Marasaña, zona

ballesta, zona todo esto, recuerdo por los chavales bajar yo con un cochecito que tenía

del coche fantástico, recuerdo que se me cayó en una alcantarilla, recuerdo que un día

vi a mi madre esconder dinero en la almohada y se lo robé y cogí con el dinero y me

fui a comprar una caja de yo-yos y cuando llegué a casa con mi caja de yo-yos, estaba

mi madre y mi padre discutiendo por el dinero y llegué allí, mira qué nacida, dos guantazos

y vamos a cambiar los yo-yos y recuerdo esas cosas.

Que pegaban o trataban físicamente.

Físicamente alguna par de hostias.

Más de lo que es normal en unos padres que a esa época que a lo mejor a un tortazo nos

había caído a todos o en el culo.

Bueno y le daban permiso a los profesores para que te pegaran, o sea mis profesores me han

pegado.

Me acuerdo una monja que me dio una bofetada pero que me dejó la marca durante una hora.

Te debía tener 10 años.

En la época de los capones te pegaban un capón que te dejaban un huevo, te pegaban

unos capones así con el anillo que es que te bajaban.

Los profes.

Sí.

Cómo de se los tienes tú?

42.

No parece, ¿eh?

Bueno, gracias.

Ah, te dieron, parece 54.

Imaginas.

Como Nacho, que Nacho parece que tenga 70, cabrón.

Nacho, estás muy guapo hoy, ¿eh?

Que grande.

Pues, claro, hay unos poquitos años de diferencia pero eso marca, por ejemplo, es decir, que

yo si no viví nunca una agresión tan fuerte de un profe.

Sí, sí.

Y cogía mi abuelo y les daba permiso, oye, si se porta mal, daré un capón, ¿eh?

Hostia.

Y si hay que castigarle, le castigas.

Es que antigamente se...

¿Te han hecho lo de los libros?

No.

Eso es muy padre, me había contado.

Otra generación anterior.

O la regla, ¿no?

Que poniéndoles así.

Eso.

A mí no me ha pasado así.

Eso no, ¿eh?

A mí los padres te trataban mal.

No era de tratar mal, yo creo que era más de jadez y mala hostia.

No era de soy un padre maltratador, controlador, que tengo un amigo que he sentado, estudia,

pa, pa, pa.

No era eso.

Era en plan, yo estoy con la droga, voy, vengo, estoy en mala hostia y lo pago con él.

Vale, pero no es que sea un maltrato llegar y pegarte palizas.

Sí, eso es.

No es llegar y pegar palices un menor, ¿no?

Que se le cruza, le pides de mala hostia y te mando la mierda, pero no es en plan de

solo venir a pegarte, puntualizarlo, ¿no?

Ehm...

Tienes seis, ocho años y vives en esta situación, ¿cómo sigue?

Pues los siguientes recuerdos que tengo es que me voy a vivir con mi abuela, ¿vale?

Donde me voy con mi abuela, me voy con mi abuela, con mi abuelo y con mi bisabuela.

¿Cómo está?

¿Viva?

Sí, bien.

Entonces, bueno, mi abuelo estaba con tubos de oxígeno.

Hostia.

Con esto estaba todo el día sentado en un sofá y con mi hijo muy jodido.

Y mi bisabuela estaba muy cuerda, mi bisabuela murió con 92, estaba muy muy cuerda, aparte

de que me llegaba hoy que es...

Toma, toma.

Como te digo, que te van a dar un euro y para ti te van a pasar porros, las abuelas.

Te hacía el passing, ¿no?

Toma, toma, toma.

Toma 100 euros, 100 duros, ¿no?

No, 100 pesetillas.

100 pesetillas, eh.

Y tal.

Y bueno, pues me fui a una habitación allí.

¿Te recuerdas si te fuiste porque tu abuela te reclamó, porque tu madre te pidió?

No tengo ni idea de lo que pasó, me enteré después, resulta que mi abuela denunció

a mis padres y les quitó la custodia, luego la patia potestad o como se diga, no sé la

diferencia o no sé la otra.

Entonces, yo pasé con mi abuela.

Mi abuela trabajaba en Grignon, o sea, como 45 kilómetros de Madrid, trabajaba de cocina

o almacén, de un sitio como de retiro espiritual para el Opus Dei.

Hostia.

Entonces, ella era la que se encargaba, ella era la encargada, por así decir, ella era

la que se encargaba de que la despensa estaba bien, de que se cocinara y de que las cremas

estuvieran hechos.

¿Entonces en tu vida tiene un punto curioso del Opus Dei ahora, eh?

Sí.

De hecho, bueno, mi abuela luego me metió en un club de fin de semana del Opus.

Del Opus Dei.

Sí.

Y me iba a utilizar esas cosas, sí, claro, religioso ahí, católico, apostólico y robano.

Lo que pintaban esa época, ¿no?

Claro, sí, sí.

Y bueno, pues entonces mi abuela, como trabajaba en un mes a viernes, yo me iba a un colegio

internado, que estaba en San Francisco de Sales, no se lo conoces, en Guzmán del Bueno.

No.

Bueno, pues el colegio del amor misericordioso se llama y, bueno, pues…

Y te monjas.

Sí, tú llegabas el domingo por la noche y te ibas el viernes por la tarde, ¿vale?

Entonces, bueno, pues era el plan que había llegado ahí, dormías y, bueno, por la mañana

esa clase, luego por la tarde un poco de recreo, hora de estudio, recreo, cena y a dormir.

¿Qué tal era el ambiente en ese colegio de monjas?

Pues como todo el ambiente en cualquier colegio, al final cualquier colegio y… no sé si

hoy en día, ¿no?

Pero en mi época, como la cárcel, o sea, es la vida el más fuerte.

Sabía había… Hay que marcar territorio.

Sí, había lo que hoy se llama, ¿no? Pero como en cualquier colegio, ¿no?

Todos, claro.

O sea, creo que tú también le habrás vivido eso en la vida de época y al final, pues

era como una vida más fuerte, si se pegaban aquí no pasa nada y tu padre no se enteraba

o tu madre no se enteraba porque aquí no pasa nada y ya está.

Y llegaba la monja y te he pegado dos capones y era lo normal en la época, ¿no?

Y bueno, pues ahí estoy como de segundo hasta sexto de GB. Bueno, antes voy a la Jaime

Vera, que es el que estoy en primero y segundo, creo. De ahí me pasa el segundo al otro,

al internado, porque mi abuela tiene que trabajar.

Claro.

Y luego ya estoy hasta sexto, más o menos. Sesto y sétimo y octavo, voy a uno de Jesuitas

en frente de la embajada americana en Madrid, Serrano con Maldonado, donde murió Guerrero

Blanco, donde cayó el coche, fue el patio en mi colegio.

¿Oste qué dices?

En el patio, patio.

Sí, estaba la placa dentro del patio. Luego le vas a que ese colegio ya no existe.

Hostia.

Sí, de hecho, en mi vida la podíamos titular de atentado en atentado.

Sí, porque tú también, bueno, ya hablaremos luego, pero también te he visto una experiencia

cercana, ¿no?

Sí, el colegio. En el colegio este internado, pues, en frente de la agoría civil, no recuerdo

que al año 88, 90, 92. Pero cogeo de ETA. Sí. De hecho, en mi barrio había policía

militar, porque mi barrio era militar. De hecho, mi abuelo era militar.

Hostia.

Y la casa donde vivíamos nosotros era de los militares. Toda la calle, en frente del

Bernabéu, con Chaspina, bueno, pues general Perón y aquí comanda de Zorita, todas esas

calles de generales, eran todas esas militares.

Hostia.

Y todo ese barrio había PM, policía militar, con la bandera blanca aquí de PM, vigilando

las calles con una metralleta en los 80, en los 90.

Hostia, por tema de ETA.

Claro. Y, bueno, justo en el colegio en frente estaba la agoría civil y pusieron una bomba.

Y estábamos todos durmiendo y no nos despertamos ninguno.

Ni uno.

No se enterasteis ni uno.

Ni uno.

O sea, cuatro carriles, dos para arriba, dos para abajo, aquí, una bomba. Toda la

esquina del edificio caída. En frente, todos los chavales durmiendo. Las persianas salidas,

los chistales reventados. No se despertó ni Cristo. A día de hoy sigo pensando que

nos echaban en la sopa.

Sí, sí. Es que pasa aquí, tío. Es raro que no hubiera ni uno que estuviera con el

sueño más ligero y estaba reventados.

Sí.

Hostia.

O no se habían echado algo en la sopa.

Un tranquimacina ahí para dormir.

Para que no deíais por culo por la noche.

Eso es.

Había mucho salseito de noche o que era en sus colegios, en este internado.

Sí.

El internado siempre tiene ese puntillo, ¿eh?, de picarón.

Sí.

Chicos, ¿chicas o solo chicos?

No. Chicos en un ala y chicas en otra.

Vale.

Sí que es verdad que empiezas a descubrir tu sexualidad con otros chicos, te enseñas,

te tocas y tal.

Entonces, ¿tú esto lo viviste?

Y yo lo he contado en mi canal, sí, sí.

Ve mucho a mente también.

Sí.

Mucho a mente.

Y todo eso.

He tenido relaciones con otros, no relaciones, pero sí como saber qué es, ¿no?

Descurimiento sexual con otros niños.

Con otros niños.

Y también teníamos guerras por las noches, o sea, era en plan, esto era como una L, ¿no?

Aquí las monjas y aquí las chicas, ¿no?

Sí.

Entonces, en esta parte aquí eran todas habitaciones, entonces uno se ponía aquí a vigilar y la

contraseña era más menos.

Entonces, todos los demás hacíamos con unas tinieblas, pero con calcetines pegándonos

y tú en las calcetines metías dentro una camiseta.

Sí.

Entonces, hacías como una volea, yo qué sé, y vas pegando a los demás.

Entonces, eran dos contra todos, y vas por mitad del pasillo al que veías, pun en la

cabeza, ¿sabes?

Sí, en plena noche.

En plena noche.

Dos de la mañana y cuando llegaba la monja, más menos, más menos, y todo el mundo...

Corriendo a su habitación, aquí no pasa nada.

Y nos pillaban.

No nos pillaban.

Hostia.

Bueno, si te pillaban, seguramente te tendrías que quedar toda la noche en vela de pie mirando

por la ventana del baño.

Era castigo.

Sí.

Más de una vez me quedaba toda la noche en vela mirando por la ventana del baño que

me daba justo a la carretera de San Francisco de Sales hasta las 6 de la mañana.

Y preto, ¿cómo te controlaban?

Luego llegaba la monja, la mujer estaría rezando y zanda para la habitación, dormía

dos horas y paglase.

Hostia.

Sí.

Pero la guerra había venido a pena.

Depende, ¿no?

Depende.

Te dejabas llevar.

Es que no eres consciente de las cosas en ese momento.

Tienes unos recuerdos por esa época, de situaciones no demasiado.

Tengo un recuerdo bastante bonito a ti, y es de ganarme dos veces el respeto de mi clase.

Una fue una época que me dio todas las tardes con otro chico se llamaba Felipe, que era

portugués, ¿recuerdo?

Era la época de Oliver y Benji, ¿vale?

Y nos flipábamos todos, todos queríamos ser Oliver y Benji, pues yo me puse a mi portero

y entonces nos tiramos todas las tardes tres horas y yo me tiraba tres horas todos los

días parando penaltis.

Pero todo mi hijo me hizo tirándome, ¿por qué pasa que me hice el portero del colegio?

No me colaba ni una.

Hostia.

Y me gustó mucho, porque me sentí como parte o querido o apoyado por los demás.

Y luego tengo un recuerdo muy bonito de que voy a estudiarse en los tiempos verbales.

Sí.

Que son...

Pero es cuán perfecto y todo, ¿no?

¿Cuántos son?

Uf.

32.

Muchos.

O 22.

Porque hay los condicionales...

¿Tú tampoco te acuerdas, no?

De todos, ¿no?

Vale, gracias.

No, no, no.

¿Tú te acuerdas, todos, no?

Sí, claro.

Venga, empecemos.

No, no, no.

No sé cuándos hay.

No, pero ¿cuántos hay?

No, pero...

No, no.

¿Cuántos tiempos?

20 pico.

20 pico.

De pasado, pasado perfecto.

Perfecto, perfecto.

Perfecto, perfecto.

Pero luego están igual por los condicionales.

Sí, que hay muchos.

Claro.

Eso multiplica por dos.

Y imperativo, quizás, también ahí teníamos que...

Sí, imperativo.

O sea que sí, sí, hay muchos, muchos.

Pero en los comentarios, además, yo sé que solo ve este podcast la gente más académica

del mundo.

Yo sé que todos tenéis mínimo tres carreras, dos de filología inglesa y española.

Por lo tanto, todo el mundo poniendo los...

Totalmente.

Pero no tan solo que pongan el número, que los pongan todos.

Quiero un comentario con todos los tiempos verbales que existen.

En español y en inglés.

Bueno, en español, en español.

Ah, en inglés también, hombre, aquí, que estudien.

Yo, a propósito de esto, ya mi chat lo llama así, a mi comunidad la llamo Los Pitágoras.

Sí, porque saben de todo.

Sí, hombre, no.

O sea, si yo estoy hablando de nutrición, todos saben de macros, de micros, de creatina,

de suplementación.

Si estoy hablando de coches, todos saben de mecánica.

Si estoy hablando de no sé qué, todos saben, ¿verdad?

Yo le llamo Los Pitágoras.

Y dios, oye, chat, te voy a ir a tal, sí, no, cógete, no sé qué.

Y me lo solucionan, tío.

Y aciertan, ¿no?

Y aciertan.

Afinal, entre todos los sacamos.

Qué bueno.

Yo recuerdo que había un examen verbal de los tiempos verbales, ¿no?

O sea, nunca mejor dicho verbal, de los tiempos verbales.

Sí, exacto.

Y me lo estudió un día anterior, pero en plan de que me lo estudié, ¿no?

Me senté, dije, me motiva, me lo voy a estudiar.

Y me los aprendí todos.

Bueno, pues, en la clase éramos varias filas, ¿no?

Ellos empezábamos al fondo de la izquierda y iba al profe, levantaba el primero, tres

o cuatro tiempos verbales.

Si le veía que le fallaba el… le ponía otro más para putearlo, pues eso, me asimó

cuatro tiempos, ¿no?

Y los sentaba.

Pum, pum, pum, pum, hasta que me tocó a mí y, pues, la gente a su bola, con su caerno,

sus cosas.

Y en una de esas, pues, dice, ay, yo nada mal, empieza con este, este otro, este otro.

Me terminó preguntando a todos y no falló ni uno.

Claro, yo era, siempre, pues, el que no iba bien en clase, el que le mandaba en caos

por tres a copiar cinco mil veces no haré esto, el que ponía alfileres en las puertas…

¿Cómo, cómo, cómo?

¿Dónde ponía esos alfileres?

En la entrada de la clase, para que no pudieran abrir la puerta y no tener clase.

No jodas.

Pues iba antes, durante desayuno, metía alfileres y así no podía entrar a clase.

Se quedaba bloqueado, ¿no?

Claro, tenía que llamar a un cerrajero o al de mantenimiento de la época y cambiando

la cerradura y nos perdíamos una o dos clases.

Bien, bien, bueno, apuntad esto, son cosas importantes.

Y entonces, bueno, pues, me los preguntó a todos y automáticamente seguí la vuelta

toda la clase y empezó a aplaudirme.

Hostia.

Y el profesor no sé dónde meterse.

Son yo creo que los dos recuerdos más bonitos que tengo de esa…

Fíjate que los dos están relacionados con certirte querido.

O aprecio por lo más… O aceptado, ¿no?

Aceptado, sí.

Al final tú vienes de una casa en la que pasaban de ti.

Sí, yo tengo la cosa de que… Y lo que voy a decir va a sonar raro.

Pero cuando una persona no tiene… ¿Cómo se dice esto?

Cariño.

La aceptación de los suyos busca la aceptación fuera.

Y cuando busca la aceptación fuera, alguna gente se aprovecha y lo usa en su favor.

Y se va a aprovechar de ti, porque tú tienes esa carencia que él no tiene.

Y para él tú eres una herramienta, porque él lo suyo lo tiene en casa o lo tiene con

su gente.

A esto llegas a base de pensar muchos años y darle vueltas a todo.

Yo tenía mucho tiempo para estar solo, ¿no?

A mí mucha gente me lo dice y dice, ¿cuál ha sido el mejor tiempo de tu vida?

Pues a lo mejor ha sido esos siete años en la calle que me han dado tiempo a pensar

tanto en cada evento de mi vida que lo he desgranado hasta el punto de decir, esto pasó

por esto y por esto, aceptarlo, asimilarlo y pasar página.

A ver, siempre queda un poquito de dolor, pero lo aceptas, ¿sabes?

Por eso quizás también hablas todo tan libremente, ¿no?

Sí.

Y así lo exteriorizas.

Luego también llegó un punto donde tú te empiezas a hacer conocido y empiezas a

crecer en redes, ¿no?

Entonces, de repente hay gente que se cree que te va a desestabilizar soltando mierda

de ti.

Entonces, pues me marqué un émino y dije, pues para que te lo cuentes tú, te lo cuento

yo.

Lo cuento yo.

¿Vale?

Y empecé a hacer esa serie de capítulos de mi vida en mi canal, desde el día 1, salí

a la tarde, todo lo que he hecho, tanto lo bueno como lo malo, ¿vale?

Para que quede ahí y así que nadie pueda decirme, no, es que tú, es que tú…

Claro, tú habías hecho tal, ¿no?

Ya lo he contado yo.

No lo estoy contando yo.

De que me vas a acusar, tío, de que está en la cárcel o que he robado o he atracado.

¿Vale?

¿Lo he hecho?

¿Sabes?

Dime otra cosa.

Claro.

Entonces, bueno, pues a raíz de eso empecé a decir, chicos, vamos a empezar estas series,

voy a contar quién soy, de dónde vengo, y lo que he hecho y lo que me ha traído

hasta aquí.

Y en esas estamos, bueno, ya voy por el capítulo 20 y tantos.

Muy, puedes hacer 130.

No, yo creo que le quedarán 10-12.

10-12 aún.

Sí.

Vamos por el 2008, pues hasta el 2015, 2016, más o menos.

Bueno, aquí desgranaremos un poquito también, ¿eh?

Sí.

Intentaremos spoilers.

Vamos.

Los spoilers.

Bueno, estamos en el coleste, ¿no?

En la época del internado.

Hay algo que has comentado y me parece muy curioso que es el nacimiento de la sexualidad

en un internado donde tú estabas sobretodo con chicos.

Sí.

Y eso seguro que mucha gente.

Ahora no, pero de la época lo habría vivido.

Hay mucho tabú.

¿Te has fijado que hay mucho tabú en este tema, no?

Sí.

¿Crees que era algo común que tanto chicos como chicas, entre ellos mismos, probaran

la sexualidad, se tocaran...?

Yorga, sí, ¿no?

O sea...

Yo he ido a un colegio normal de chicos chicas y no había ningún tipo de cosas de estas.

Pero es que tampoco como diríais.

Es que era un internado.

Claro, ahí es la diferencia básica.

Pasas noches, pasas horas y horas.

Y mucho tiempo solo, porque al final no hay un tutor encima.

Claro.

Entonces, la monja o el cura o el que esté ahí rigiendo, lo único que haces es hora de

cenar.

La hora de tal.

Revisas todo bien.

Claro.

Y ya está.

¿Te acuerdas del primer momento en el que tuviste un contacto con otro chico que empezaste

a preguntarte, oye, ¿esto cómo va?

¿Qué es...?

Sí.

En mi habitación mismo éramos 4 o 5 y pues cuando se apagaba las luces y tal, pues

íbamos al baño, nos mirábamos y esas cosas.

¿Crees que el hecho de separar por géneros es algo negativo y que afecta a las etapas

posteriores?

A ver, yo creo que sí.

Que sí.

Yo creo que sí, porque como que le coges miedo al otro género, ¿no?

O timidez puede ser.

¿A ti te pasó?

Te notabas que no interactúabas tan bien con chicas.

A ver, es que siempre, siempre ha sido muy introvertido, ¿vale?

¿Qué lo diría?

O sea, haciendo lo que haces.

No.

Es que es totalmente, o sea, para una caña o tomar algo o saludarnos, sí, pero el

momento que ya hay un componente emocional, no, en mi vida no entras.

Y soy así, ¿eh?

O sea...

Acuesta mucho.

No, es que no lo acepto.

O sea, no, porque estoy bien.

Me gusta estar solo.

He aprendido a estar solo, me gusta como estoy yo y mi perro y no necesito tener...

Es que al final, siendo que en algún momento me voy a defraudar o voy a sufrir, entonces

prefiero estar como estoy.

¿Ese es el motivo?

El miedo a que acabe pasando, a que acabe sufriendo.

O no volver a vivir situaciones por las que no quieres volver a pasar, por ejemplo.

O sea, no quiero volver a, no sé, tener esa expectativa de con una pareja o...

El desamor, no, por ejemplo.

O lo que sea, o discutir o tener que darle cuenta a alguien, ¿sabes?

Entonces, solo estoy bien.

¿Y no crees que eso te puede privar de una buena oportunidad para algo mejor?

¿Lo has pensado alguna vez?

Bueno, pero como estoy, estoy feliz, o sea, no lo sé.

Es que tampoco a lo mejor tengo esa capacidad de saber vivir en pareja.

Es que lo intento varias veces y ha sido nefasto, o sea, no lo sé, entonces, como no me veo

capaz de ello, estoy bien como estoy.

Oye, se puede dar algo de conocer a alguien, quedar, no sé, pero tú en tu casa y yo en

tu casa mía.

Eso sí, no.

Sí, sí.

Te costaría ver el tema de vámonos juntos, ni de coño.

Cuando lo has intentado no ha funcionado bien.

No, es que tampoco quiero vivirlo.

Es que...

Pero lo has llegado a vivir alguna vez.

Sí, sí.

Par de veces.

Y como mejor estoy...

No reto yo.

No, mejor estoy solo con mi espacio y mi movida, ¿sabes?

¿Lo crees que hay como casi una obligación social, de comunidad, de que el formato de

una persona adulta es acabar con una pareja y que, si no, para la gente se ve como incluso

un fracaso y no tendría que ser así, de que la soledad, que no es lo mismo que estar

solo, porque tú seguramente no quieres estar con alguien, pero tú no estás solo, tendrás

tus amigos conocidos, chicas random.

Y parece que esto es como la opción que la gente tiene miedo de acabar así.

A ver, es que también...

No nos lleva ello, ¿no? Hollywood. Es como el ideal, ¿no?, de estudias, haz un master,

trabaja en Microsoft, combate una casa en las afueras, combate un mono volúmen y tan

hijos.

Ah, hay un labrador, ¿verdad?

Y todo guay.

La vida prototípica, ¿no?

No, y al final puede ser, pero yo a lo mejor no sé lo que quiero, porque no sé lo que

quiero, pero sí sé lo que no quiero y sé a día de hoy por lo que no quiero volver

a pasar, entonces son cosas que las voy vetando de mi vida y por ahí cada vez me voy encontrando

mejor.

Oye, a lo mejor no es lo ideal, bueno, según quién, porque a mí me funciona y me está

funcionando la mejor época de mi vida es cuando más solo he estado, entonces es cuando mejor

me siento. Si tú eres feliz estando en pareja y llevando esa vida prototípica como tú

dices, perfecto, pero yo soy feliz así, entonces no me tienes por qué obligar y mucha gente

en el chat te lo dice, joder, ¿y para cuánto una pibita o para cuándo una pareja o para

cuándo?

¿Por qué?

¿Por qué?

O sea, tengo que estar, pero todo el mundo está con eso en la cabeza, ¿sabes?

Sí puede ser, o sea, al final creo que por ahí vendrá la frustración de mucha gente,

llegará una época, un subida o su madurez que le dirá, ¿dónde coño estoy?

Bueno, pues yo me voy conociendo a mí mismo, a estas edades, pues me imagino que la gente,

en vez de ponerse a pensar en sí misma más pequeño antes de ir por la vida corriendo

así como los cabestros, tío, así, pum, mirando para antes solo, cumpliendo metas que te

imponen otros sin conocerte a ti mismo, sin conocer bien tu sexualidad, a lo mejor, o

saber lo que quieres en la vida, es que muchas veces la gente llegará con 18 años y dice,

qué estudio.

Ya.

Y empieza una carrera y la oreja y tal, y frustración, y a eso le junta una pareja

porque con 18 años hay que tener novia y tal, pa, pa, pa.

Entonces, no sé, creo que estaría mejor pasar más tiempo sólo o educar más desde

autoconocimiento personal. Sabes de que cada uno se ve a sí mismo y diga que es lo que

le apetece, de verdad. Es un alegato a favor de estar solo y es curioso por eso que dices

eso en la época en la que estamos más conectados socialmente que nunca o incluso tú, que llevas

mucho tiempo ofreciendo un contenido... 24 horas. Que es estar conectado con gente y gente

que se conecta a ti, ¿verdad? Que físicamente quizás no, pero igualmente hay una conexión

social. Sí, hay una relación parasocial. Vale, bueno, al final... Bueno, yo entiendo

que esas relaciones se crean cuando tú ves tanto una persona que sientes que es tu colega,

pero realmente no es tu colega, ¿no? O sea, realmente tú eres un espectador, yo soy el

que entretiene. Se rompe la barrera, sí, pero tú también tienes que hacer por tu parte

para que eso se vea que no. Gente que te dice, oye, que te ha hablado al Instagram, bueno,

no atiendo mensajes privados. No respondo ni a chicos ni a chicas por Instagram, ni

mensajes privados porque... ¿Te gusta para cada diferencia? No, y aparte creo que es ser

más profesional, ¿no? Para no romper esa barrera, oye, este es mi trabajo y tal. Entiendo

que la gente pueda confundir ese término, ¿no? Pero intentó a mi comunidad decirle

eso a muchas veces, chicos, esto no es así, esto tal. De hecho, hay un vídeo de Ludwig

muy bueno que se llama... No soy tu amigo en inglés, ¿no? Y es hablando de esto, ¿no?

De cómo la gente rompe esa barrera porque se sienten inspirados por ti muchas veces.

Y no es como la fe. No, no es como la fe. No es como malicia ni con ganas de ser.

No es como la fe, o... Pero es real. Una vez me dijeron esto y dice, Johnny, es que

tú no te das cuenta que a lo mejor eres el puerto o el faro para mucha gente, que a

lo mejor no saben qué quieren con su vida, no saben cómo salió adelante. Y lo entiendo.

Pero tampoco puedo yo cargar con toda esa presión de, sabes, de intentar responder

por ellos o dar el consejo de su vida porque no puedo, porque me ha costado mi mucho encontrarme

a mí mismo o cada día lo hago para intentar superarme como para ocuparme de todo, ¿no?

No de sí, yo hago ese contenido 24-7, pero intento separar bastante, ¿vale? Y esto todo

tiene un objetivo y unos horarios y me hago mis diferentes secciones durante el día. Me

cuesta hacerlo, sí, porque al final es un esfuerzo físico y mental.

Joder, te digo. Pero ya me he encontrado. Entonces, a lo mejor

creo que soy la persona para hacerlo, porque cada uno tiene que hacer las cosas en función

de sus skills y sus habilidades y lo que sea capaz de aguantar.

Y que tú lo haces ya después de conocerte muy bien a ti mismo.

Exactamente.

Porque venías de siete años de calle, que ahora volveremos a tu vida y empiezas cuando

ya tienes autocontrol sobre ti mismo, te conoces perfectamente, sabes en lo que eres

bueno en lo que no, en lo que te apetece y lo que no. Y no, y aprenderás cuando tengas

80 y todo.

Totalmente.

Pero si quieres decir que no todo el mundo ha estado años analizándose a sí mismo,

casi nadie de hecho.

Bueno, es que el final hay que tener tiempo.

Claro.

Claro. Es que tú imagínate con un sueldo de 1.500 pavos pagando un piso de 800-900,

trabajando 8, 9 o 10 horas si eres camarero, 5 días, 6 días si eres camarero, transporte

ahora para arriba y abajo, a la que quieras quedar con un colega, ¿qué tiempo tienes?

Es que la gente va, tío, a mil por hora.

Y se le suma eso, que quieres o no, yo que nos dedicamos a ello, pero es parte del problema

para mí, que el poco tiempo libre que tiene mucha gente lo gasta, a veces, en contenido

vacío que está en internet.

Pero también la gente necesita evadirse, ¿no?

Sí, pero a veces no solo se va a irte viendo una tía bailando en TikTok.

¿O sí?

A lo mejor es más negativo en ese sentido, pero lo mejor es poner la mente en blanco.

Ya, pero yo me acuerdo que hace unos años había tiempo para todo, para entretenerte,

pero también había tiempo para imaginar, para pensar, hoy en día la gente no imagina,

la gente está constantemente pegada a una pantalla, del ordenador, del portátil, de

la tele, del móvil, constantemente, no hay momento para la imaginación, cada vez se

lee menos, por lo tanto estimulas también menos una imaginación de algo escrito.

Yo creo que tenemos un problema, yo creo que es que es un extremo, o sea, hemos pasado

de un extremo al otro completamente diferente.

A ver, si dices en el típico de chaval con vida estándar, tata, tata...

Sí, no pasa normal de vida estándar, vamos a ver.

Seguramente, digamos perfil estándar, puede ser, lo que pasa es que yo, a lo mejor en

mi caso, pues he tenido tiempos de llamar los 7 años en el tibet, ¿sabes?

Otros de nueve meses en la cárcel, mucha lectura, a dos libros semanales, otros nueve meses

en la cárcel, otros dos libros semanales, otra vez que estuve en un centro, pues un

montón de libros, jugar al ajedrez con otras personas y tal, en la cárcel, o sea, perdón,

en la calle me le he ido un montón de libros también, me iba a la cuesta de Moyano y me

los pillaba el, sé eso, de segunda mano, un euro, dos euros y me le he ido el quijote

en la calle, ¿sabes? los dos libros. Entonces, sí, pero porque yo a lo mejor he tenido ese

tiempo, pero es que he tenido que pegarme la hostia más grande del mundo para tener

ese tiempo, es que si tú nunca has tropezado y te has visto en esa, a lo mejor va a hacer

falta que te doy una agresiva de ansiedad, vayas a la parte psiquiátrica del hospital

X y sigues ingresado para celenarte y relajarte, y a mucha gente le pasa eso también.

Sí, no, y en el último podcast hablamos en la tertulia de que para mí está habiendo

una crisis salud mental, como no sé, sin precedentes y como no se había visto nunca,

sobre todo en edades infantiles y en gente adolescente. De hecho, la noticia que más

me impactó quizás de esa semana fue una de que el bloque entero de un instituto, de

la dirección del instituto, ha dimitido porque hay 15 personas, 15 chavales con conductas

claramente suicidas, 15. Estamos hablando de un instituto, o sea, de gente de 12, 13,

14, 15 años. Y eso indica algo el otro día, pues de aquí cerca, además dos niñas de

12 años intentaron suicidar. Yo estoy viendo algo y yo creo que tiene que ver un poco esta

hiper conectividad, tiene cosas buenas, muy buenas, pero también tiene cosas que creo

que nos están saturando un poco los estímulos y están...

Yo al revés, yo creo que los chavales de ahora, porque yo, donde dormía en la calle

en la plaza, conocimos un montón de chavales de 15 años, que han empezado a patinar, han

empezado a hacer su primer grupo de amigos y les he visto a chavales mucho más conscientes

de su salud mental que tú y que yo, y mucho más decididos hablar con sus padres de decirle

que se encuentran mal. Yo sí lo he visto.

Yo veo lo contrario, veo que quizás son conscientes, pero problemas que tienen problemas mentales.

Bueno, pero es que a lo mejor antes te lo callabas y vas con un tramo patado tu vida

o te pega el chispazo.

Yo tengo la sensación de que... y no es la típica conversación de no estar poco a

la mejor, porque en esta época había cosas mucho peores que ahora, pero tengo la sensación

de que los adolescentes y la infancia de hace unos años, de una vida normal, vamos a poner

todo en el estándar.

El estándar, sí.

Por supuesto.

Familia media para los trabajadores.

Familia media para los trabajadores, no le falta nada, tampoco le sobra, lo normal,

lo típico.

No normal.

No hay más, no, clase media.

Yo tengo la sensación de que teníamos muchos menos problemas, de que había mucha menos

comparación social, de que había mucho, mucha, mucha menos presión social.

Y en día la presión está global. Antes de la presión la tenías con tus cuatro compañeros

de clase.

Sí.

Hoy en día la presión la tienes con un tío de California, que acaba de subir una foto

y dices, yo no soy como él, o yo no tengo la novia que tiene él.

Y a lo mejor tienes 13 años, o la niña que está triste porque se mira a mi espejo y

dice, ¡wow!

Sí, ya sé por dónde vas.

Es una comparación social que no existía en nuestra época, y que ahora es no tan solo

muy fuerte, sino que también cuantificada con likes.

Se tiene un número.

Sí.

A mí no me da muy buen rollo, no me da muy buena espina eso.

Hostia, a ver.

Y está viendo una oleada de problemas de suicidios infantiles, adolescentes, que yo no había

visto en mi vida.

En estos dos...

Pero a lo mejor antes no se hablaba tanto, ¿no?

Podría ser que ahora se hable más, pero no sé, es una sensación que a mí me da.

O que se tapara más.

Es que al final no se habla de ello nunca, porque dicen, no, es que no queremos hacer

efecto llamada.

No, es que no interesa hablar de ello a lo mejor.

Es que resulta que de cada dos personas que van a un centro de salud, a buscar atención

mental, o sea, salud mental, una, no recibe tratamiento o no recibe el adecuado.

Bueno, eso es una locura.

O sea, es que ahí...

Tratamientos alimentales, es muy...

Es ambulatorio, primero se medica, no es uno a uno, están saturados.

Te dan hora para medio año.

Dos meses, tres meses, si no, tiene que ser de pago.

Entonces, es que venimos de la época del macho alfa, sé un líder con el lobo de Wall

Street, y ahora hemos pasado al otro, pero pan de una hostia.

Y no ha habido una transición, ¿sabes?

Como sociedad, creo yo.

No, en cinco años se ha cambiado el mundo.

Ah, eso voy.

Pero totalmente.

Ha sido como, ¡pum!

No sé, yo de repente tenía un Nokia 3310 y de repente le vi a mi compañero.

De un iPhone.

El primer iPhone que tenía yo me lo daba y yo hacía así y veía una bola que se movía

por un agujero y digo, ¿cómo se hace esto?

¿Dónde está el snake?

¿Dónde está la serpiente?

A ver, ¿cómo puedo jugar a esto?

Literalmente, así.

Yo de repente estaba con un móvil de mierda y mi jefe aparecía con un iPhone y digo,

¿qué es esto, tío?

No, no, mira, mira, mira.

Juega, juega.

Y yo miraba así la bola, la podía mover y...

Y flipaba, ¿no?

Y decía, ¿verdad?

¡Ojalá sea esto!

¿Sabes?

Esto está actil.

¿Dónde está el número?

¿Dónde están los botones?

El mundo ha cambiado de una barbaridad en muy pocos años.

Pero muy poco.

Es muy poco tiempo.

Yo tuve internet la primera vez con 28 años.

Hostia.

Con 28 años tuve mi primer ADCL.

Wow.

Una semana sin dormir.

Me dice, ¿cómo se llamaba... ¿Tú ahora es del Second Life?

Sí, creo que de hecho aún funciona.

Yo nunca he jugado, pero es muy famoso.

O sea, es el enganche que me pega el Second Life, ese.

¿Tabas ahí metido, no?

Ahí, intratuando con la gente, tiraba un mundo virtual.

Creo que aún funciona, diría.

No lo entendía bien, pero mi colega era DJ y el otro no tenía una tienda de coches.

Y...

El metaverso, amigos.

Era venir a trabajar y meterme ahí, tío.

Me tenía una puta semana sin dormir, tío, casi yendo de un palme a trabajar, semblando

a dormir dos horas.

Con un vicio de flipas.

Y me lo terminé quitando.

Porque no era bueno para el cuerpo, ¿no?

Pero se me pasó lo mismo con TikTok.

¿Sí?

Me instalé TikTok un día viviendo en la calle cuando recién empezaba con el canal.

Sí.

Me lo instalé a las 11 de la noche y me lo desistaleré a las 6 de la mañana.

Del tirón, porque no había esparo de ver.

Sí.

De mirar.

Me enganché a una chava, la mexicana, contando chistes, empecé jaja, jaja, jaja, jaja,

uno a otro, realmente...

La 6 de la mañana, viva, hasta fuera.

O sea, las redes están hechas para...

Para otra parte.

Las compañías de redes todas, ¿eh?

No hay una peor que la otra.

Todos lo hacen.

Contratan a psicólogos para, eh, puesto, el tema de adicción especializado, ¿sí?

De hecho...

La adicción que han trabajado en casinos, que han trabajado en estos tipos de sitios,

para hacer algoritmos que sean lo máximo adictivos, porque son plataformas gratis,

donde está el dinero en el tiempo de retención que estamos, en los anuncios que te cuelan,

etcétera.

De hecho, ya en el algoritmo, ya estoy inteligencia artificial y ahora ya va en función de la

retención.

De hecho, el más bestia que hay en YouTube de retención por vídeo es Mr. Beast.

Se consigue un 80% de retención en cada vídeo y está trabajado y está estudiado en cada

vídeo de cada momento en el que se dice el guión y todo, ¿no?

Para que ese vídeo, ¡pum!

De principio al final, un 80% de la gente lo vea.

El que le da clic de cada 180 lo termina en el vídeo, ¿no?

Pues es un poco eso, ¿no?

Y cada creador lo busca, por su parte, y las plataformas más.

Y las plataformas van a recomendar el contenido que más retenga.

Claro.

De igual...

Ahora los followers dan igual.

Ahora los seguidores dan igual.

Ahora lo que le interesa es la retención.

El es que va a hacerme un vídeo de dos minutos que la gente se lo vea un minuto y medio.

Lo recomiendo a toda la plataforma.

Y así funciona.

Entonces, claro, las plataformas saben lo que hacen, que es buscar retención a la gente

leal lo que necesitan, pero yo sigo pensando que no es que la gente esté gilipollas o

diga tal.

Yo creo que la peña muchas veces necesita poner la mente en blanco y hacer así y olvidarse

de su cristalidad, tío.

Yo creo que...

Yo me he drogado para hacer eso, ¿eh?

Para hacer la mente en blanco.

Yo me he drogado para estar sin pensar en otra cosa, sin irme drogándome.

Es que yo creo que esto es una especie de droga.

Yo creo que...

Y te hace evadirte y no pensar en tus problemas, tío.

Ni en tu existencia ni en tu vida.

Pero nos está volviendo adictos a la conectividad, a los teléfonos.

O sea, la gente se adicta ya.

A lo mejor todos somos o casi todos en los somos.

Ya.

Para mí no es bueno.

Es una sociedad que nos ha convertido en yonkis de algo, no para mí se torcida.

Ya.

No hay nada perfecto, nunca habrá un formato perfecto y eso es evidente, pero...

Pero ¿y qué es que vía a descapetir de la persona que está jodida de la vida que

la única forma de evadirse es esa?

Claro, yo lo diría otra.

Serías desde el deporte hasta el...

Pero no todo el mundo está macho alfa como tú.

No, pero deporte.

Te voy a hacer una chica de 12 años para hacer deporte.

O no.

Pero es que no tiene el hábito.

Es que no tiene el hábito, tío.

Es que es muy difícil.

Pero si tiene que ayudar a tener hábito.

O a lo mejor necesitan un pujoncito.

Es que a mí me parece perder el tiempo.

No todo, pero hay mucho contenido que es perder el tiempo.

Sí, si estoy de acuerdo.

Y muchas veces hay contenido así.

Y es primero que lo hago.

Y que me gusta perder el tiempo.

Sí, pero...

Pero no está adicto.

No, que la gente pase una hora en la cama con el móvil así, cuando se tiene que dormir.

Todo el mundo a lo mejor es tan metódico como tú y tan...

Yo no soy muy metódico.

No, no.

Pero me refiero que es tan consciente de ello como tú.

Pero eso es...

Por eso se tiene que hacer conciencia.

Eso sí, estoy de acuerdo.

Que todo tiene un coste.

O sea, que todo esto sea gratis tiene un coste.

Obviamente.

Algo estamos pagando.

Y pagamos con nuestras adicciones y con nuestro tiempo.

Con tu tiempo, con tu salud, con las olas que ves anuncios, etcétera.

Me da pena ver una pareja sentada que no se miran a la cara.

Y que están...

En un restaurante.

En un restaurante.

Pero digo, en serio.

O sea, a menos tener una conversación, ¿no?

Si te interesa más lo que tienes en la pantalla, que lo que tienes delante...

Sí.

Esto se ve mucho ya.

Un grupo de amigos.

5 amigos en una mesa.

Todos así.

Y dices, hostia.

Y vas a un...

Pasas por un parque y están los chavales tan cada uno con su móvil.

Que es muy interesante este debate, porque me parece que son un poco dos visiones de la

vida moderna actual de estos últimos 3, 4, 5 años, que son...

Es que me explota la cabeza con estos debates porque me parecen mega interesantes.

Y esto va a ir a más.

Y ahora con inteligencias artificiales que nos van incluso a dar más herramientas para

automatizar cosas.

Bueno, pero ¿vistas lo de las influencias chinas?

Las que estaban en la calle.

Que el...

Sí, lo hablamos desde hace unos semanas.

No se hablamos, ¿no?

No, no.

Sí.

Estaban ahí en el suelo, en una calle, que tenía buen algoritmo para tal y todo esto.

Sí.

Bueno, es que el tiktok chino tiene el siguiendo, el para ti y el en tu zona.

Claro.

Y en tu zona, pues las chicas se ponen cerca de la zona de los récords a ver si le llegan

más bits o donaciones.

Y...

Era distópica la imagen, ¿no?

Y ves, una calle de streamers al lado de la zona de los ricos ocupando una acera entera

con oro de luz y teléfono, notó por buscar vivir de ello, ¿no?

Curioso.

Era una imagen curiosa.

Vale.

Pero es que cuántos millones de canales hay...

En Twitch.

Muchísimos.

Por lo menos 7, 10, 12 millones de canales.

Cuánta gente...

Porque en Twitch sí que es triste.

Tú haces así scroll para abajo, cuánta gente hay con menos de 20 viewers, 3 viewers, un

viewer.

La mayoría.

Años, intentando ser streamer.

Claro.

¿Cuánta gente hay con canales que nunca van a monetizar en YouTube?

La mayoría.

Intentándolo.

Es que es lo que hay, tío.

O sea, al final es difícil, es duro, pero el conocimiento yo creo que va a dar la madurez

y las hostias que le pegues y vas a aprender de tus errores.

Claro.

Yo he vivido de mi soledad que por desgracia he vivido, pues cuando otra persona llega

un momento de hasta pollismo que diga hasta aquí no llego, dirá que estoy haciendo

con mi vida.

Pero tú has encontrado tu forma hace unos años o yo hace unos años y cualquiera que

haya salido de ello o sea más consciente hace unos años, pero es que a un chaval de

15 años que no sabe ni lo que estudiar, tío.

¿Qué va a hacer?

Lo que dice tu influencia es que está el rapero de mi barrio que es que va con un coche

alquilado vendiendo una vida que tal, pero yo me lo creo y pienso que es verdad.

Y se venden imágenes y se venden…

Se venden una mentira.

Sí, muchas mentiras se venden también.

Y no solo la gente famosa, incluso lo triste es que la gente anónima también vende mentiras.

Totalmente.

Hemos hablado de los filtros aquí que es una locura.

Ya directamente ha habido un aumento, se ve que de operaciones de cara, de estética,

pero no me acuerdo el porcentaje, pero ahora elevadísimos los últimos dos años debido

a los filtros.

Porque los filtros están provocando una disonancia entre la imagen que te ves o una foto normal

y el filtro.

Hay muchas chicas que se hacen imágenes con filtro.

No verás una imagen sin filtro, aunque sea el filtro de que talisa un poco, no que te

cambia la cara, pero el típico no que te quita las ojeritas, te afina la barbilla,

se ve que están las operaciones de barbilla, de nariz, de antiojeras, el ácido y el urónico,

todo esto está que flipas aumentando.

A ver a mí me molan, los he probado y tal, pero no me veo haciendo una foto.

A mí me molan de eso.

A mí me molan de eso.

Bueno, que nos hemos ido totalmente, volvamos a tu vida, ¿vale?

¿Dónde estamos?

Mira, estábamos en el internado de monjas, pasan los años, exacto, todo esto, pasan

los años y de ahí cuando sales de ahí.

De ahí voy a los jesuitas de Maldonado y donde lo de Carrero Blanco, que te he contado,

ahí estoy dos años, sexto, siete, medio, octavo, sexto lo repito, sexto de GB, siete,

medio, octavo, de ahí voy al instituto de mi barrio, al Pablo Sexto, en Braumurillo.

Vivías con tu abuela, aún seguías mi abuela, ya no estabas internado, tú ibas cada día

a tu casa.

Sí, al instituto y volvía.

Vale.

Bueno, desde sexto dejo estar internado.

Vale.

Yo tengo trece o unos cuantos y ya puedo coger el autobús y volver, ¿vale?

Y bueno, pues ya empiezan a pasar cosas, ya empiezan los porros, ya empiezan el barrio,

robó una moto con otro colega del barrio, me pillan.

¿Cuántos años esto?

Tres, c, catorce?

Catorce, aquí no me acuerdo.

¿Te acuerdas de hacer primer la primera vez que pruebas una droga?

Que sería un porro, ¿me imagino?

Fue un porro, sí.

Fue con trece, catorce.

Trece, catorce.

Porque en aquella época mi abuela estaba obrada de riñones, estaba muy grave, y yo

cada fin de semana que salía del anterior, ¿eh?, del internado, me iba a casa de unos

primos.

Entonces, con mi primete Pablo y tal, pues bueno, ellos ya eran más eso y lo probé,

probé lo que es el cannabis, ¿no?, los porros, el polen y tal.

Los drogas duras, no, ¿eh?, luego en el barrio también lo probé más veces, pero no era

consumidor habitual de ir a comprar y consumir.

¿No te habías enganchado el cannabis?

No, no, era esporádico, es muy esporádico, si alguien tenía o se daba, pues, pero no

era de consumir.

¿Vale?

¿Vale?

¿Cómo llegas a robar una moto?

¿Cómo funciona la cabeza en ese momento para decir, va?

Estoy en una época en que el instituto ya todo funciona de otra manera, ya la gente

se va marcando más territorio, ¿no?, está el grupo de los skins, el grupo de los bacalas,

el grupo de los malotes, uno vende perico, en los ochenta esto, ¿verdad?

En los noventa.

En los noventa?

Sí, en los noventa se movía todo eso, ¿no?, el instituto, la gente iba al instituto

en moto.

¿Te acuerdas?

La gente se comió a su motillo y va de malote con su plumas y tal, ¿no?, es astética, ¿no?

Sí, a partir de los quince era que se podía tener moto ya, por ahí, ¿no?

Sí, entonces la gente iba con su moto de cincuenta, tuneada, con su pedrogómez, ¿no?, con su

pedazo de plumas de quinientos pavos, etcétera, ¿no?

Entonces, bueno, es como eso y entonces, pues ya se, ya se, me empieza a meter con ese

mundo, ¿no?, empecé con uno, con otro cambio bastante de grupo, ¿vale?, pues al final

me junto con otro salga se movía Jonathan como yo y nos vemos, pues, en los bajos de

Perence y nos encontramos ahí un tifón, lo partimos el bloqueo, le hicimos ahí, le

quitamos la tapa delante y no lo llevamos.

Y fue como juego o queríais revenderlo niñatada, niñatada, niñatada, niñatada, luego otra

vez pues cogí y vamos, yo salía del instituto del Cumbre, ese instituto, em, iba por Cusco,

creo que era y me encontré, iba con dos chavales también, que le aliábamos bastante y vi

un vespino con las llaves puestas, pues cogí lo arranqué y me la llevé, pero sin casco

y sin nada y en mitad de la plaza Castilla me pegué la hostia con un coche, me caí,

se me dobló el manillar, porque es tipo bici que se lleva el manillar con un lado y el

rapado otro me puse de piel, lo enderecé y me fui con la moto, no pasó nada, no pasó

nada, me levanté, me empujé y me llevé el vespino a la plaza La Remonta, que era la

plaza donde paraban algunos chavales también así, el barrio Jodidillos y tal y aparejo

aquí con mi vespino robado en La Plaza La Remonta, que encima hay una comisaría nacional,

o sea, estaba aquí, estaba aquí la comisaría de nacionales y los chavales aquí fue ando

porros, hostia, son a los noventa, claro, ¿sabes? y me llevo la moto pues traba acá,

y la vendiste ahí con un colega, y cuando robeabas eso, por ejemplo, te sentías mal,

había algún sentimiento de bueno, esto no está bien hecho, te la pelaba, sí, de hecho

creo que dentro de buscar esa aprobación, al final uno busca la aprobación de cualquier

manera, ya sea en el entorno que te ha tocado, pues intentar querer ser uno más de ese entorno,

o sea que con los años me da cuenta que yo no soy así, vale, no, no, yo muchas veces

me he visto en alguna pelea o yendo a robar a alguien, y luego decir, tío, lo piensas

a día de hoy y se te ponen un nudo en el estómago, ¿cómo hice eso, tío? ¿sabe cómo

eres capaz de ir a intimidar una persona? A día de hoy lo pienso y se me pone un nudo

en el estómago, ni hacerlo, ni hacerlo, así que me podría vomitar, pero en esa época

lo haces y no eres consciente, porque tú solo quieres ser parte de la movida, quieres

ser parte de ese grupo de gente y intentar agradar o intentar sentirte parte de, ¿sabes?

Claro. Y es lo que me decía mi abuela siempre, ¿no? Dime con quien andas y te diré quién

eres. O sea que el grupito con el que te movías en esa época, ya de adolescente, era el típico

grupito de eliantes. Sí, la gente del barrio, tío. La gente del barrio. Sí. El barrio

de los 90, que sería una mezcla de todo, ¿no? Sí. De un skin por aquí, el otro el

bacala. No, era más gente de barrio, más quinquillera.

Más quinquillera. Sí. Había un gitano también. No, gitanos, no, gente de barrio, tío. Del

Marasaña, ¿estabas? No, ya está en Tituán. En Tituán, vale.

Barrio Obrero, eso, la iglesia en frente de mi casa, pues donde la sacristía, o sea,

ahí se pinchaba la gente. En público. Sí, y tú ibas al parque y ya viajas en los

parques, esos eran los 90. Y bajabas y jugabas al fútbol y llegabas con las piernas encarnadas

de jugar al fútbol, o te ibas a jugar a las chapas. Claro. O ibas a por un triángulo

de chocolate, ¿no? Esa era la vida de los 90, ¿sabes? Subías a por tu bocata de nofilla

y bajabas. Claro. Pues eso. Cuando ya estás empezando a tener estos

ambientes y estas amistades, el robo se empieza a convertir en algo más habitual. Sí. Ya

no en una niñatada, sino en algo que tú le ves una forma de vida. No, es que no es

una forma de vida. Es que, tío, te ves de repente, porque claro, ahí nos hemos salto

una parte gorda. Yo comí todos tres delitos, pero hay un detonante, ¿no? Y el detonante

es que la convivencia con mi abuela es jodida. ¿Vale? Porque mi abuela tiene a mi padre

y a mi tío Junkies. ¿Vale? Mi abuela tiene seis hijos y un tío, dos. Mi padre y mi tío

mala vida. ¿Vale? De hecho, mi tío murió de sida. Entonces, claro, ella ya estaba

superrevenida conmigo. A mí se me junta con él durante mi infancia. Yo lloraba por las

noches. Ahí faltaba una madre y un padre. Yo no sabía nada. Nunca nadie me preguntó

cómo estaba yo, cómo me encontraba. Nunca fui constantemente en antes. Se genera ese

odio, resentimiento, esconder tus sentimientos. No se hablaba todo como se habla ahora. ¿Vale?

Entonces, pues te vas quemando, te vas juntando con una bola por dentro y para ti todo el

mundo tiene la culpa, de todo menos tú. Estás enfadado con el mundo. Exactamente.

Y claro, pues yo quería ser parte del barrio, mis colegas y te vas con el lado del fuego

en el losco, con el otro. Yo sí iba a la plaza mayor con 2.000 pesetas en navidades

y a mí me daban 100 o 200 pesetas. Es que no me llegaba ni para el burbuerquín. No

me llegaba ni para ir a por la hamburguesa, que iban todos. Pero abuela, dame más dinero,

que es que todos van a por petardos, ya por bromas y joder, si me voy con la cara partida

me están invitando siempre. No, es que si no es para droga. Y eso es que me repateaba.

No, es que si no es para droga. Y bueno, pues me dieron un último atón en mi casa,

en plan de, tío, te voy a hacer pruebas como dispositivo en drogas, eso fue mi tío, te

vas a ir de casa. Vale, me hicieron unas pruebas, pero yo dinerativo. De repente llega

un día que yo discutí muy fuerte con mi abuela, que esto fue el 20 de diciembre del año

1996, por lo del dinero. No me daba dinero para ir a la calle con los chavales y me

fui pegando un portazo. Pues aquí a las 10, pues voy a venir a las 12 o no voy a venir

y pegó un portazo. Cosa que luego me fui a la plaza mayor, fuimos de navidades por

ahí a pedir la guinaldo como todos los chavales de la época y tal y volví temprano porque

me sentí mal. Dijerte, joder, tío, eres un gilipollas, vuelve antes, tal vez. Y cuando

volví me encontré a todos mis tíos. No estaban ni mis tías, ni mi abuela en casa. Oye,

vete a tu habitación que tenemos que hablar contigo. Ahí ya de repente me voy a la sala

de estar, perdón, no la habitación, me voy a la sala de estar, a ver la tele. Y ahí

suena el timbre, llega alguien, me dice que ha venido tu padre. De repente llega mi padre

que no lo había visto en mi vida. Me siento hablar con él, me dice que por qué no le

llamaba, una movida, qué tal. Entonces de repente ya me dice a mi tío, mira, tienes

que ir a un hostal. Al día siguiente me llama mi padre y me dice, no puedes venir conmigo

porque yo estoy casado con una gitana y tengo dos hijos. Y ahora no puedes venirte a vivir

con nosotros. A lo mejor podríamos espiar un piso y vernos los fines de semana. Y yo

es que de repente yo me vi sobre pasar, yo no sabía qué hacer. Y al día siguiente

mi padre me dice, mira tío, di que no quieres estar conmigo ni con ellos y a ver por dónde

salen. Es que recuerdo esas palabras textuales. Vamos a hacer esa estrategia, a ver por dónde

salen. Y yo habíamos quedado en una cafetería que abajo de abajo en mi casa se llamaba el

Ladería Martín, que ahora es un goico en la calle General Perón, lo recuerdo perfectamente.

Y quedamos allí y me dijeron, bueno, yo no tan qué quieres hacer. Y yo venía con la

idea de, tío, agachar las putas orejas, pide perdón por dónde bien, estudia, no salgas

de casa, no te juntes con este, no te juntes con el otro y ponte las putas pilas. Pero

por la mañana había quedado conmigo, o sea, yo estuve en el nostalto la noche. Y yo había

pensado todo eso, tío, agachar las orejas, agachar las orejas, agachar las orejas.

¿Has arrepentido, no? Arrepentido y diciendo, tío, agachar las orejas. Pero al día siguiente

quedé con mi padre por la mañana y me dijo, no, tío, vamos a hacer esto a ver qué dicen

y le queréis. Y bueno, pues me dijeron, vale, pues vete para el nostal y te iremos qué

vamos a hacer. Y pues, nada, al día siguiente me llevaron a un centro de menores. Claro,

¿tú no quieres con tu padre, no quieres con nosotros?

Hostia. ¿Has decidido? Cuando... esa es la peor decisión que toma en mi vida, tío.

Es jodido. Espera un poquito, tío. No, no pasa nada, hombre, al final, sacar estas

cosas yo creo que es necesario y es bueno. Entonces, bueno, es que a veces que recuerdes

esta parte, tío, me jode bastante, ¿sabes? Porque es que... era haber cambiado mis palabras

y me hubiera quedado con mi abuela. Y hubiera podido encaminar mi vida y no haber pasado

por todo lo que ha pasado, ¿sabes? Tú sabías que... o sea, tú sabías que

ibas a cambiar. Estabas convencido. O intentarlo. De que ibas a intentarlo. Por lo menos estudiar,

portarme bien, no hablar mal de mi abuela, no ser tan exigente con mi abuela lo mejor

o no hablarla tan fuerte, ¿no? Nunca la he pegado mi abuela ni nunca la he maltratado

ni nada de eso, pero era intenso. Exigente, ¿no? Exigente. Oye, quedame el dinero que

me querí con mis colegas, me sé que pues me voy o tal, o me voy a la calle, ¿no? Más

que otro chaval a lo mejor, pues guardo unos horarios de estudio o tal, ¿no? Yo era un

poco más, pues, entro, salgo, hago lo que quiero, ¿no? Vía de calle. Sí, pues yo estaba

más dispuesto a hacer eso, pero hice caso a mi padre y hice todo lo contrario. Y claro,

pues de repente te ves con 16 años en un centro de la Comunidad de Madrid, en un centro de

menores. Imagínate qué tipo de gente debería haber en ese momento ahí, ¿no? Pues un montón

de menas y un montón de chavales, pues que vienen como yo. El que no tiene padres yonqui,

los tienes en la cárcel, el que no le han quitado los hijos porque no pueden mantenerlos

o el que no viene porque es que su padre le maltraté y le quema cigarrillos. Eso es lo

que te encuentras en un centro de menores. Claro, de ahí... ¿Eso era como una cárcel?

No, es como una cárcel porque entre... No, al revés, los chavales se apoyan muchísimo.

Se había mucho apoyo entre vosotros. Sí. Mucho apoyo, tal... Hay pérdida de virginidad,

una chica que conocía allí... Ah, porque era mixto. Era mixto. Ah, vale. Y bueno,

de ahí me pasan a Canillejas, a un centro menos en Canillejas, y ahí, bueno, pues conozco

a esta chica. Otro dúbito, para ahí empezo ya juntarme con lo peor. O sea que ya, en

vez de ir a mejor, ahí ya es cuando explota... Sí, porque ya es si en tu casera una semi-libertad,

aquí ya es la libertad total. Eres menor, eres intocable y un educador de un centro

menos no puede hacerte ningún. Entonces tú ya coges, entras, sales, robas, cada vez que

te pillan, juzga de menores, abogado del ayuntamiento y otra vez para el colegio en libertad, y

entras en una avena que ya entrende en dinámica pues de robar coches, de pegar más palos...

Ibas y hacía robos incluso a gente que iba por la calle... Sí, una baja, intimidación

y violencia. O sea, ya explotó y ya fuiste al siguiente nivel. Al siguiente nivel. Ahí

ya llegó pues situación insostenible también para el colegio menores. El director decidió

hablar con la comunidad de Madrid y que ellos tuviera fuera del centro, que ellos tuvieran

un nostal. Entonces la comunidad de Madrid me pagó un nostal hasta los 18. Pues yo era

un nostal y iba solo para dormir y comer. Todo el día en la calle, robando, drogándome y

bueno... Ahí sí que te drogabas. Sí, ahí consumí por primera vez éstasis, probé

la cocaína, me iba a todo el final de semana de fiestas, las discotecas, a la muerte de

5, 10, 15, 20 pastillas en un fin de semana. La hostia. Y ahí empezó toda esa... Círculo

vicioso. Exactamente. ¿Vivías de lo que robabas? ¿O de dónde sacabas el... No, es que comían

el hostal, tenían la pensión pagada, pensión completa. Por el ayuntamiento, ¿no? Sí. Es

que de hambre nunca te mueres, tío. Es que, no sé, me hagas un palado de chavales y te

compras una hamburguesa o... No sé, de hambre nunca te mueres, no sé. Ahí tú seguías

sintiéndote enfadado con todo el mundo, contigo mismo. Ahí es que ya pierdes el control.

O sea, no eres consciente de nada, eres simplemente una persona que no tienes un rumbo en la

vida, lo único que sabes es drogarte, juntarte con otros dos y ¿qué hacemos? Vamos a pegar

un palo y vamos a drogarnos. Y ya está. O sea, es que no hay... Y vale, vamos a pasear

este barrio y vas aquí todo el día callejando, sin un rumbo en la vida, sin unas ganas de

estudiar nada, sin ir a hacer un FP, sin ir a hacer ningún tipo de estudio, ya totalmente

fuera del colegio y ya literalmente, pues, todo el día en la calle.

Tú tenías 16, 17 por ahí, ¿no? 17 casi. 17. También entiendo que, igual que te pegabas

algún palo, era una vida en la que te podían pegar a ti o podías tener problemas o sabíais

evitarlo bien. No es... Teníais miedo y vais con miedo por la calle de que alguna venganza

o alguien a quien hubierais tocado que no deberíais o no...

No, porque tú no vas a ir a un barrio a robar el más malote. Es obvio, vas a ir a robar

el más débil. Eso funciona así. O te vas a una zona de pijos a robar, ¿no? A la salida

un colegio de pijos a robar. No vas a robar a un barrio de gitanos, ¿vale? Entonces,

bueno, pues es un poco así, ¿sabes? ¿Robasteis algún tipo ya, algo más establecimientos

o no llegaba a tanto? No, a lo mejor urtos y tal, coches, sí,

y pero en plan, atracar farmacias y todo eso, no. Un Dariel rojo no...

No, no, no, no, no atracar bancos. A ver, cuando me cuentas. Bueno, sí, simplemente

atracamos a tres bancos. No, no, qué va, qué va. Doce millones de pesetas.

No, qué va, y de hecho no he dado ningún palo importante. Como ladrón soy nefasto, siempre

me han pillado. ¿Te lo juzgó? ¿Te pillaban, sí?

No, o sea, palo que da palo que me han pillado. O sea, como delincuente sigo malísimo.

Un desastre absoluto. ¿Y eso te lleva? Precisamente.

A la cárcel. A la cárcel.

Que además yo vi el vídeo donde lo contabas, que hay una traición también ahí...

Sí, bueno, un sal que me vende un poco, ¿no? Porque yo le quité como su estatus del malto

del barrio y... Te tenía rabia.

Me tenía rabia y, bueno, pues... Me dijo, no, baja, que es solo para preguntarte por

tu vecino y cuando bajé pues me engrietaron y...

¿De qué estabas acusado? ¿Qué te habían pillado?

De dos robos con intimidación y violencia. O sea, lo que se dice dos sirlas.

Mmm... Pues eso. Que en realidad no fueron así. En realidad son con matices, porque

una fue en Peñíscula, en unos apartamentos turísticos, donde con la historia del pedo

con unos guiris que iban a los apartamentos turísticos, pues forcejamos un poco y no

lo llevamos. Pero no hubo ni intimidación, ni nada. Estaban topedos, cogimos y nos vamos.

Ya está luego. ¿Sabes? Y lo otro fue con uno en la portana

discoteca que venía a buscar mandanga y, bueno, pues le quité el dinero y le pegó

dos hostias. Pero realmente no fui yo a buscarle el para robarle. Está topedo y dijimos,

claro, y se acabó. Y ya está.

Y eso es lo que te lleva a la cárcel. Y eso es lo que me lleva a la cárcel.

Al mejor habías hecho con las peores como robar un coche y no te lleva y te lleva estos

dos. ¿A cuánto te condenan?

No me condenan, me hacen petición fiscal de seis años.

¿Y eso qué diferencia hay? Pues que entras preventivo.

Ah, tú estabas en preventiva. Entre preventivo. Claro, tú vas de la

calle, el juez dice prisión provisionada sin fianza y ya lo ha esperado el juicio. El

juicio tiene que salir antes de dos años, si no te vas a la calle en libertad. Pues

estuve en nueve meses ahí conozco a un párroco. De hecho, el párroco le he vuelto a conocer

hace poco a través de que la hostia de… Fui en la Andradez, estaba en la radio y

la radio luego nos puso en contacto y ahora nos hemos hablado varias veces por WhatsApp

y eso. Qué guay.

Era el padre José Juan de Castellón y va a la cárcel y, oye, padre, mira, número

de caso tal, tal, tal. Me lo puedes mirar a ver como bajo, eh, que llevo seis meses esperando

el juicio. Ah, pues lo tienes en audiencia provincial de no sé cuándo. Ah, eso desinformaba

ahí todo. Sí, iba, miraba por ti, te decía tanto.

Se preocupaba por nosotros. Se preocupaba por nosotros. Hacía una noticia, ¿no? Y

a los indigentes, a los que no teníamos apoyo de dinero, de familia ni nada, pues cuando…

A ver, Rina, también. He mirado tu casa y no sé qué. Y se ponía contigo a caminar

por los pasillos y a la que no miraba nadie y cambiabas así, que cambiabas, ¿no? Porque

ahí se camina en recto, ¿no? Caminas para allá, giras, pues a que girabas, te decía,

toma, y te daba un paquete de tabaco y mil pelas. Ah, bueno. Sabes.

O sea que era un trozo de pan. Era un trozo de pan, el tío, y te daba ahí tu dinerito

y tal. Y él, sí, conocía al juez de la audiencia provincial que llevaba a mi caso.

Mmm. Entonces él fue hablar con el juez de la audiencia provincial, entonces yo cuando

fui al juicio renuncié a mi abogado porque me decía que me conformara con tres años y

me dije que no, o con cuatro, me dijo con cuatro años. Y luego el juez que ya había

hablado con el cura me condenó a Libertad Condicional.

Pero me ha cambiado. Entonces salí de aceptar cuatro años a pagar nueve meses, pero oírme

un año y tres meses que me quedaban en Libertad Condicional.

Antes de la Libertad Condicional. Sí.

¿Cómo es el momento en el que te detienen? ¿Cómo te sientes? ¿Se te cae el mundo o

estás tan modo supervivencia que te la apela? Tú vas donde te lleven, tío. O sea, vas...

¿Tenías miedo? Vas. Tú vas por la vida, tío. Es que no...

Es una mentalidad completamente diferente, claro. La gente, en una situación que le puede

causar algo así estaría asustada, pero ya estabas en un modo totalmente supervivencia

automático casi, ¿no? Automático. O sea, tú ya sabes lo que vas. O sea, vale, pues

cagarse, pues cárcel. Pues llegaré allí. Ya está.

¿Cómo es el primer día cuando llegas? ¿Te acuerdas del primer momento?

Sí, el primer día es un chabolo de mierda, una celda yo solo. Al lado tengo un chico

quinquillero y poco más, un patio vacío, éramos muy pocos, éramos 40 o 50 solo. Éramos

menores. Ah, solo menores.

A ver, no menores. A los de 16 a 21, que ya tienen edad penal, se los mete en un módulo.

Y a los de 21 en adelante son mayores. Aunque tú tengas 18 y tengas edad penal, tú vas

ir a un módulo de menores, ¿vale? O sea, hay módulo de respeto, módulo de menores

y los demás módulos, ¿vale? Que es para más o menos y ya luego, en función de lo

que tú tal, pues te mete en un módulo otro, ¿no? El educador que te ve, ¿no? Te evalúa.

Yo fui a menores, tenía 18 años y fui a menores. Y pues nada, a los 3 o 4 días pelea.

¿Tú viste una pelea ahí? Sí, ya empieza un poco pues.

Porque ahí la pelea es un poco que eran los patios, quizás el...

No, es el... Llega uno y te dice, oye, tío, nos falta uno para jugar al fútbol,

pues no. Oye, tío, que nos falta uno, pues no quiero jugar. El tío se va a jugar al fútbol

y cuando viene llega y dice, eh, que a mí no me hablas así durante la gente, ¿eh?

Buscando. Para medirte, pues peleas y tal y luego

pues llega un momento que ya han pasado dos, tres meses, han entrado tres, cuatro nuevos

y tú ya no eres el nuevo. Entonces ya, a otra cosa. Sabes, ya eres uno más.

Claro. ¿Estabas siempre solo en tu celda?

Eh, la primera vez sí y luego ya me tiraron a un chaval de Valencia que estaba colgadísimo.

¿Sí? ¿Por qué? ¿Queras drogas o...?

Estaba zoombado, estaba loquísimo. El chaval súper inestable, se autoalesionaba,

está todo el día haciendo el tonto en el patio y tal.

¿Era agresivo? Agresivo no, pero tenía bastante maldad.

Sí, y hasta que un día la dije, tío, me voy del chabolo, tío, que a lo tuyo me voy

al otro chabolo, me quiero ir solo, te lo aguanto y tal, luego se puso, en la hora de

la comida, se puso un poco así a provocarme, provocarme, provocarme y ya cogí con la bandeja

y se la tiró a la cabeza. Ustia.

La escribo y se quedó un agujero en la columna, que si no llego a pillar, lo mato.

Ustia. Porque te estaba buscando ahí.

Es que llevaba días y días y días y no alegría a pegar porque yo lo veía como más débil

que yo y la verdad que tampoco le puedes pegar a una persona más débil que tú, ¿no?

En la cárcel, eso del abuso está muy mal visto.

Sí, o sea, realmente el que se ve débil, delgadito, poca cosa, no es...

A ver, en menores suele haber más abuso, porque es como que eres el malote, pero en

mayores los abusos no se permiten, o sea, cada uno lo suyo y tal.

Pero entonces claro, pues, es el chaval de como más menudo, más pequeñajo y tal, era

también más pequeño que yo, tenía, es que era...

Claro, un poca cosa.

Era como Gollum.

Vale.

O sea, y en todo, en general, ¿no?

Sí.

También como persona.

Sí.

Era un poco así.

Un poco Gollum.

Y...

Y, tío, ya un día me cansó tanto que le lanzé la bandeja en el comedor, que así le...

Tu cuento dormías con ese pavo, por ejemplo.

¿No tenías un poco, o sea, al dormir sensación de este tío, ¿está loco que me va a hacer

algo esta noche?

No, no, no, no voy a hacerme nada, porque el pibe era todo el rato trasteando, trasteando.

Y, oye, y tal, y, oye, y madrile, sí, y tal, era como hiperactivo, tío, no lo sé.

Pero era como, guá, tío, qué intenso, no te aguanto, tío.

Pero...

¿Y a ti que te gusta estar solo?

Y no, y era todo el día, sí.

Hostia.

No había pausa.

No había pausa, tío.

Y...

Y chinchaba, y chinchaba.

Ah.

Era el típico que no...

Que no me día.

Mmm.

Sabe, chinchante.

La bromita que va haciendo todo ello.

El día después me cansó.

Claro.

Y nada, luego me metía a dormir con otro chico, que era un legionario, que éste, la verdad

que muy bien.

Os preguntabais por qué estábais ahí, o hay un código de no hablarlo.

Sí, o sea, ver, no sé qué se pregunte, pues tal mundo lo sabe.

De hecho, está la tele y tú sabes que se ha habido una, es que eso lo he visto en la

cárcel.

Te digo, no, el chaval no sé qué, no sé cuántos, por ejemplo, Pepito de los palotes

algo metió en la violación, condició ocho años y el juez le ha decretado prisión.

Pues ya sabes que ese, estando en castellón, cae en tu módulo, por la edad.

Y ya sabes, cuando entra todo el mundo ya sabe quién es, por eso muchas veces en los

juicios se tapan las caras, chaqueta y todo esto, ¿no?

Pero si no, luego dentro, luego a justicia, ¿no?

Porque hay ciertos delitos que ya sabíais que iba a haber desmitamiento.

A ver, entre menores no tanto, menores y módulos de respeto, no hay tantos pinchazos, pero

en un módulo de mayores sí que lo pinchan, ¿vale?

A violadores, a violadores de niños… Sobre eso, antes, en mi época, en los 90,

en los 70 y en los 60, seguro, en los 90 depende la cárcel y depende el patio y ahora ya

de los 2000 para adelante, todo se ha cambiado mucho, ya están los módulos de respeto, módulos

donde hay políticos, violadores o policías corruptos, apartados del resto y ya desde

que entran, pues el funcionario no los junta con los demás, ¿vale?

Pero antiguamente el funcionario también… Sí, pues sepa ya.

Claro.

¿Sabes?

Y que se la lleve.

Claro, sí.

Que ahí dentro ya la reglán.

Ya la reglán, claro.

Claro, cuando… Más que nada, en la época de Dani, por ejemplo, no quedan más galerías.

Sí.

El mundo bajaba aquí y ahora la gente se la segrega, se hacen módulos, que así es mucho

más controlable, ¿no?

Y era como Dani que la celda estaba abierta durante buena parte del día y uno iba a la

celda del otro… No, no, no, no, no, no, no, no.

Estaba cerrado, cerrado.

Sí, sí.

Menos en la hora de recreo.

A las ocho abajo, a las ocho y media se cierran y todo el mundo abajo desayunando,

a la hora de comer… Después de comer para arriba y para la tarde otra vez y para la

noche para arriba.

No teníais libre paso… No.

Vale.

Bueno, tú puedes pedir quedarte en el sábolo por las tardes, solo si pides estudios.

Ah.

O sea, si estás yendo a clase o algo, puedes pedir quedarte encerrado por las tardes, pues

el que tiene tele y el que tiene play se queda.

Había play, ahí había con solas, hoteles en la celda.

Claro, tú…

Sí, o sea, no, pero tú te la compras.

O sea, hay un sistema de mandadero… Un economato o algo así, ¿no?

Sí, bueno, el economato es el café, el aguacar, las papas fritas, todo esto.

Pero luego está el de mandadero, que es el dinero que tú tienes en tu cuenta, tú mandas

o un funcionario que te compres lo que tú quieres.

Yo, por ejemplo, la segunda vez me compré un rádio cassette con CD, me compré el disco

de SFDK el 2001 o de Seán el Lodo, no me acuerdo cuál me compré.

Uno de SFDK de la época.

Uno de SFDK, otro de Eminem, Pele y hay gente que se pilla videojuegos y se cipilla una

play.

Y está ahí la CD.

¿Pero no es su bicio?

Hostia.

¡Curiosa la imagen!

Bueno, es muy diferente a lo que contaba Dani, por ejemplo, que a Daniel era mucho más

al school.

¡Claro!

Mucho más jungla.

Mucho más ahí.

Sí, bueno, pero en aquella época le se metían un chorizo ibérico, ahora eso ya no lo

ves.

No sé qué es mejor, ¿eh?

La play o un choritito, ¿eh?

Yo prefiero el choritito.

El choritito, ¿eh?

El jaboncito, ¿no?

Cantigamente, no, en su época, en Caravanchelo, en la modelo, llegaba tu familia con un cubo

a la fregona con la despensa.

Y a disfrutar, mejor eso que el Final Fantasy.

Oye, no sé, después de para los gustos los colores.

Sales a los nueve meses.

9 meses sales y en libertad provisional.

Condicional.

Perdón, condicional.

¿Te portas bien?

No me queda otra.

O sea, lo cumples, lo cumples.

Lo cumplo, lo cumplo, me voy con el cura castellón, porque era con requisito de ir al centro, o

sea, con ir al piso del cura que agujía gente de la cárcel.

¿Y ahí os hacía trabajar o os hacía estudiar?

Sí, estuve como un mes, dos meses, y luego dije, tío, es que necesito el hueco para

otra gente, te voy a mandar a otro centro más abierto de otro cura en Valencia, en

los Oju.

De ahí fui a los Oju, y de ahí, pues, al tiempo, un rifirraza y tal, me echaron y volví

a Madrid.

Realmente dije, bueno, tengo que volver a Madrid y, pues, vine con algo de dinero, autobús

y me presenté en Madrid, ya yo 19 años.

No tenías casa ni nada, ni contato con mi familia, ni nada.

Entonces, bueno, me fui a un albergue.

En aquella época el albergue fue el San Juan de Dios, que está justo arriba al verde

o la izquierda.

Y había un educador, y en aquella época, pues, era una buena época en España, ¿no?

He estado en la segunda mano, que era así de gordo, las páginas de trabajo eran así

de gordas, y tú cogías y buscabas trabajo, ¿no?

Y, pues, de aquella, pues, te dejaban llamar, buscabas trabajo, hice varias entrevistas

y encontré un trabajo de camarero en una pizchería y me dejaron, pues, eso, ir solo

a dormir.

Mientras que trabajaba y me permitieron entrar más tarde, estuve varios meses ahorrando

un poco, también me busqué un poquito la vidilla a mala manera, un trapicheíto o

un poco.

Un trapicheíto, sí, porque había uno que tenía dinero falso y yo cambiaba billetes

por la calle.

Pero robarlo.

No.

Es una vida más de trapicheante.

Vale.

Ya...

Están agresivas de ir a...

Sí, ya es que no me la quería jugar seis años de cárcel por mil pesetas, ¿sabes?

Puedes trapichear y dibujarte la vida en el barrio sin hacer daño a nadie, ¿no?

Y hacer así, ¿no?

Entonces, bueno, pues, empecé a hacer eso y salí de ahí, me vi una habitación y ahí

ya un día me presento otra vez en casa de mi abuela, navidades del 2020 o...

Sin avisar o avisando?

Sin avisar.

¿Te gusta el riesgo?

Bueno, yo que sé.

No, es...

A ver, es...

Te llamo indiaños, tío.

Es una jugada, puedes salir muy bien o muy mal.

Yo que sé, tío, yo llegué aquí...

¿Tú querías verla?

No sé.

Yo quería ir a ver qué pasaba.

No sé.

Es que tampoco lo pensé.

Nunca he pensado en las consecuencias.

Siempre he tirado a Palante, ¿sabes?

Entonces yo me presenté allí, me encontré al portero que me ha visto crecer, que se

llamaba Manolo, que la recuerdo grandote con su pulo y tal.

Y un portero de la época, ¿eh?

Sí.

Jonathan, ¿pero cuánto tiempo, joder, qué alegría verte?

Ya pensé que estabas muerto, no sé cuánto que estabas en la cárcel, no, no sé cuánto,

sí, pues tal.

Pues bueno, ya tú sabes, Manolo y tal, vale, vale, está mi abuela, sí, sí, venga,

pasa, pasa.

Y nada, toqué y me dijo mi abuela, vale, vale, pues oye, pues vamos al cortín glísato

con unas tortitas.

Ah, bueno.

Y nada, fuimos a hablar un poco, mi abuela se puso a llorar, fue un momento un poco jodido

y ahí de vez en cuando, pues más o menos cada dos, tres meses, pues íbamos a charla.

Bueno, retomaste el contacto, es bonito.

El contacto, pero nunca volvés en lo mismo, porque yo a lo mejor, tío, sinceramente a

día de hoy, yo esperaba que me hubieran vuelto a coger.

O me hubiera dicho, tío, vuelve a estudiar, coño.

O sea...

Que te diera una oportunidad.

Claro, no, vuelve aquí, tío, ponte a estudiar, retoma los estudios, tres, veinte años,

final la secundaria, ponte a estudiar una carrera, yo ya me encontré en una época de curra y

búsquete la vida.

¿Por qué crees que no...?

No lo sé, no cuajó, no me lo ofrecieron ni nada, también era otra época, ¿no?

Tú salías de un lado, pegabas dos patas y tenías trabajo, ibas a cualquier empresa

y vea trabajo.

Te ibas a ir, decías, nete, subo el sueldo.

Sí, sí.

Eso era así, en los 90, entonces era como...

La bonanza económica.

Exactamente.

Entonces, es que elegías, o sea, y el jefe pagaba el almuerzo los sábados y el diámetro

lo pagaba entero.

Sí, sí.

Claro.

Y los obreros cobrando 3.000 euros.

Y pagabas un piso en cinco años o en diez años, un piso nuevo, de CTC, ¿no?

Pero tú por dentro te hubiera hecho ilusión volver a...

Yo creo que...

Una oportunidad, ¿no?

Y creo que es lo que me hubiera hecho falta, porque, tío, con veinte años ¿dónde vas?

Claro, es que todos mis colegas estaban estudiando, todos mis colegas estaban yendo al instituto,

algunos empezando a la universidad.

No los colegas de la calle, ¿no?

No, los del barrio.

Los del barrio.

Los del barrio de mi abuela.

Entonces, era como...

¿Sabes?

Tú te vas con veinte años, pues, en una habitación compartida con tu motillo y, pues eso, bajas

al barrio, te drogas, te vas de fiesta al space y todo este rollo.

¿Sabes? Y escoges esa dinámica, pues, trabajas, pagas piso y te drogas.

Y no tienes una finalidad en la vida, ni una motivación ni nada.

Ahí te drogabas bastante.

Ay, sí.

¿Te considerabas adicto?

No.

¿O, ahora, viéndolo ahora, crees que lo verás?

No, no.

O sea, era adicto, pero podía pagar mis cosas.

O sea, era adicto de fin de semana.

O sea, mi entretenimiento era drogarme.

¿Vale?

O sea...

No, y es que soy consumidor recreacional, yo consumo recreacionalmente, no.

La gente va al cine y tú te drogas.

Ya está.

Es la verdad.

Ya era verdad.

No, tú ves una película y tú ves marcianos.

Es verdad, o sea.

Es otro tipo de ocio.

Sí, sí, sí.

Pero es lo que es.

Es lo que es.

Es lo que es.

Es lo que es.

¿Sabes?

Aunque tú digas, no, solo el fin de semana, sí, pero estás deseando que llegue.

¿Y cada fin de semana?

Y cada fin de semana, a piñón fijo.

Y pues empecé en esa dinámica, ¿sabes?

¿Te afectaba en el trabajo o seguías trabajando?

Me afectaba.

Te afectaba ya.

Cambios de trabajo, faltas dos días porque te has pegado un moco que flipas y te echan.

Me estimeando, tío.

Así.

Tienes vida de fiesta, drogas, empiezo a afectarte en tu vida personal, en tu trabajo.

Sí.

Pienes el control, supongo, porque al final pasarte un fin de semana de locura.

A ver, no es el control porque no llega a estar tan tirado, ¿no?

Porque trabajo hoy cuando quieras, cambias a un bar, cambias a otro, pero no eres capaz

de mantener nada en el tiempo, no eres capaz de mantener un trabajo más de dos, tres meses,

no eres capaz de mantener una relación más de dos, tres meses, no eres capaz de ser

constante en algo en la vida.

Al final, la droga lo que te da es, lo quiero, lo consumo y ya está, te da el aquí y ahora.

No entiendes el valor de el medio plazo o el largo plazo, la satisfacción del esfuerzo

para conseguir algo dentro de seis meses.

¿Qué es para tirar droga?

Ahora es una mierda.

Pero totalmente, porque es que te aleja de la realidad total, o sea, realmente la droga

es poder decir tú que mañana me cojo y me veo de vacaciones.

Hostia, es que me hace falta una sabatía si me las compro.

Wow, estoy pensando en cambiarme de piso, ¿puedo?, puedo.

Eso es la auténtica salud para mí, tío, la auténtica vida, es decir, puedo hacer

mi cargo de los problemas diarios y la droga lo único que te hace es, pues, evadirte de

ellos.

Un parche, ¿no?, un poquito.

Parches y esconder la cabeza como una bestruz.

Tú piensas que nadie te ve, pero te está viendo todo el mundo lo mal que estás, sabes,

tú piensas ahí la cabeza bajo tierra y te escondes y me ve.

No, no, te voy a decir, la droga no tan solo para ti ha sido un consumo, sino que también,

y de hecho creo que es tu video más visto, que es cuando explicas...

¿Cómo lo vendías?

¿Cómo vendías la droga, no?, ¿cuando entras a empezar a mover?

Pues ahí empezó, bueno, retengo con mi abuela, muy a grandes rasgos, ¿vale?, retengo con

mi abuela, sigo consumiendo y de repente, bueno, me compro una casa, una casa de 20

y pocos metros cuadrados, un estudio, una corrala en cuatro caminos, y bueno, yo ya

empiezo con porros, tal, planto marihuana en mi casa, pero es paralelamente unas plantitas

y tal, y de repente me llega.

El año y tres meses que tenía de libertad condicional del año 98, me llega para apagar

lo ahora y me decreta en prisión directa, entonces se presenta la policía en casa,

yo le doy así, oye, mira, te regiro la comisaría, que hay una multa, no sé qué...

Tenga ella en un poquito.

Claro, voy y cuando hoy me dicen, no, miras, que tienes un decreto ingreso en prisión,

pues yo no he hecho nada, estoy pagando hipoteca, estoy pagando letra del coche, de

trabajo de camarero, ¿qué he hecho?

Que así que trabicheaba, que tal, pero me voy a empiezo con nada, no, no, es que esto

lo ordena la audiencia provincial de Castellón, es que no vas a ver ni al juez, vas directamente

a la cárcel, pues resulta que la libertad condicionales que me había andado tienes

que pagar siempre la responsabilidad civil, mi responsabilidad civil era de 45 euros por

el día que esa persona no fue a trabajar, por las lesiones, supuestamente, cuando tuvimos

la pelea en la puerta de discoteca, pues me tocó pagar en los años 3 meses que faltaba

por no haber pagado los 45 pagos.

¿Aquí tú la habían dicho eso?

No, lo que pasa es que yo estaba en Patrona en Castellón, me empadroné en Madrid cuando

pusieron la zona azul y la zona verde para aparcar y ahí fue cuando saltó la búsqueda

de la policía y ya estaba en la última instancia, ya no había requerimiento, de hecho estuve

9 meses en la cárcel en el 2004 y cuando salí todavía se presentó la policía en

mi casa, oiga, que tenía que usted ir a pagar la audiencia mañana esto, que si no...

Después de salir la segunda vez de la cárcel.

Sí, y tuve... ¡Tú no tranquilo! Me quedé de un palmo y me fui al día siguiente a pagar

los 45 euros.

¿Y cómo fueron los segundos 9 meses?

Mucho peor, mucho peor, pero ahí sí que me pilló en un muz totalmente diferente, ahí

ya me pilló un blandengue, como suele decir, tal, muchas peleas dentro.

¿Y donde recibías más que dabas?

Es que nunca lo iba a buscar.

O sea...

Que tú ahí tenías un mut mucho más de no querer imponerte, ¿no?

De no callejero de...

¿Ya habías perdido eso?

Sí, era un buscabidillas, un tal, pero yo no me voy a poner con un pincho con otro

tío adelante, no... sabes, no era... no era un tirado de un colegio menor, es que está

a lo vaquilla por ahí, ¿no?

Por la vida, ¿no?

Que no tiene otro futuro que ese, ¿no?

Y ya más o menos la iba remando y me sentía en eso.

Y eso te hizo pasar lo peor en esta segunda ocasión.

Pasar lo peor, claro, cuando la gente te ve débil te ataca más y eso pasó así.

Entonces, bueno, salí, lo va a ser en esa época bastante mal, salí, ahí conocí dentro

de un chaval que movía bastantes porros y, bueno, me dio un kilo de huevas de estas

de Cháhuén, de, pues bueno, taquistaní de este en huevas y me puse a buscarme la vida

y se me ocurrió la Santa idea de irme a la universidad a vender y, pues, termina en

filosofía y, bueno, dos más dos.

¿Sabes?

Ahí, en la Complutense.

En la Complutense.

Sí, en la Complutse.

Dos más dos.

Sí, la filo...

A ver, él existió bien.

No, fue la tercera, ¿eh?

Sí, empezaste.

Fui bajando, empecé en biología, pasé por derecho y me dijeron, no, no, ahí en filo

es donde se vende y fui para allá y a los diez minutos.

Ya tenías ahí el negociazo.

Sí.

Y, bueno...

¿Y ganabas pasta?

Sí, pero no ahorraba.

O sea, gané pasta los primeros quince días, que trabajaba en un restaurante catalán en

Madrid, que se llamaba Pedralves, me acuerdo de...

Pedralves, eh.

Cuidado.

Se llamaba Pedralves, fidebó a Buena, desapareció ese restaurante, pero trabajaba en el restaurante

y por las mañanas me iba a la universidad.

Se han tenido las cosas que pasa, que por las mañanas ganaba 100 pavos y por la haza

de ganaba 30.

Ok.

Pero me termine cansando.

¿Cómo vendías?

Pues, tío, cogía de cinco en cinco a diez, en diez.

¿Te metías ahí la puerta, digamos, por ahí cerca?

No, en la cafetería, en la cafetería donde están todos los chavales, en la parte de atrás,

que hay como un céspecito y tal, pues ahí te integra con los chavales, el primer día

pues hay una barrera, luego ya conoces a uno, conoces a otro.

Pero venza al principio cuando lo tengo aquí.

No, pero no les conoces.

A los dos meses ya estás con tu mochila, con los demás ahí disimulando.

Claro.

En el grupillo.

Que te ven a buscar.

Sí, y ya estás ahí despachando, ¿sabes?

Ahí me volvieron a pillar.

Solo con...

Llevabas solo costo era, ¿no?

Eso no era...

En Marihuana.

En Marihuana.

En Marihuana no vendrías nada de droga un poco más dura.

Eso, después.

Vale, pero ahí no.

Ahí no.

Ahí empecé ya pues 100 gramos diarios más o menos, no voy a quitar un kilo cada 10 días

o algo así.

Y bueno, pues está alegreando, pues bueno, me hicieron una investigación, salíamos de

mi casa, un colega y yo, con un paquete nos pillaron y ya pues bueno, hallanamiento,

las plantas, la báscula, el dinero en casa.

Tuve suerte de que el juez que hacía la instrucción y que ordenó el hallanamiento

de mi casa justo se tuvo que ir a levantar el cadáver de la hermana del edificio Ortiz.

Del Telma.

La que se suicidó.

La hermana de la reina.

Telma, creo que era.

La hermana de la reina se suicidó.

Sí, sí, sí.

Bueno, pues se suicidó el mismo día que yo estaba en el calabozo a disposición judicial.

Entonces hubo tanto revuelo porque había muerto la hermana de la futura reina, que

ahí nunca llegó el pesaje, nunca llegaron las fotos, nunca llegó nada y cuando entré

a disposición judicial a un juez suplente, bueno, con cuando han pillado, con cien gramos

en el parque, venga anda libertad como al otro.

Hostia puta.

Y lo que iba a ser pues un decreto de prisión directo, ya lo peleé desde la calle.

Entonces ahí fui al caz, pasé por rehabilitación y bueno, pues gracias a eso conseguí otra

libertad condicional.

Vale.

Claro, otra libertad condicional, pero no iba a dejar que tú, no iba a provocar que

tú dejaras ese mundillo.

Es que ya te acostumbras a eso, todo tu entorno lo hace, todos tus colegas lo hacen, entras

en una dinámica de gastar un montón, el día comiendo fuera, gastando fuera, yo luego

vendí mi casa porque claro, todo lo que me pillaron en casa no era mío, era de otro

y tuve que pagarlo.

Entonces tuve que vender mi casa, gané 26.000 euros con mi casa, con la venta, era la buena

época, todavía todavía no había llegado los crisis y ahí pues empecé a entrar ahí

sí que pillé el enganche comanche, o sea, me vi con 26.000 euros, pagué lo que debía

de lo que me pillaron en casa y ahí de repente me vi compartiendo habitación y con 26.000

euros y ahí sí que era día tras día, me compré un calibre, me acuerdo, un Nobel

calibre por 3.000 euros, pero era día tras día, amanecer en las barranquillas, drogado.

Cada día.

Cada día.

O sea, tenía dinero, me fundí el dinero, los 26.000 euros, me lo fundí en cuatro meses.

Fuá.

Qué drogas solías.

Cocaína.

Básicamente.

Fumada y era pues eso, no sé qué hacer, pues venga, voy al burger como algo y me voy

al poblado, ir al poblado y he aparcado en mi coche consumiendo.

Solo.

Solo.

Diez de la mañana pues coger el coche irme a casa, intentar dormir, dormir, lo recuerdo

como una época bastante oscura y bastante mala.

Qué diferencia hay entre la cocaína, esnifada y fumada, hay algún tipo de…

A ver, al final no hay ninguna… O sea, fumada pega más.

Y enganchar engancha más y gusta más, pero al final mi engancha era total, o sea, da

igual que yo me liaba con una cosa con la otra.

Eso sí que ya es una espiral chunga.

¿Chunga?

Ahí no consigues mantener ningún trabajo, ahí estás todos ya enganchado, tienes dinero,

no eres capaz de dejarlo, mogollón de veces a las diez, doce de la mañana que no consigues

dormir porque llevas tal pasada encima llorando depresivo porque no sabes qué hacer con tu

vida.

O sea, te miras en el espejo y te das asco a ese punto, ¿sabes?

¿Y ahí vendías algo?

No, ahí no vendí nada.

¿Se meten consumías?

Consumía y bueno, esa es como la peor parte de mi vida, me fundí el dinero, me tocó

volver a remarlas de abajo, empezar a ir a un trabajo de camarero, no, ganar 1.200 paus

y ahí pues me llegó un colega y me dijo, tío Johnny, quería ganarte algo usted fin

de semana y tal, si te quieres ir a Marruecos con un coche, te llevas tres mulas y por ir

y traerlos a Madrid comidos con un kilo cada uno pues te vas a llevar, te vas a llevar

700 paus.

Para que la gente no sepa, mulas son gente que ingieren droga, ingieren hachis y la,

bueno, droga, es decir, la ingieren para con bolsitas y luego la sacan y, es decir, luego

la cagan y tal, con el riesgo que se conlleva obviamente.

Total.

Pero era eso, conducir.

De conductor.

Conductor.

Madrid tarifa, Ferri tarifa Tanger, Tanger que gomieran, lo que sobraba dejárselo al

Marroquí que tuvieramos hoy en contacto y ya volver con ellos comidos hasta aquí y

luego otra vez Tarifa Madrid conduciendo y esa era la dinámica, estuvimos así como

varias veces yo diría que pues hice como 4 o 6 viajes, no recuerdo bien y en uno de

esos se dio paradísima, ¿vale?

Porque resulta que uno de las mulas no se lo comió y lo metió en la maleta y resulta

que la mula llevaba a uno de las, una de las llaves porque la mula y también conducía

y vamos dos coches.

Entonces, claro, cayó preso, bueno, se dio una que flipas, policía buscándonos, ya

uno podía volver a Marruecos, entonces yo ya perdí ese trabajo.

Entonces, estabas a la fuga, en un coche a la fuga, ¿no?

No, no, yo ya estaba en España.

Ahí estabas en España.

Yo crucé el primero.

Vale, y él se quedó ahí encerrado.

Él se quedó ahí encerrado, que además fue, o sea, era el que me había alquilado

a mí el piso de alquiler.

Hostia.

O sea, tú imagínate, ¿vale?

Yo estoy en contacto de esta época de Espiral, de Manatruca y tal y busco un piso alquiler,

una habitación, 300 pagos.

¿Dónde voy a dar?

Pues voy a dar en casa de un chaval, de buena familia, que sus padres le han dejado una

casa para vivir, pero que él pide alquiler habitaciones y todo se lo gasta en cocaína

en base.

O sea, en ese piso caigo yo.

Y eso es pura casualidad.

Pura casualidad.

Joder.

O sea, como dice Sabina, el que nace para Martillo, del cielo lleva en clavos, ¿no?

Total.

Y bueno, pues imagínate, yo he enganchado, él he enganchado, me ofrece en esto, ¿te

quieres venir?

Sí, pim-pam.

Claro, él sabía mi nombre y mis apellidos.

Entonces, de repente, cuando volvemos, que él se ha caído, el coche se queda perdido

para no poder recuperarlo, porque le tenemos las llaves, a los dos u otros días me llaman

de la embajada de España, al típico Nokia antiguo, ¿no?

Hola, buenas.

Yo me hacía llamar Mario por aquella época, ¿no?

Contó la...

También es de nombre.

Y eso es.

Todo el mundo yo me llamaba Mario, ¿no?

Era como Mario, sí, mira, tengo escrito, amigo, tal, tal, tal, tal, está aquí y bueno,

pues si le podéis ayudar.

¿Cómo?

Quitar tarjeta, quitar batería, romper teléfono.

¿Sabes?

O sea, realmente la culpa fue tuya, ¿vale?

Tú podrías haber dicho, no me lo podía comer, te lo devuelvo, no ganas nada, la persona

que pone el dinero, que no era yo, era otra persona, pierde el dinero y ya está, pierde

el viaje, pierde tu ferry de 50 pavos, tu manutención de un día y medio, pero no pierde

el kilo, más luego tal.

Ahora, si tú lo hubieras comido y hubieras cumplido, si te pillan, él te va a pagar

la manutención y te va a pagar el abogado y todo esto, así funciona, ¿no?

Claro.

Bueno, pues, bueno, así funciona.

Bueno, en teoría.

En teoría.

Lo bonito, ¿no?

Eso es lo bonito.

Sí, pero...

Lo que dice, no te conozco de nada, te dejo a tirar y no te pago nada.

Claro.

¿Sabes?

Total.

Yo he perdido 30.000, ¿no?

Claro.

Es así, ¿no?

Entonces, bueno, eso funciona así.

Entonces, empezamos así, ya llegó otro colega mío, me dijo, hostia, tío, necesito

mulas, porque es que queremos empezar a traer cocaína y empezamos a hacer lo mismo, pero

voy a Portugal.

Vale.

¿Vale?

Y yo de chofer.

Tú de chofer.

Yo de chofer.

¿Cómo recuerdas esos viajes?

Porque tiene que ser su narista, o sea, sinceramente, ¿no?

La conversación, incluso, la tensión que hay en el coche.

¿Te acuerdas de esos viajes?

Sí, tío.

Pasadísimo.

Ah, y vas pasadísimo, conduciendo pasadísimo.

Conduciendo pasadísimo, Madrid, Lisboa a las cinco de la mañana, llegar allí, dejarle

el coche en un lado, vigilar que se sube, es una movida, tío.

Vigilar que el tío se sube en el avión, a los quince días ir a buscarle, pero esperarle

desde un punto en el que cuando él salga él no te vea, ver si sale, ver si le siguen,

desde lejos a hacerle una señal y decirle, tío, quítale ahora mismo todas las pegatinas

a la maleta, porque a partir de ahora tú no vienes del aeropuerto si nos paran.

Tú y yo venimos de Lisboa, centro, ¿sabes?

Y ya vas preparando cuartadas para cada momento del viaje, porque si sales del aeropuerto

con la...

Si te pillan, yo lo sé, en Extremadura, con etiquetas de Lisboa, ¿sabes?

Pero si te pillan en Extremadura con un chaval, un tío de 40 años, origen de rumanía que

tiene cara de obrero, no, es que venimos de hacer aquí una obra que vamos para Madrid...

Cuela.

Y cuela.

Hablabais?

Hablábamos.

Y cogíamos amistad.

¿Qué tipo de gente se atrevía a hacer eso?

Pues el perfil era perfil rumano y lo buscábamos en la estación de Méndez Álvaro, de gente

que dormía en la calle.

Hostia, eran gente que vía en la calle.

Sí, gente de origen del este, principalmente de rumanía y pues muchos ya crisis, ya no

hay trabajo, ya...

Desesperados.

Desesperados le dicen, tío, 3.000 pavos o 1.000 pavos para Marruecos o 3.000 para ir

al otro lado y pues aceptaban.

Y tú llegaste a empatizar con ellos, a tener muchos de hecho hubo un caso que recuerdo que

veníamos de un viaje de Marruecos y de las 4 personas que habían.

Otra mula mía, que tenía mi teléfono de contacto para ellos, me llama y dice, Mario,

dice sí, dice el gordo con barba que está atrás, dice va a robar, no os va a dar al

kilo, se va a escapar con él.

Bueno, yo ya sabiendo eso, le dejamos en un hostel en Madrid y yo me llevo la llave,

el se encierro dentro de la habitación y digo, entre solas vuelvo a por esto, para

que no se escapara, pues el tío tocó puerta a puerta diciendo corazón, corazón, corazón

y se escapó del hostel con el kilo.

Hostia.

Pues resulta que dentro de Mendez Álvaro llamó a otra persona para venderlo.

Al momento ya.

No, al día y media.

Ah vale.

A la otra persona, como yo me llevaba bien con ellos, pero ¿por qué?

Porque nunca les dejé tirados.

Porque cuando pasó una movida en Arjecidas les esperé, les asistí y los llevé, cuando

les hacía falta dinero se lo dejaba, o sea, me porté muy bien con ellos y me tenían

a precio.

Entonces, cuando el tío tenía el kilo y lo quería vender, uno le dijo, yo tengo un

contacto y cogí y me llamó a mí.

Y de repente creamos con él en un parking, en Atotcha, en los baños para hacer el intercambio

y cuando claro, cuando el tío me ve, dentro yo sigamos diciendo, pero he robado a ti.

Bueno, le pegamos en el baño, cogimos el paquete y nos fuimos, ¿sabes?

Y bueno, eso son varias de las que tengo, ¿no?

De ese tipo...

Es heavy esta, ¿eh?

Y casualidad también.

¿Casualidad?

No, yo qué sé.

Pero deberíais ser muchos en no, en ese ambiente, se haciéndo eso, en esa zona.

En esa zona, no.

Claro.

¿Sabes?

Con esta gente a lo mejor, no.

Claro.

Eramos 3 o 4 o 6 de ese barrio, haciendo con esta gente.

¿Tú a quién te mandaba a ti?

Otro chaval del barrio.

¿Eran personas individuales o había la mafia metida?

No, eran personas individuales, gente de barrio que se buscaba la vida, gente que había

empezado en el barrio vendiendo un grámito 2, habían conseguido pasta, ahora vendían

100 gramos a uno, 100 gramos a otro, 100 gramos a otro y ahora vendían paquetes.

¿Tienes algún contacto ahí o lo que sea?

Y se fueron a la aventura, se hicieron la de Juan Echanove, bajarse al moro, a la aventura,

hicieron el contacto y ahora llevaban mulas y así funcionaron.

¿Cuánto tiempo estuviste con el tema de conductor de...?

Bastante.

¿Sí?

Años.

Tío, un año de eso es como tú una mina trabajando.

Es claro, es cierto.

¿Cuál es la aventura más Javi que recuerdas esa época?

Bueno, recuerdas, esto es la anécdota clave insuperable, porque tiene que haber alguna

que sea adentro.

La anécdota más Javi, tío, es un chaval que mandamos a Buenos Aires.

Ah, también hacia Isla de Tío en América.

Sí, con un paquete de cocaína, volvió, el tío no se lo comió, lo volvió en papel

al bal, lo metió en las palas de la maleta y coló.

Y cuando estamos en el coche...

Con un fardo en la maleta.

Con un fardo en la maleta, pero expandido, ¿sabes?

Jajaja.

Eso hizo.

Creo que era, ahí no me acuerdo, era Brasil, o sea, era Buenos Aires Brasil y Brasil Lisboa,

¿vale?

Y no sé cómo cojones lo hizo, pero llegó a la maleta con todo y cuando yo estoy esperando

en el parque y me dice, tira, tira, tira, que no me lo comide que lo llevo encima,

tío.

Claro, yo era un currante también, yo no tenía 500 paus para decirle, bro, pillate un taxi

que a mí no me vas a meter 5 años en la cárcel por tu culpa, que nos paran y nos vamos

pa'lante.

Y en ese momento no puedes llamar a nadie, los vizun no existían.

Oye, hazme un vizun, tío, hazme un vizun que metas de pibe en autobús, que yo no me

subo con él.

Claro.

¿Sabes?

Pues me tuve que pechugar y llevarme los 500 kilómetros al pibe con un kilo en el maletero,

sabiendo que nos podíamos jugar 5 o 10 años de cárcel, ¿sabes?

Si hay un control de policía, hay que poner malas pintas o lo que sea, porque, claro,

también eso influye mucho, ¿no?, si ve una persona super tal, a lo mejor no dice nada,

pero ve unas pintas extrañas y dice maletero.

Sí, sí, luego cuando llegamos a Madrid me dice, dice, uah, ¿cómo te has subido con

él?

Yo le pago un taxi y digo, ¿con qué dinero, cabrón?

¿Cómo le...?

Claro.

Y eso es muy...

Qué heavy, tío.

Y lo que no entiendes es cómo coño los escáneres de cuatro aeropuertos no pillaron nada.

Ni yo, pues es que pasa que Lisboa es un aeropuerto de mierda, es una caja de cerillas.

O sea, es como la sección de Méndez Albrado de autobuses, no es nada, entonces se junta

todo el mundo ahí y tú, al ser europeo, al pasar por internacional, pues ya pasas por

europeos, pasas por DNI y sabes si te haces en aquella época, no sé ahora cómo irá,

y pasa como todo el mundo a voleo y es como demasiado.

Y de las Torres Gemelas yo creo que ha cambiado mucho el tema de...

Porque esto fue antes, ¿no?

No, fue después.

¿Esto fue en 2007 o así?

Ah, pues...

El raro, como coño.

O sea, esto no lo contaba en mi canal.

O sea, esto no lo contaba en mi canal.

O sea, esto no lo contaba en mi canal.

Pues es heavy, ¿eh?

Sí, sí.

O sea, tía, esa época es la que tú estabas haciendo lo de Chófer y tal.

Sí.

¿Cómo termina?

¿Por qué dejas de hacerlo?

Termino de hecho polvo, termino con una duda gorda, termino yendo yendo y me ayudo

a comer.

No.

Sí.

Me arrepiendo en el viaje, me pido, me doy a la fuga, pasa.

O sea, ¿por qué estamos hablando de que son faros o no pequeños?

No, estamos hablando de un kilo.

Pero ¿cómo...?

Un kilo son...

Un kilo son...

A ver, antiguamente los kilos venían en derales grandes, de 10 gramos.

Pero no hay quien se lo coma, es una pila así de grande.

Entonces, lo que se hace ahora son bolas de ocho, que las de ocho son como esto, ¿vale?

Sí, pero entran.

Sí, tragas.

Sí, tragas y tal.

No, no.

Tragas, tragas.

Entonces, son 125 bolas, entonces tú coges las bolas, las pones en un barreño y las

dejas ahí.

Y no me acuerdo exactamente cuáles eran, si las que se caían o las que flotaban,

eran las que había que tirar.

No me acuerdo.

Pero eran las que estaban pinchadas y esas son las que se pueden abrir y matarte.

Entonces, es que no me acuerdo si eran las que llegaban para abajo o creo que eran las

que flotaban, ¿no?

No me acuerdo.

No sé qué consistencia tendrá.

No sé, pero...

Era cocaína, ¿no?

Era casi siempre?

No, era porros.

Ah, era porros.

Cocaína fue dos veces.

Ah, vale.

Dos terviajes.

Lo que más fueron porros.

¿Y lo que tú tragaste era porro?

Yo tragué porros.

Vale.

Fui por cocaína, pero me arrepentí, no lo hice.

Vale.

Vale.

Pero cuando yo he comido porros, tú lo ponías en un barreño y yo me acuerdo que se llenaba

de agua, metías el paquete entero y yo me acuerdo que se desechaban unas bolas, pero

no recuerdo si eran las que se iban abajo o las que flotaban, porque eran las que estaban

pinchadas o estaban mal embaladas, entonces tú dejabas toda la noche eso en agua, claro,

pues si alguna estaba mal embalada y se estaba abriendo, esa fuera.

Y por la mañana veías y...

Y quitaba...

Y el día antes de viajar, o sea, tú ibas el viernes, llegabas viernes tarde, viernes

tarde de fiesta, sábado de fiesta, domingo por la mañana, o sea, viernes tarde, llegabas

jojías los paquetes en el marroquí, los dejabas en el barreño, pillabas como una hervía

en vida allí, la idea en tango, viernes fiesta, sábado fiesta, domingo por la mañana, mirabas

a las bolas, desechabas, comías lo que no podías comer, llevabas al marroquí y venía

por ello, al siguiente viaje.

Y la sensación era dura, porque te quedaba mal cuerpo, porque es un cuerpo extraño al

final ¿no?

No sé, tío, lo haces.

¿Ibas muy pasado cuando hiciste?

No, no.

¿Estás consciente?

Estaba consciente.

O sea, no me habido de fiesta, pero está a lo que estabas, ¿sabes?

Y luego para cagar, pues lo mejor es...

Laxante.

No, lo mejor es cortar el estómago, ¿vale?

Un dan-up, un yogur, una cerveza, para que se corte el lácteo con la cerveza y tal,

y dos rayas.

Y ya es que...

¡Papapapapapa!

Ya lo sabéis, amigos, si tenéis problemas, estómacate.

Y te pones en cuclillas el plato de la ducha y empiezan a caer eso y ¡pom, pom, pom, pom,

agua manguerazo, bolsa...

Cuando hiciste eso, porque claro, ahora lo cuentas y incluso no reímos, porque es surrealista,

pero tú, cuando... o te veías en ese momento, tú sentías vergüenza.

¿Qué sentías?

O absolutamente nada.

Nada, tío.

Lo importante es que como me he visto tanto en mi vida, muchas veces como que te haces de

piedra y no terminás, pues, no...

Sí, que tiras pa'lante y...

Sí, es que yo he metido en un hostala, ocho tíos, a hacer eso, y yo he ido a buscar

los paquetes.

Tú, limpia eso, anda, venga, tú, tal, o sea, es que te insensibilizas.

Es como el trabajador de una ambulancia que lleva ya tres años viendo gente en las

carreteras reventadas.

Pues ya, chica, un brazo por aquí, una pierna por allá, ya la me afecta, ¿no?

Te afecta.

Pues eso, pues, como que te haces una coraza y no te afecta.

Pero aquí eras tú, el protagonista.

Aquí, sí.

Claro, que es un poco diferente.

Sí, pero no sé, tío, es dinero.

Ya.

Solo ves dinero, estás solo en dinero, sabes, y solo ves pasta, tío, solo ves que has llegado

y te has coronado, pues eso, tus 3.000 pavos.

Claro.

¿Cuánto tiempo dura todo este...

¿Todo este...

¿Todo hasta el 2008?

Hasta el 2008.

2008 me quedo en Argentina hasta el 2011 o así.

¿Por qué vas ahí, Argentina?

Voy a comer.

¿Vale?

Luego allí me peleo con mi colega, ¿vale?

Y me pino.

Digo, yo me voy por mi cuenta.

Me desaparezco.

¿Y te quedas en Argentina?

Y me quedo en Argentina.

Digo, a la.

Aquí, a la.

O sea, que no traes los farditos de vuelta.

Pero ni me lo traigo ni me lo quedo.

¿Vale?

Salió el día que tenía que ir a comer, dije.

No.

Chicos, hasta luego.

Paso.

Habéis perdido el billete de avión, pero nada más.

¿Y te quedas en Argentina?

Y me quedo en Argentina.

¿Algo te hizo quedar?

A ver, ya estaba hasta la polla de todo esto.

Ahí venimos de varias cosas muy jodidas, ahí vengo de que un día mi colega nos manda

a robar los dos para no pagar mi parte.

Claro.

O sea, él y yo íbamos a medias en una cosa.

Pero cuando íbamos a hacer él, yo le dije, tío, ¿no lo vendas?

Vamos a esperarnos y tal, yo no me fío a esta gente.

No, no, que sí, que hemos quedado, que hemos quedado, que hemos quedado.

De repente fuimos a una casa a vender y ahí llegan dos dominicanos, nos engañonan, nos

embridan y sale uno con pasa montañas, con un cuchillo, y coja a mi colega y le hace

pin.

Ya.

Pero es que yo me fijé que la hoja del cuchillo, si era de punta, solo sumaba un poquito,

le pegó el pin checito como pa...

Sabes, era todo un puto paripe.

Teatro total.

Teatro total.

Se fueron de la casa, nos terminábamos soltando las vidas y nos piramos.

Y las palabras de mi colega fue, ¡nada, tranquilo, Johnny, si el dinero va y viene, tal, no

sé qué!

Digo, joder.

Digo, muy tranquilo, estás, tío, pa que te hayan quitado tu pasaporte, tu documentación,

tu teléfono y 30.000 pavos.

Pero en ese momento no lo piensas, porque tú solo quieres dinero, dinero, dinero, dices,

va, va, tío, pues no pasa nada, pero en el fondo sabes qué pasa.

Va, tío, pero es que, claro, de esto la mitad me la debes.

O sea, no solo te roba, sino que te genera una deuda.

Hostia.

Sabes, es como esa maldad de barrio, ¿no?

Total.

De, no, tío, es como el praseneta, ¿no?

Yo te veo a España, tal, sí, vas a trabajar de prostituta, vale, es que me ves 5.000.

Claro.

No me los pagas, es que ya me ves 10.000, pues vas a estar trabajando patita mi vida.

Pues ahí llegué y dije, hasta aquí, cogí y me desapareci.

Hostia.

Me desaparecía hasta el 2011, volví.

¿Pero, Argentina, qué hacías?

Pues nada, vivías de trabajo.

Me empecé a buscar la vida.

Trapicheos otra vez, ¿no?

No, no, qué va, qué va.

Me puse, me fui al centro de... al ejército de salvación.

¿Qué dices?

Sí, me fui al ejército de salvación y después de estar dando vueltas sin comer, sin dormir,

semanas ahí, súper desorientado, cogí y me presenté a un hospital y dije, hay un

sitio aquí, un albergue o algo, sí, mira aquí y tal, creo que en el barrio de San

Lorenzo, el barrio de San Lorenzo, el ejército de salvación.

¿San Lorenzo del Magro, eso o algo así?

Sí, o algo así, del fútbol, ¿no?

Sí, sí.

No, huerdo, tío.

Es que no agordo bien.

Bueno, llegué allí y dije, aquí, ¿dejáis dormir?

Sí, pues me dieron una cama y me diste tres días durmiendo, literalmente.

Cogí fuerza y ya cogió el chico, uno de los que movían aquella me dijo, mira, aquí

se pagan 10 pesos al día, no tienes que pagar nada, no te busques la vida, tranquilo, te

vamos a dar de comer y de duchar, si tienes ropa, no tienes ropa, tomas ropa.

Y bueno, pues ahí me busqué trabajo en un restaurante al lado, todo en negro, me empecé

a buscar la vidilla y tal, y bueno, pues ahí fui tirando, estuve un tiempo más y ya volví

a España, estuve resumiendo, porque aquí hay historias también para aburrir.

Sí, ¿no?

Sí.

Argentina, que están loguísimos los argentinos.

Exacto.

Hay historias para aburrir y hasta terminé con un bar propio y todo.

No.

Sí.

Y todo en negro, claro.

Porque al final tú no tenías ni idea.

Todo en negro, venía la policía y comía, venía sanidad y comía, venía trabajo y

comía.

No.

Sí.

¿Qué dices?

Sí, sí, sí.

Y ahí empecé otra vez a engancharme, tuve un momento de lucidez y otra vez volví a

caer.

¿Era fácil encontrar droga en Argentina en esa época?

Tirado, tío.

Tirado.

O sea, tirado barato y bueno.

Va a la combinación.

Sí.

No sé, al cambio, 100 pesos, un gramo de la época.

Ni de cuántos 100 pesos, pero no tienes en cuenta.

No, pero en la época no, ¿eh?

Ah, vale.

Es que en aquella época...

¿Sabes cuánto costaba?

Eras 4 euros o 5...

100 pesos, ahora son 50 céntimos de euro.

No, claro.

Es que en aquella época lo mejor era, ¿estaba 6 o a 7 el...?

¿Qué no fueran?

¿Qué fueran?

¿5, 6, 7, 8 euros?

¿No?

Sí.

Por ahí.

8 euros.

Claro.

O sea, por 10 euros tenías ahí...

Para la tela.

Para la tela.

Sí.

Y ahí te enganchas otra vez.

Me engancho otra vez.

¿Y seguías en ese modo de supervivencia, de no replantearte las cosas, seguías sin

remordimientos, tirando palante y palante y palante?

No, con mucha culpa.

Ahí entra culpa fuerte, ¿no?

Con muchísima culpa.

Porque parecía que había salido, ¿no, de la mierda?

Con mucha culpa, con mucho, volver a ver que vuelvas a caer, volver a ver que no eres

lo suficientemente fuerte para dejarlo, volver a otra vez a lo mismo, y ahí es jodido,

tío.

Mentalmente muy duro, ¿no?

Bastante, bastante jodido, tío.

Y ahí, bueno, pues llega otro momento de lucidez, ahí hablo con mi familia, mi familia

me ha apoyado un poco económicamente.

En Argentina estabas, ¿eh?

No, cuando vuelvo.

Cuando vuelvas.

Me ha apoyado un poco económicamente, tiro un poquito, me voy de España otra vez, me

voy a Suecia.

¿Un cambio interesante?

Termino volviendo y liándola otra vez, ¿vale?

Y ahí entra ya, o sea, es que son mazos de iras y veniras y tal.

¿Por qué la lias en España otra vez, otra vez droga?

Pero ya consumo, ya no es tráfico, o sea, yo creo que ya desde el 2000...

2007, 2008, no he vuelto a cometer un delito en mi vida.

Era autodestrucción, lo que estabas haciendo.

Autodestrucción.

Consumo, droga, consumo, era trabajar y drogarme o buscarme la vida para drogarme.

Pero no era ya, o sea, ya no era ni vender droga, ni plantar marihuana, ni trapichear,

ni robar ni nada.

Si podía me lo buscaba y si no podía no me lo buscaba.

Entonces, bueno, pues en una de esas 2012, no recuerdo bien las fechas, 2012, 2013, tengo

otra de estas que te recuperas, entonces mi vida es así.

Y ahí empiezo, pues, como un curso de austrería, en busca de, pues, algo de motivación, formarte.

Empiezo pues en una escuela de negocios lo que es dirección de tres y restaurantes.

Tengo un máster y pues bien, pero en mitad del máster vuelvo a caer, vuelvo al consumo,

ahí me pilla trabajando en un buen restaurante de gerente, ganando dos mil quinientos paus

al mes.

Hostia.

Y otra vez a la misma.

Totalmente activajos, porque llegabas a puntos buenos, es un trabajo de puta madre.

Si, si, totalmente.

Tengo un equipo de trabajo de 18 o 20 personas y de repente pongo el beso.

Otra hostia y en esas, ya te ves, que de repente ya llevo mes y medio sin pagar el arquiler,

era un estudio, eran 500 paus al mes o algo así, y de repente llego un día, después

de tres días drogándome, voy a llegar a abrir la puerta y no puedo.

No te drogabas en tu casa.

No me habia ido por ahí, sabes, perdido, y voy a llegar y la puerta cambiada, la cerradura.

Llamo los otros, porque era un piso divido en cuatro, los otros compañeros de estudios

me decían, no, no es que no te puedo abrir, porque me han dicho que no te abra, habla con

la arriba, la arriba, se ha ido al pueblo porque lo quería atenderme, mis cosas dentro

y me vio en la calle, pues ahí dije, aquí me quedo, esto me pillaba en Madrid, calle

Huertas.

Hostia, calle Huertas, las letras ¿no?

Un barrio de las letras, al del Paso del Prado, al del Gasefón.

Yo vivía al lado.

Ah, ¿sí?

Sí, sí, vivía por la Vapíes, pero vivía en la zona de la Vapíes más cercana a Capital

y todo eso.

O sea, Santa Isabel.

Por ahí, sí, calle La Fe.

No la ubico.

¿Praza la Vapíes?

Sí.

¿Dónde está la iglesia esa?

Sí.

Pues ahí.

Sí, en el centro de Madrid me lo conozco, vamos, de P.A.P.

Pues por esa zona.

Por Huertas.

Es buena zona, Huertas.

Bueno, es buena zona.

Está mal.

Está bien.

Toda Madrid es buena zona ahora.

Ahora sí.

Sí, sí, sí, ya no queda.

Los gracios son los que hay.

Sí, total.

Pero bueno, me quedo en la calle y, bueno, justo en la plaza de al lado donde yo me quedo

en la calle, pues yo llevo a meses que veía a un grupo de gente que vivía en la calle,

pues me quedó al lado de ellos, pero no, ellos, si ellos dormían en este banco, pues

yo me quedo tres bancos más abajo, ¿vale?

Y ahí, pues al día de, tío, te has quedado en la calle, te recuerdo aquí con el coche

y tal.

Sí, y tal.

Pues ya nos poníamos a pedir juntos, a pedir dinero en la calle, a veces nos íbamos

a robar juntos a los supermercados para luego revenderlo y drogarnos, o sea, la verdad,

y grabamos un supermercado, robar 10 blisters de jamón ibérico y venderlos a mitad de

precios en los bares, o a mitad de precios en la calle, entre sus molinas se revende.

Y empezamos con esa dinámica y así, pues, 2015, es que no agordo bien los fechos, 2014,

2015, más o menos, que no recuerdo bien, creo, o sea, finales de 2015 y ahí ya, bueno,

me peleo con uno de los que dormía conmigo, me roba el móvil, traemos una trifulca que

flipa, incluso un juicio entre nosotros, o sea, que luego, bueno, cuando llegamos al

juicio, los dos no entramos y el juicio se archivo, porque si no se presentan los dos,

se archiva, pero bueno, la policía nos meta los dos, ¿no?

Nos detienen y nos llevan los dos detenidos.

O sea, era una pelea física.

Fue en 2015, sí, y yo en aquella época pues iba a un centro de roja, quedaban pues café

y galletas por las mañanas y también tenías pues el típico enchufe para cargar las cosas,

pues había ahí psicólogo, terapeuta, también había metadona, para gente que iba dispensario

metadona, dispensario de medicación mental o psiquiátrica, y pues era una de esas mañanas

que yo aprovechaba eso para entrar en calor y tomar café y tal, y a veces cargar mi móvil,

pues me dice, oye, mira, el recurso es gratuito, pero no tan gratuito, a lo mejor deberías

empezar a ir a terapia, te apunto con la psicóloga y digo, no, a mí eso no me hace falta, a

mí eso, eso no, yo salgo cuando quiera, o sea, lo típico, no, yo lo dejo cuando quiera.

Porque ahí seguías consumiendo lo que podías.

Lo que podía, no tan heavy como cuando tienes dinero, pero si todos los días te podías

consumir 10, 20 euros de pedir en la calle o de buscarte la vida, ¿vale?

Y bueno, pues empiezo a ir a una terapia de grupo, se junta con la pelea ésta y termina

hasta la polla, entonces me voy totalmente aislado a otra plaza, yo solo, dije, vale,

pues me voy a buscar yo mi chabolo, mi zona, paso de estar conviviendo con gente de la

calle, pues al finales peleas todo el día entre nosotros, y si no es que esté más

robar saco de dormir, es que esté más robar las cosas que tengo aquí escondidas de la

ropa.

Vale, eso te quiero preguntar, porque esto es, es de las cosas más chocantes de tu

vida, es vivir en la calle, ¿vale?

Vivir en la calle es una realidad que vemos en grandes ciudades constantemente, pero nadie

se fija, porque tú pasas, lo ves y sigues a lo tuyo, vivir en la calle, ¿cómo es la

primera noche que vives en la calle, o sea, qué es eso que tú dijiste, que te metiste

ahí, tú estabas… Bueno, estaba con lo puesto, una chaqueta

y poco más, pues… ¿pudiste dormir?

Sí, estaba reventado, me puse la, me tumbé, en un banco era verano, me tumbé en un banco,

me puse la chaqueta como una, una chaqueta de entretiempo, o por encima, que hay reventado,

y no había nada que robarme, o sea… No tenías miedo de que te quitaran, nada…

No sé si me marché, no sé si nada… Claro, a partir de ahí te adjuntas con ese

grupillo. ¿Qué tipo de gente hay en la calle viviendo normalmente?

Pues de todo gente con adicciones y gente muy cronificada, gente con muchos años de

alcoholismo, muchos años de adicciones, la mayoría con alguna minusvalía, ya sea mental

o física, y con su correspondiente pensión, de 400 o de 500 queso, pues a lo mejor, le

da para malvivir. La dinámica, pues, del 80% que tiene esa pensión, o que está en la

calle con esas pensiones, es… llega el día de cobro y me dura el dinero una semana.

Y luego pues el resto del mes a pedir, o ir a comer al comedor, o ir a comer a donde

tal el bocadillo por las tardes, hacer cola y todo esto, ¿no? Y esa es un poquito la

dinámica. ¿Qué comíais, normalmente? Pues bueno,

si no pasa un restaurante y te da algo, o ya sabíamos restaurantes que nos daban

algo, que antes de tirarlo a la hora de cerrar, pues tío, vas a un super y una barra de pan

y una morta de las son dos euros. O sea, y pidiéndole, la gente da. O sea, tú te

pones a pedir en la calle y le dices a alguien, me compras algo de comer y te lo compran.

Más que el de dinero, quizás. El dinero no te va a dar muy poquita gente. Te tienen

que ver un perfil diferente. Claro, porque eso es primero que me pasa. Cuando lo veo,

pienso, claro, me voy a dar para que se vaya a comprar porros o coca o lo que sea y es

lo que te da rabia, ¿no? Que el dinero que das se vaya a utilizar en drogas. Lo que piensas,

¿eh? En un vicio. Exacto, es lo que piensas. Claro, comida,

comida. La comida no se le llega nadie y vas a un bar y me ha pasado. Dices, es que

quiero, mira, te sobra un trozo de pan o de tortilla o algo y me ha pasado en la callatocha

de llegar el del bar y, no, sientas aquí y comete un menú y ponerte en la barrilla

y darte un menú. Entonces, la comida no te va a negar nadie. Yo, la gente de mi este

día también la sabe, habito el día en directo y, tío, me compres un bocadillo, toma. Oye,

mira, has pasta, no te hemos suelto. Claro. Es que es así. Es así. O sea, que la gente

que hay es un tipo de perfil, o hay droga, o hay enfermedad mental, o colificado, ¿no?

Alcool. Muy colonificado. Mucho alcohol. Dirías que es lo que más hay alcohólicos

no hechos alcohólicos. Pero el alcohol no es causa, es consecuencia. Porque yo tengo

un problema de alcoholismo también. ¿Vale? Yo, cuando me quedo en la calle, mi problema

era de drogadicción. Resulta que el alcohol es más barato. Resulta que te quedas en la

calle y hay un montón de ruido. Que, para dormir, pues, yo recuerdo el primer día que

me tomé una lata en la calle. Una lata de cerveza. El día siguiente dos, el día siguiente

tres. Al día siguiente, pero… Sí, que progresivamente y progresivamente.

De repente te ves que te estás bebiendo tres litros diarios de cerveza. De repente

te ves que te levantas, tomas un café, un desayuno, porque te vas a buscar la vía al

día anterior y tenías tres euros encima, vas al matón y vas a poner un café de un

euro, pero ya media mañana una cervecita. Y de repente ves que se te va de las manos.

Pues el alcohol en el… O sea, gente alcohólica que termina en la calle es muy poca en comparación

con la gente de la calle que se convierte en alcohólica.

Y a ti te pasó. Y a ti pasó. No alcohólico en plan delirí un trémens y necesitar beber

para no temblar, pero sí necesitar mi dormidina, mis tres litros diarios de cerveza para dormir.

Y a día de hoy me estoy controlando. O sea, a día de hoy me he tirado un mes, desde

a poco, aprovechando de tichos antes de mi comunidad, aprovecharme para…

Motivación. Motivación y todo esto. He dejado de beber

tan continuo, pero si es verdad que cuando te desestabilizas un poco te lo pide el cuerpo.

Porque recurres a eso para placar tus nervios o… Y lo vemos tan socializado.

Sí. Pero si tú fueras camarero y te vas a un bar, te sorprenderías la cantidad de

gente que es alcohólica en España. Gente, vamos a decir, con la vida normal.

Sí, el banquero, el taxista… ¿Dónde ponemos la línea de lo que es ser alcohólico?

Pues se considera alcohólico el que bebe más de 1,25 litros al día, no según yo

sino según los médicos. ¿De algún tipo o lo que sea?

Alcohólico, a lo mejor no es de alcohólico de necesitar pastillas porque si no te mueres.

Pero ya tienen una adicción. Una dependencia.

Tienes un hábito no saludable. Vale.

¿El que se bebe todos los días 3 botellines? No, pero el que se bebe 6 botellines tiene

un problema. Hostia.

¿Vale? ¿El que se bebe todos los días 6 latas pequeñas tiene un problema o el que

se bebe todos los días… Una talla y media de vino, por ejemplo.

¿El que se bebe todos los días 4 latas de medio litro tiene un problema o 2 litros

de cerveza tiene un problema? Ya te digo que eres un problema. ¿Qué te permite llevar

una vida? A mí me ha permitido durante un año seguir haciendo streaming y trabajar de

raider por los días porque no bebo durante el trabajo, pero llegan a la noche y dices

bueno, vale mis dos cervezas para desconectar y dormir. Y te acostumbras a eso, a hacer

esa etapa. Claro.

Entonces bueno… Curioso, yo pensaba que, fíjate, que pensaba

que habría mucho más persona viendo en la calle alcohólica y que el alcoholismo ha

provocado que acaben ahí. Y me sorprende lo que veas dicho, ¿no? Eso es muy interesante

porque al final es el alcohol el que surge en estos ambientes para aguantar. Dices que

dormir es muy complicado. Sí, pero el ruido.

La primera vez, evidentemente, estabas destruido. ¿Cuando estás habituado, cómo es dormir

en la calle? Bueno, pues jodido. Es jodido.

Es jodido porque a las 6, 7 de la mañana, 8 de la mañana más tardar, policía municipal,

en todo el mundo arriba que van a los puntos donde se junta mucha gente durmiendo, chica,

que va a llegar ya la gente para aquí a vivir, a trabajar o… ¿sabes? Y recoger

tus cosas. No dejes en serio si en la vía publicas ni otros tiramos. Entonces ya, bueno,

estos levantarse 7, 8 de la mañana, reventado. El ruido es como…

El ruido, días de fútbol, coches, tal. Entonces, bueno, pues sí, no tal y no tal…

Y la… Estamos acostumbrados a dormir en camas. ¿Cómo se duerme físicamente en

la calle? A ver, físicamente se nota, pero si te la

montas bien, lo puedes pasar. Vale, o sea, en plan, si pones dos, tres cartones que hagan

de islante para el frío, luego pones alguna moqueta o colcha, luego saca de dormir, no

es la gama más confortable del mundo… Pero no es un infierno.

No es un infierno. Tema temperatura, que es una de las cosas

que primero piensas, ¿no? Temperatura y clima, porque no son las temperaturas, sino es lluvia,

es tal, ¿vale? Temperatura. Sobre todo el frío. Vale. En invierno, Madrid, que puede

llegar a menos tres, menos cuatro… Sí, y menos seis ahora.

… y menos lo que sea. Eso, ¿cómo lo llevas? ¿Cómo se hace?

Bueno, al principio pasas frío. Al principio buscas quedarte en una parada de metro abierta,

buscas quedarte en la estación de Tocha, pero claro, a la gente en la calle no le permiten

tumbarse o te quedas sentado, pero como te duermas, te echan, porque no quieren que la

gente esté durmiendo en una estación. En el aeropuerto lo mismo. O sea, fuera, ¿no?

Pues de repente ves cómo se le ocurra a la gente. Al principio tienes mucha vergüenza

de que te vean o que me vean tal, pero en algún momento que dices, tío, mi descanso

y mi frío es más importante que me mires tú. Entonces ves que uno lo que hace es ponerse

una lona de plástico y hacerse un canelón y un rulo, un rito primavera. Y tú dentro

de una lona de plástico tienes efecto invernadero, abres un poquito para que entre aire y eso

circule y sudas. Los últimos años en la calle yo dormía en calzoncillos.

En invierno.

En invierno. ¿Por qué? Porque tenía los cartones, una

aislante, las alas esterillas, dos lonas de plástico, una moqueta, dos mantas, un edredón

y luego el saco de dormir. O sea, como un iglú, costaba, pesaba levantar eso y te

aislaba de ruido, te aislaba de todo. O sea, yo en Filomena me levanté lleno de nieve

y no me enteré. Filomena para los latinos fue un temporada

de nieve fuerte. Fuerte. Pues yo me levanté con 1,5 metros de nieve encima y yo eran las

6 de la mañana y decía, joder, qué me he descansado hoy. Hoy no hay ruido, ¿eh?

Qué tranquilidad. ¿Sábado, domingo, que no hay nadie en la calle?

Hostia. Te arrepéndice así, me hice toda la nieve.

Hostia. Me desperté de una.

¿Me voy a saberte que no he colgado, no? No.

No, porque no había tanta, quizás tanto… No, pero me costó hacer ahí, hacer luego

en las piernas y se me metió toda la nieve dentro.

Hostia. Pero bueno… No pasabas frío.

No pasabas frío. Pero ya te profesionalizas.

Claro, pero las primeras semanas… Los primeros dos años.

Es horrible. Horrible. Y bueno, luego ya pues te vas…

Y el calor bestial… El calor es más horrible.

Es peor. Sí. Fíjate que yo hubiera dicho al revés, ¿eh?

No, qué va, porque te duermes a las 4 de la mañana por el calor y por los borrachos

gritando, pues a todo el mundo en la calle estas tantas y a las 8 en pie porque te

pega el sol en la cara, pero sol fuerte.

Es imposible. Entonces el primero mes vale, pero el segundo y el tercero ya estás, tío,

a reventar porque duermes 5 horas de media. ¿Sabes?

Claro, y no son de calidad. Y no son de calidad.

Tema y higiene. Tema y higiene, pues…

Es otra gran pregunta, ¿no? Tienes duchas públicas, 50 céntimos la ducha, tienes

asociaciones y sámonos social que te antiques gratuitos para que no pagues. Si no tienes

ni un puto, es que 50 céntimos, esto está a cualquiera para ducharte, o sea…

Oye, mira, te pones de antes la ducha, le dices a alguien, me has 50 céntimos para

entrar a ducharme y te lo dan, ¿vale? Y duchas super higiénicas, o sea, de mármol,

que lo llevo en una empresa de servicios muy conocida en España, y entras, tienes 20

minutos de agua caliente, no, sobrao, sales, entra a un trabajador de esa empresa de servicios,

desinfecta y entra al siguiente. Ah, hostio.

No hay ahongos y nada de esto, ¿no? Que bueno.

Y así funciona. O sea, la ducha, ahí siempre.

Y, en padronamiento, te pueden empadronar, o en sámonos social, en mi caso, o en diferentes

asociaciones que trabajan o centros de día, para recibir cartas, hacerte el DNI, sabés

social y todo esto. Roperos, hay un montón de roperos gratuitos para coger ropa, y aparte

ropa buena, ¿no? Ropa de pantalón de pinza de viejo. Si no, ropa que te vas a sentir

a gusto con ella. Incluso hay marcas de ropa que donan zapatías nuevas, pantalones

nuevos, te los dan con cuentagotas, pero te los dan. Ahorita cada 100 meses ponen zapatías

nuevas. Y tema a comer esto también lo hay. Para poder ir a comer. Tema a baño, que vais

a baños de restaurantes o bares. Tema a baños públicos, siempre restaurantes,

haces tus sitios, ya coges tus fianzas, yo iba donde Manolo, Lopetegui, que le damos,

que no se llama Lopetegui, pero llamamos Lopetegui, que se llama Manero y Javi, era al bar de al lado

de mi dormía, y yo era levantarme, ir pa' allá, lavarme los dientes, lavarme la calma.

Te tenían cariño ya, y te conocían. Sí, me fíaba en un café si ese día no tenía

dinero, me han llegado a fiar hasta 30 cafés en un mes.

Hostia. De verdad, y cuando tenía pastas todo pagado.

Claro. O sea, me han llegado a fiar pasta, no de

arme pasta, apuntame el otro, pagó donde pueda. ¿Sabes? Y cosas así. Y luego se toman

tins. O sea, eso es, pa' lavarme los dientes, la cara a las manos, aguagar la lentita por

la mañana, coger un café, pero luego para cagar, pues al parking, o para ir al baño

más veces en el día, había un parking público 24 horas, pues al parking.

Vale. ¿Era gratis el baño? Sí.

Ahora lo ponen con código. Pero ya te conoces el código el primer

día, ¿no? No, no te creas, a principios estaba

abierto el código, pero bueno, ya me pilló que me iba de...

Bueno, tema IGN, es que hay tantas cosas, y ahora lo has comentado tú, cargar dispositivos.

Dispositivos, bueno, en los parkings siempre hay enchufes, en el metro hay enchufes, en

cualquier 100 montaditos, pagas un café y te gasto la tarde, porque es autoservicio,

no te va a decir nada. Claro.

En un McDonald's igual. Vale, pues pagas un café, un euro, tío, y te

gastas y toda la tarde. Y luego yo, en mi caso, yo tenía al lado un supermercado que siempre

compraba ahí un udaco, que era de unos chinos, y ya pues me dejaban cargar las cosas.

Vale, dejabas ahí y... De hecho, dejaba las cosas por la noche,

y las cogía por la mañana, así no me las podían robar.

¿Tenías confianza, entonces? Sí, tenía mi enchufe, y yo les daba

10, 15 papillos al mes de luz. Ah, está bien, o sea, es un buen trato.

Y luego les compraba siempre ellos. ¿Has dicho una cosa ahora que es también

una pregunta importante que tenía que ser el tema de la seguridad y el tema del ambiente

entre vosotros? Porque esa es una gran duda, también, que más gente tiene.

A ver, depende. Depende, porque si es entre nosotros, sí. Si estás en un mood de alcohol

y drogas, mejor en compañía. Porque cuando tú no tienes el otro te invita.

Y cuando tienes tú te invitas al otro. Y al final, tú el día liado, ¿sabes?

Pero cuando llega un momento de hasta pollismo que dices hasta aquí y te quieres ir fuera,

pues es mejor ir por libre. ¿Vale? Y hay gente que va por libre porque

quiere salir de ello. En plan, me voy solo, empiezo la terapia,

y ahí me hago con el perro. Ahí busco el internet, se regala cachorro, y ahí aparece

mi perrete con tres meses. Y ahí, pues, ya empiezo a buscarme la vida en la calle,

empiezo a vender cosas, paraguas, pintura, postales, para abanicos.

No querías estar todos los días drogando, te borracho y… Es que ya, con la terapia,

con el perro, y apareció un libro en mi vida muy bueno, de psicología, de Enrique Rojas,

la conquista la voluntad, pues empecé como a decir, bueno, pues aquí estoy aislado,

no conozco a nadie que consuma, yo no voy a pillarlo. Y aquí no, nadie va a ofrecérmelo.

Y ahí, eso fue lo primero. Entonces, a partir de ahí vas cada vez siendo más fuerte y

ante los estímulos vas diciendo que no. La vez más fuerte que fue esta identificación

fue, por ejemplo, cuando ya salí de la calle, que me invitaron a la noche de poker, de poker

red y con tal, y fui al que ha sido una gran vía. Y en la sala de espera que estamos con

una cerveza, pues una persona sacó, abrió la bolsa, queréis estar, no sé qué. Y yo

se me puso el cuerpo aquí a punto de consumir y para quitarme la encima le dije, ¿tú qué

vas a entrar, tío? Anda, vete al baño, vete al baño. Lo que se fide el baño es y me

lo quité encima, tío. Y esa fue la última que lo tuve ahí, ¿sabes? Y cada vez te vas

haciendo más fuerte, pero es un adicto para toda la vida. O sea, en cualquier momento puedes

recaer. Entonces, no vas a ver beber alcohol duro, o sea, ron, ginebra y tal. Whisky, etcétera.

No vas a ver el nomento de fiesta, ni VIP, ni... No, es que hay un evento de, yo que sé,

marcat. Eso no es para mí, ¿sabes? Yo no quiero ser un influencer, ¿sabes? Yo, cuando

sé el streamer y youtuber, me vale. Y nada, pues en ese aspecto, la verdad es que me mantengo

muy al margen. Claro, y por eso eso es importante. Escapar un poco del grupo, ¿no? Del grupo.

Y te aislas. ¿Tú te aislaste porque quisiste? Sí, pero luego también en tu día a día,

durante tu día te aislas. A día de hoy me sigo aislando de eso. Vaya, ni tú. Nos vamos

a ir a fiesta no sé cuánto. No, yo no voy. Vaya, tío, vamos a una discoteca. No, yo

no voy. ¿No vas a ir ni de fiesta? No voy ni de fiesta. Ah, una fiesta que normal, con

gente normal, no hay días. No voy, es que siempre se cruza. Hay un momento que... Siempre

se cruza y vas a ir al baño y van a ver dos con la papel aliados. Es que está ahí. Entonces,

pues mejor no ir a sitios donde haya más porcentaje de que pueda pasar. Claro. Pues

esa es mi vida ahora. ¿Y empezaste a hacer ese cambio en la calle? En la calle. 2010

y... 2000, primer año y medio tal, yo diría 2015, 2016, más o menos. Ahí, además de

irte por un tema de no querer seguir consumiendo y cambiar la vida, el ambiente que había entre

vosotros era... Pesado. Era pesado. ¿Qué significa pesado? Hay nadie, es amigo de nadie. Nadie,

es amigo de nadie. Nadie, es amigo de nadie. Somos colegas tal, pero si puedo hacer el lioto

lo hago. Sí. Sí, si veo que tienes ahí una tablet o algo, si te la puedo mangarte la

mango. Entre vosotros. No había lealta auténtica. No, que va cada uno a lo suyo. Cero. Cero.

Pero que no la hay en la vida. No la hay dentro de compañeros de trabajo. Seguinten puedo

poner la zancadilla para quitar de tu postro para poner. Cualquier persona en un cargo básico,

si puede ponerle la zancadilla un cargo medio para que lo dechen y ascender él lo va a

hacer. Así es la vida. Sabes. Entonces, bueno, pues era un poquito así. Era una situación

de interés mutuo y poco más. Interés mutuo, ya está. Y dormir juntos para hacer

el búlto, ya está. Os contábais la vida, os contábais cosas profundas, sabía conversaciones

buenas, no, ni eso. A veces sí, a veces, no. A veces voy a cantar el pedo o la borrachera

y tal. Había relaciones sexuales. Sí. En la propia calle. Sí. Es un tema que es

curioso también, este. Sí, sí, sí. Y también hay chicas de la calle. Que pagabais o pagaban.

No, no, chicas que viven con un chico están bien, que ellas consumen. Ah, pero cuando

han hecho chicas de la calle pensaba prostitución. No, no, chicas viven en la calle. Sí, sí.

Y que se hacen pareja de éste y que hoy lo dejan con sí se van con el otro. Es un

lío que flipa. Ahí salseos en el ambiente. Bastante. Y se folla en la calle. Sí. Dojo

la lona. Hay magia. Pero también tiene que ser, tiene que ser las primeras veces, tiene

que ser, bueno, tiene que ser lo más fácil del mundo. Si es un poco vergonzoso, no como

Nacho, que Nacho lo haría aquí mismo y lo está haciendo de hecho. Para, Nacho. Pero

que cualquier playa de verano pasa eso. Sí, pero, claro, la calle pueden haber tantas

miradas, ¿no? Ya tentáis. Marbella pasa esto todo el día. En cualquier playa de fiesta

pasa eso. O sea, hay relaciones, hay amor, desamor y todo eso. Enganche, mucho enganche.

Mucho enganche, ¿no? Hay muchas relaciones tóxicas también, supongo. Mucho interés.

No, es una relación que ha nacido de, ha nacido de la supervivencia. Es como manada,

se juntan para ser menos vulnerables para el final. A nivel de seguridad. Sí. A nivel

de robos, a nivel de violencia. Ya no tan solo de gente de la calle. Si no hay gente de

la calle. En general, ¿qué nivel de peligro tiene a vivir en la calle? A ver, robos siempre

va a ver. Porque te van a robar por la noche si ven que tienes algo. Otros que viven en

la calle. La gente que roba a la gente de la calle es gente de la calle. Y a la que

otros que pasen por ahí todos los días, te vea, tienes un teléfono, pues por la noche

va a venir a manotear, así te lo puedes robar. Violencia, yo solo tenía un caso de violencia.

Bueno, tres veces, una fundía de un Madri Barsa, con una persona que iba muy borracha,

que era Antonio Schinhead. Hostia, ahí querían ir contra la gente de la calle.

Sí, bueno, empezamos a manos y al final vi una policía, nos separó y tal. Bueno, casi

lo iba detenido al tío. Y las otras dos veces fueron con gente que va borracha por la noche

y que se pone a mear donde estás tu durmiendo. Y ahí, das dos veces a la hora y me dices

que estoy aquí durmiendo y la gente encima se pone agresiva. Estás en la calle desecho,

ponte a trabajar o te levantas de mala hostia y, sabes, la gente se haga y lo peor. Entonces,

son las tres ocasiones que he tenido así de violencia en la calle.

No de que haya gente que vaya a buscaros. A quemarme, no.

A hacer cacería de mendigos, no. Eso yo no lo he visto.

Vale. Es una vida, de verdad, que me sorprende. Y tú has dicho, a principio, que has sido

quizás los mejores años de tu vida. Cuando ya los últimos.

Cuando te vas del grupo de la manada esta y te sepas.

Sí, porque ahí empiezo todas las maneras a buscarme la vida. Ahí empiezo a leer. Me

leo el clan de los gobernarios entero. Me leo el capitán aleatrista entero. Me leo

el Quijote. ¿Qué ha estado, Arturo, pero es reverte?

Hostia. Aquí, en esta silla.

Qué grande. ¿Tienes que volver, Arturo?

Es que voy a ver segunda parte. Me leí el Sunzu, me leí...

¿Sarte la guerra, no? Sí. Me he vivido un montón, tío, en la calle.

¿Y tengas tu perrito también? Sí. Luego ya me hice con un móvil y empecé

con las series. ¿Y tú el móvil lo tenías antes?

No. O sea, he tenido un móvil algunas veces. Pero hubo un tiempo que ya lo tuve móvil

y eso tenía los libros. Hostia.

Y luego ya, cuando ya empiezas a buscarte la vida todos los días y empiezas a tener

20 pavos diarios, me voy a pegar un teléfono en la segunda mano. Y ya voy a tener todos

los días 100 pavos en el bolsillo porque es que mi perro puede tener una emergencia.

Y ahí empiezo una responsabilidad. Oye, es que a lo mejor mañana llueve y no pudiera

vender. Te he estado que comer. Ah, no me he acordado de preguntarte. Aparte,

me voy viendo en la calle puramente. ¿Y cuando llueve?

Cuando llueve, te metes en un garaje, o en la puerta de un garaje, o en un 100 montaditos

todo el día. Consumes café, café y café. Pero hay dormir, por ejemplo.

Dormir con la luna no te mojas. Ah.

Yo con la luna ni me enterabas. ¿Cómo entiendes en el campañón?

Con noches de diluvio, vamos. ¿De diluvio? O sea, pero ni enterarme.

Es cierto que cuando llueve, cinco días seguidos, salgo de la huya, entra y se te moja

la capa de abajo del todo, pero sigues seco. Vale, vale.

Las últimas veces que he amanecido mojadísimo es que al hora de dormirme y hacerme el rulo

por encima, no he puesto la piedra para hacer la prensa y por la noche el viento ha levantado

la luna y me ha caído el agua. Vale.

Y te levantas. Bien, el día siguiente me has hecho un volvo.

¿Tienes cambios de muda para si te si te mojadas? Sí, sí, tenía un par de mochilas,

cambio de ropa y todo eso. Y luego tu vida acuestas, claro.

Sí, bueno, mi de un sistema como los bordillos, pues eran unos bordillos grandes y eran como

de granito. Entonces, del bordillo al suelo, yo ponía mis cosas a lo largo del bordillo

y lo que hacía era, con una moqueta gris, color bordillo que dejó la televisión española

en la plaza, tapé eso y parecía granito. Entonces, a simple vista de lejos, o sea,

tenías que estar a tres metros para ver que ahí debajo había mochilas.

Hostia. ¿Tendrías un camuflaje ahí?

Qué flipas. Y me levantaba, recogía y así policía municipal no me decía nada. Y le

tenía a tu ahí a palancadísima. Hostia. Claro.

Claro, al final, te tienes que espabilarte para sobrevivir, para hacer…

Sí, levantar alcantarillas es condracosas dentro de las cantorillas, tomas de agua.

Hostia. Y escondes ahí ropa, pero luego dices,

joder, que cuando yo se me moja, ¿dónde puedo tal? Y al final te la vas buscando.

Te la vas buscando. Y encuentras tu forma, cada uno encuentra

la suya. En ese momento que ya estás subiendo de

nuevo y que estás cambiando tu vida, ahí cuando te ves en la calle y te analizas y

dices, coño, estoy viendo en la calle, ¿qué sentías? ¿Te sentías mal?

Me sentía que iba a muy, muy pequeños pasitos, pero muy satisfactorios.

Que a ella no estabas en modo automático. No. Empezabas a ser una persona.

Ser yo. Exactamente. A conocerme.

Exactamente. A analizarme. A perdonarme.

Claro. Porque tu vida había sido una puta bala.

Sí. O sea, tú ibas en línea recta y lo que pasara.

Ahora no. Claro. Entonces, eso es todo, aceptarme,

perdonarme, decir, pues, hasta aquí, tía, esto es lo que hay, ¿sabes?

Tía, a partir de ahí ya es cuando llegas y, pues, eres previsor, te guardas un poquito

de dinero. No habéis hecho nunca eso.

Nunca. Te compras un camping gas para cocinarte. Ya, en vez de comer de frío y embutidos, te

pillas dos salchichas, dos loganizas y te las haces. O te haces una tortilla de patatas,

¿sabes? De hecho, cuando abrí directo una de las veces con el camping gas la gente flipó.

Yo me estaba haciendo en mitad de la plaza una tortilla de patatas en la calle, en Madrid.

Todo es bueno. Pero tú eres un cuento, si tú estás vivo es mejor que yo, es tu masterchef,

¿no? Sí. Y bueno, pues ya te empiezas a organizar. Ahí ya, de repente, entra, pues, me pongo,

no sé, la típico, tengo dinerillo, tengo mis 200 pavillos siempre encima, ganado otros

días 20 pavos vendiendo cosas en la calle, 30 pavos, los días de lluvia 80, porque vendes

muchos paraguas y ya te empiezas a buscar la vida y tienes tu dinerillo. Entonces, ya

te pillas un móvil un poquito mejor. Ya que voy a ver películas las voy a ver bien, ¿sabes?

Y ahí dije, joder, tío, lo típico. Oye, pues, bono de apuestas deportivas en el

siguiente no sé cuántos. Y ahí dije, bueno, pero esto va a estomar. Voy a meter 20 pavos.

Ya no me jodas. Lo típico, ¿no? Y tal. Pero nunca llegué a perder, porque dije, pero

¿se podrán ganar las apuestas deportivas? Inventir un foro de gente que hacía la apuesta

favor en un sitio, la apuesta en contra de otro sitio y liberaba la diferencia. Y que

se pre... Era el bono. Era el bono. Los bonos que te andan de épósito. Entonces, lo fui

haciendo con depósitos de 10 euros a tener 400, pero ya llegó un sitio muy importante

de las apuestas en España y me empezaron a cancelar las cuentas. Retiré el dinero y

me encontré en los pavos. Y en ese mismo foro encontré un foro de poker. Y dije, esto

qué es, voy a mirar. Noticia súper importante. Ua, lo mejor que era pasar el poker en español.

Y yo, a ver, ¿qué es esto? Y era que se abría la liquidez compartida. La famosa que habían

encapado España para jugar, pues ya se podían jugar entre Francia, España y Portugal. Bueno,

me quedan. Yo había sacado toda la pasta. Me quedaban, creo que, 8, 12 o 8,25 en Poker

Stars. Y entonces me puse a buscar en otro foro estrategia para jugar al poker. Y todavía

lo recuerdo, la estrategia ABC de McRoyer Poker. Unas tablas. Esto yo seguía vendiendo

por las mañanas, pero por la noche me dediqué a estudiar eso. Y eso me dedicó un millón

de horas de estudio, de entretenimiento, de investigación. Y empecé a jugar en mesas

de los céntimos y empecé a ganar. Y empecé a seguir unas tablas que te daban. Y ahí conocí

una escuela de poker. Y empecé y de repente empecé a generar 500 paus al mes jugando

al poker. Desde la calle. Ojo, eh. Desde la calle. Jogando spin and goes. Y bueno, recuerdo

el día yo estando en la calle, que nadie del poker sabía que yo vivía en la calle.

Yo era un nick. Perfil más. Un perfil más. Pero tenía mi ocupación de vender en la

calle y luego me sacaba un sobre sueldo. Joder. Con la idea de algún día, oye, esto va a

depender de mí. Tengo estos ahorros, ¿no? Y eso era lo que hacía. Y me entretenía

haciendo eso. Y me mantiene la cabeza ocupada. Y como es un juego de estrategia, me pasaba

de puta madre, ¿vale? Todavía se me iban las horas haciendo eso. Y viendo un vídeo

de teoría y no sé qué, con el poker, te la quedé mirando manos. Todavía recuerdo

en la escuela que estaba yo con Miguel, con Spacejack, con Mentopoker. Recuerdo el día

que entró Leo, que la veo aquí muchas veces, que entró Leo a la escuela a aprender spin

and go. Que bueno. Te llama acuerdo. Y fue como, wow, entró Leo a la escuela. No sé

qué. Qué fuerte. Que te estamos todos en un grupo en Skype.

Sí. Imagínate. Tía, y tú desde la calle.

Tú estás desde la calle. Es una locura. Pero, claro, yo había pasado tantas horas

con mis compañeros en Discord, en llamada, analizando manos, viéndonos jugar unos a

otros para aprender. Ayudándonos, que cuando me hice streamer y empezó a hacer reconocido,

muchos me reconocieron por la voz. Oye. Tú me sueras, ¿no? Tú no eres Johnny de tal,

tal. Y yo luego, pues, pero sí, tío, no digas nada. Hasta que un día dije, tío, mira,

sí, soy yo. Esta es la mi cuenta de Twitter de Poker. Esta es la de ahora dividido en

la calle. Bueno, pues, voy a eliminar esta. Quien quiera seguirme. Claro.

Decir que el Poker me ayuda mucho de una época para tener una motivación, un estudio.

Te ayuda muchísimo. Un entretenimiento, tío. Un poco.

Hay muchos valores dentro del Poker, aunque no se entiendan. Como que es el más importante

que, por más que lo intentes, los resultados no dependen de ti. Eso es súper importante,

tío. O sea, tú lo puedes hacer bien, bien, bien, pero no...

Perder. Perder. Muchas manos seguidas. Y entonces eso te da un mental. Te da una mentalidad

súper de, tío, de aceptar derrotas, de aceptar bad bits, de aceptar mierda, ¿no? Aunque

tienes épocas malas. Claro.

Sabes que el tilt te puede o que no lo llevas bien, ¿no?

No sabes parar. No sabes parar. No, no sabes parar. No, pues, si sabes

parar o siempre juegas dentro de banca y nunca pierdes la banca entera hasta arruinarte.

Vale. Si no, tienes que bajar de steak. Si juegas en cinco, bajas a doses. Vale. Pero

porque hay que detectar eso. Pero eso da para otro podcast.

Sí, sí, sí. Un día, a lo mejor, traigo también a gente del mundo del Poker. Bueno,

leo que ya sabéis que vino, pero también para la verdad es su trayectoria y que leo

viene mucho. ¿Cómo te da? Que estás en la gran clave y estás aquí por ello, ¿no?

¿Cómo te da? Estando en la calle. Ajá. Por decir, no, ahora voy a empezar a ser streamer.

Vale. Con un móvil. Yo estaba, de güendo. Yo estaba en la plaza, sentado. Yo ya llegó

un momento que ya con esos 400, 500 euros que ganaba al mes, no me hacía falta ir a

vender a la calle. Todavía por las mañanas me ponía en un cien montaditos o en cualquier

sitio me grindeaba mis tres, cuatro horas en mi steak que yo ganaba dinero, me ganaba

pues al mes mis 400, 300, 200 con eso vivía y las tardes eran para ver pelis y series.

Y así estaba y estaba feliz porque para mí era chico. ¿Sabes cuando estás en tu zona

de confort que dices? ¿Qué aguso estoy? Sí, sí. ¿Algo lo que quiero? No, algo

algo productivo, no consumo drogas, duermo aquí, me ducho aquí, como aquí. ¿Qué tranquilidad?

Quiero tranquilidad, ¿vale? Y fue que un día estaba en la plaza, vendí una serie y llegó

un chico con un palo selfie haciendo directos y era Kiddy. Hostia, no me jodas. Es por él.

Es por él. Y él llegó a los chavales de la plaza patinando y les estuvo grabando los

trucos. Y yo vi ahí un extraterrestre con un cable jugando. Con el pelazudo, lo llevaría.

Ahí tenía diente y no sé, llegó ahí y todo. ¡Eh, una foto, una foto! ¿Qué cojones es este?

Se fue y me veía chavales. ¿Quién es? No, este es streamer. Y yo veía streaming.

A tú ya veías. Y yo veía tweets, yo veía mento poker, yo veía poker stars, torneos.

¡Carto! ¿Tornillo del poker en Twitch? Yo lo veía en Twitch. Yo lo seguía poker,

seguía iBuy, Atitus Clank, el otro rider y ya está. No conocía más contenido. Y dije,

¿qué hace? IRL. ¿Qué es eso? In real life. Vamos a mirarle. Y me puse a mirar aquí. Y

que había ahí 600 personas hablando y yo. ¿Cómo haces streaming? Hola, buenas tardes.

¿Cómo se hace eso? He ignorado totalmente porque es la típica pregunta que estás hasta

la polla responder y, like, no. Claro. Yo ahora digo, tío, vete a YouTube que lo explico.

Exactamente, ahí lo tienes. Y al reír de ahí me puse a googlear. Y entonces me puse

en YouTube. ¿Cómo hacer streaming? Para sí, estas búsquedas. ¿Cómo hacer streaming

desde el móvil? Y apareció toda la configuración. No sé, la típica búsqueda de... ¿Trabaja

en internet y hace rico? Sí. Lo típico, ¿no? Vale, pues búsquedas de esas. Sí. Aprendí

a configurar el móvil y luego a mi colega Paco Imanu de la plaza, chavales que van a

patinar, que a día de hoy sigo teniendo contacto con ellos, tú quieres hacer esto. Bueno, estoy

empezando muy bien, Johnny. No te va a ir para nada, vas a fracasar y empecé a ver, a buscar

base contenido de cómo hacer buen streamer en Twitch. Cómo hacer buen streamer, how

to be a big streamer en inglés, en español, tal. Y a devorar opiniones. Opiniones. Tú

lo tenías mucho tiempo. Sí. Un mes viendo eso. Entonces, no vas a llegar a nada. Va

a estar seis meses, un año con dos bigwars, tal. Yo dije, bueno, lo quiero intentar. Sólo

por probar. Hay que elegir un nick. Y ahí elegí un nick de bigwars. Ahí lo peca. No,

es que es brutal. Es una cierta increíble. Y ahí, vale, como comunicar. Cómo comunicar.

Cómo estar cuatro horas sin callarse. Y ahí en lo de cómo hacer buen streamer, apareció

un vídeo del Chocas, 2018. Cómo hacer buen streamer en Twitch. Y él empezó a hablar

de lo que es el valor, que es igual a la habilidad, más el conocimiento, por la actitud. Que

eso es una fórmula de VictorCoopers. Y ahí llega hasta VictorCoopers. Y empecé a entender

que, vale, puedes tener un poco de conocimiento, puedes tener un poquito de habilidad, pero

si tienes buena comunicación y muy buena actitud, lo demás va a quedar opacado. Y me quedé

con varias frases del Chocas. Sobre todo la de, el gameplay es lo que pasa mientras

que tú comunicas, mientras que tú interactúas. O sea, yo de Rider es lo que pasa mientras

que yo hago streaming. Y para mí, ese vídeo fue la biblia durante un año. Me lo he llegado

a ver todos los lunes durante un año. El de Chocas. El de cómo hacer buen streamer

en Twitch. Literalmente, si tenía algún momento de bajón, veía el vídeo. Si no me encontraba

motivación, veía el vídeo. Porque entiendo que los inicios eran con muy poca gente. Bueno,

empecé el primer día con 38 viewers, que es mucho. Sí. Pero porque todos los sales de

la plaza reposteraron en Instagram. Pero al día siguiente llegó la realidad. Un

viewer. Dos viewers. Un viewer. Dos viewers. Y de repente un día abrí. Dije, tío, pues

voy a abrir aquí mientras que me hago la comida. Y a ver qué sale. Pero tú, ¿los primerísimos

streams de qué hablabas o qué hacías? Hola, soy Yoni. Aquí estoy. Vale. No sé

ya nada. No sé ni qué hablar, ni... Temblando. No sé ya ni comunicar, ni nada. Y en eso

pues que un día me abrí con el camping gas, me puse a hacer unas longanizas con huevos

fritos. Y de repente 10 personas. Y dije, ya está. Tiemblo, y vai. Ya está. Voy a

por ti, y vai. Ya está. Sois 10 personas. Me pensaba que era el puto rey del mundo,

¿sabes? Hostia. Y pues ahí empezó pom pom pom. 10, 20, 30, 40, 50. Me estan aquí

un mesito en 30, 50. Ahí llegó Kiddy. Interactuamos. Hicimos un campeonato de Skate en la plaza.

Llegó Gabriel Chachi, que falleció. Pobro. Y empezó su interacción. Llegó Rodríguez

Gracias. Y ya pues llegó Valendi San Juan. Empezamos a interactuar y tal. Y de repente

pues recibí un bazo de hate por Julio Agosto. Hate. Hate. Pero mazo. Eres un falsante,

tú no vives en la calle. ¿Te decían eso? Sí. Tú vas a dormir a tu casa. No jodas.

Sí, sí. Que era falso. Todo lo que tu montabas era falso. Y vale. Pues perfecto. De repente

un día pues eso es que yo mi lunes me ponía en mi vídeo el chocas de. Es que me levanta

la moral. El chocas te lo juro. Tengo una energía total. Eso es. Y dije pues voy a

todos mis lunes. Es que me he obligado a verlo. Bueno, ahora he cambiado de vídeo. Ahora

tengo otro vídeo. Ahora uno de X vídeos. No, este es de Ludwig. Ajá. Es lo mismo

pero en inglés. How to be a big streamers. Vale. Necesitas cada lunes tu excesión de…

Bueno, ahora luego por las noches. Ah. Por las noches. Antes de dormir. Sí. Tengo un

vídeo de Gavecera que lo veo siempre para estar motivado y el día siguiente empezar

con fuerza. Porque son muchas horas de streaming. Llevo ya cinco meses en directo y…

Turo. Entonces, bueno, pues empecé así y de repente

en septiembre dije, bueno, ya les tenemos un plan. Tenemos 400 subs. Estoy ganando

un mil paus al mes. Joder. Vamos a salir de la calle. Y ese clip se viralizó. Pero

viralizarse digo que llegará cuatro personas. Vale. No como un tiktok de ahora que me

pilla un millón o dos millones o tres millones, ¿no? Entonces, bueno, ya soy mileurista

en Twitch. Soy el ciber-mileurista. Pues me hizo una reseña el confidencial. Salí

a las nueve y media en Primetime, en el periodo, en la televisión española, en el televiario,

un lunes y de repente llegaron mil personas. Vale. Eramos 300 y llegaron mil. Bueno, pues

al mes recibí una donación… De diez mil, ¿no? Que esa es…

De once mil euros. ¿Querán? En bitcoin.

Cero con veintiún bitcoin. Que estaba así enterado de todo el mundillo

cripto y tal. Sí, te cuento. Yo en verano, julio de agosto, había ganado ya 300, 400

y 200 al mes y salió todo el tema este cripto NFT. Lo de los videojuegos estos. Entonces,

pues bueno, me metí en el mundillo Axie Infinity. ¿No jodas? Sí.

Y lo pillaste en el buen momento. Lo pillé en el buen momento, pille, pero luego reinvertí

en los equipos y me quedé even, ¿sabes? Pero bueno.

No lo perdiste, pero lo que sabías lo que era. Sí, lo que era.

Que a lo mejor alguien te puede pensar, no me vi en la calle y que sabe lo que es un

bitcoin. No, es que…

Estabas todo el día informado. Era un beaver mío que se pasó a verme a la

plaza, a tomar una cola y tal. Dice, wow, dice, tengo un colega que con tres muñequitos

te saca… A ver, ¿qué es eso? You do, you do, you do, you do…

Y ahí te enteraste. ¿Sabes quién te dio los diez mil, los cero veintiún?

Hablé con él por WhatsApp. Bueno, primero me pasó esto por susurro, por mensaje directo

de Twitch, le pasé la wallet y llegó a los diez minutos, el cero con veintiún bitcoin,

literal. ¿No sabías quién era, en principio?

No sé a quién era, luego hablé con él varias veces por WhatsApp.

No sé si se puede contar, pero ¿sabes? O sea, te enteraste, ¿quién era y por qué

te dio eso? No sé quién es, o sea, sé que eres un

hombre físico. A día de hoy hay algunos que dicen que es que tiene una empresa piramideal

de no sé qué no sé cuántos. A mí me la traía al payro.

A mí me ayudó perfectamente mi relación con él fue esa, le dije, ¿se debe algo? ¿Te

lo debo? ¿Te lo puedo pagar en plazos? No, haz lo mismo tres veces, como la cadena de

favores, la película, ¿vale? Y pues ahí salí de la calle. Claro, de repente ahora

me veo con doce mil pavos, pero no puedo alquilar un piso, no tengo ningún contrato ni nomina.

Nada. Nadie te alquilaría.

Entonces llegó Valentí San Juan como streamer y me avaló él, me pillé un piso y ahí

llegó la realidad, hay que entretener. Ya no hay la calle.

Ya no es la calle. Ya no puedes venderlo viviendo en la calle puramente, estás en una casa.

Ahora ponte a pelear cuota de audiencia con los demás, con el que juega Valorant, con

el que juega Alguau, con el que hace Just Chatting o con el que hace IRL.

Con los mega tops, con todo el mundo, claro. Ponte a pelear por tu cuota y por tu entretenimiento

y por tu público y por tu... Hacer tu comunidad. Y muchos palos de cielo.

Llegó noviembre, yo estaba reaccionando vídeos, aquí era un desastre. Los bíguers caían,

caían, caían. Diciembre se mantuvo un poco por las navidades, enero. Llegó febrero y

dije, chavales, hasta aquí. No puedo vivir del streaming, me voy a buscar un trabajo.

Y como ya he ido a la calle a hacer charlas con riders y a hacer ir a raíle un poquito,

entonces me metí de rider y empecé con una GoPro que me había comprado, a grabarlo

y a subirlo, a subirlo a YouTube. Entonces vi que si teníamos 3.000 suscriptores

en YouTube, lo veían 2.800. Dije, hostia, a mi comunidad le gusta. Bueno, pues me había

comprado un router por 300 y emitir a 720, 30 fps. Con mogollón de cortes en cada sensor,

tal. Sí, pero ya aumentamos a 400 beawers.

La gente estaba molando el tema de rider. Estaba molando. De repente pasé de 200 beawers

que conseguía mantener de la calle a 600, 800.000. Todo eso en el transcurso de 2022,

luego llegaron los eslan... Navidad, llegamos a 4.000. Pero bueno, la realidad son 2.000

durante el día y 1.000 en las horas muertas y 500 por la noche porque ahora estoy 24 horas

el día. Y llegó septiembre y dije, pues, vale, quiero hacer una estrategia guapa para

establecerme como creador de IRL y tal. Voy a hacer 1.000 horas en directo. Y empecé

a hacer las 1.000 horas y empecé a crecer bastante. Y tú el día en la calle con la

moto repartiendo. De repente, claro, bueno, mi primera propuesta era hacer un Mr. Beast.

Era decir 100.000 veces PewDiePie, vale. Y va a decir, el chocas es una foca 100.000

veces. Pero a mi comunidad no le gustó, vale. Bien, bien. Y dije, y que eso me ocurre,

vale, comer un mes por una hora al día, no aguanto ni de coño. Dije, vale, voy a intentar

batir el récord de horas en directo. En cuánto está? Ahora mismo hay una persona,

un italiano, se llama Ceduzzo, lleva desde 2020. Y hay una chica en Texas, Emily CC,

que lleva año y largo. ¿Pero están haciendo cada día contenido o meten...?

Ella se va y deja la cámara 1.000 veces sola durante un montón de horas.

Casi vida normal. Y la cámara aquí enfocando al techo. Y él nace nada. Realmente, todo

el día, en la cámara, no todo el día. Pero tú y yo te acordan, ¿no hay un límite

de horas? Sí, son 48, pero yo reinicio todas las

mañanas. Ua, si no te olvidas. No me olvido. Porque todas las mañanas reinicio para que

así te mande un SMS que estoy en directo. Con el plan de cada día, en el título pongo,

vale, hoy, gimnasio, probamos tal restaurante, luego repartuza, luego duna y repartuza por

la noche. Y ya te llega la notificación. 24 horas, 7 días a semana. Estás viviendo

un gran hermano. Tu gran hermano, ¿no? ¿Cómo lo aguantas mentalmente? Yo no sería capaz,

que te lo digo. Creo que colapsaría, porque tanta presión, aunque sea presión, da igual

de mil personas de dos mil, pero tenerlos ahí, tiene que ser duro. ¿Cómo lo aguantas

esto? ¿Cómo lo vives, tío? Si te digo que en un año me voy a comprar una casa.

Estás haciendo el esfuerzo. Estás haciendo el esfuerzo. He conseguido monetizar a un

nivel en el que en un año me podría comprar un piso.

¿Eres feliz haciendo esto? Sí. Y seré más feliz cuando tenga mi piso. Y lo que me hizo

más feliz fue desprenderme. Ahora mismo ya el tema económico del stream ya no me afecta,

pero cuando me desligué de los números del streaming al tener mi trabajo de rider fue

lo que me hizo crecer, porque se me veía feliz haciendo streaming y no pensando en monetizar.

Y ahora soy feliz haciendo lo que hago y ahora ya voy a dejar mi trabajo para darme la vuelta

al mundo en streaming, en directo. Vale, porque me apetece hacer ese contenido y relé de viajar

por Europa con mi coche y con mi perro. Pero claro, todos han sido pequeños pasos, hasta

que me va sintiendo más a gusto y ahora dices, pues lo voy a hacer, tío. Me apetece y lo

voy a hacer. Y en ese punto me encuentro ahora. ¿Sabes?

De evolución continua. Sí. A ver donde te lleva. Y me sale mal decirte esto, porque

la verdad es que tengo bastantes más temas para hablar que quería, pero es que tienes

que marcharte porque tienes que convertir un tren exacto y vamos un poco justos de tiempo,

pero tienes que volver a venir. Estás invitado otra vez, porque de verdad que me quedo.

Vale, pero cuando venga vengo sin prisas, tío. Sí, si te quedas a dormir por aquí.

Sí, me quedo aquí en Barcelona y... Que puedas al día siguiente irte tranquilamente.

Totalmente. Porque ya te digo, me han quedado cositas,

quería hablar del mundo del rider, pero claro, es que no da tiempo ya. Y tienes que

hacer una cosa muy importante, que es firmar el Justin, bueno, firmar, dibujar lo que tú

quieras, el Justin Bieber de la suerte. Este Justin Bieber está absolutamente manchado

con las siglas, las firmas, los dibujos de gente absolutamente maravillosa y tú serás

uno de ellos, así que puedes poner lo que quieras. Voy a ponerte Johnny. Claro, pon

lo que tú, lo que te apetezca. Aquí, en la mano, va a sacar a mis hebs. Ahí está.

Bueno, mira, es que no me da ni tiempo de hacer la pregunta que siempre hago. Muy rápida,

es el clásico final mío, ¿vale? Vale. La guindillita, la historia es, Johnny, has

tenido alguna vez en tu vida una experiencia que se podría catalogar de paranormal, inexplicable

y racional que a día de hoy sigas pensando, no sé cómo pasó eso, puede ser, tienen

que ver con el espiritual, con los ómnios, da igual. ¿Tienes alguna? Sí. ¿Le puedes

con...? ¿Que hay muy poco tiempo? ¿Le puedes contar rápida? Sí, año 93, 94, yo cogía

todos los días al autobús, ¿no? Me levantaba a las 7 de la mañana, mi abuela me daba dos

cintas pesetas, yo pasaba por la panadería y compraba mi triángulo de crema y chocolate

y me iba al autobús. Y esa mañana cuando me levanto me dice mi abuela, Jonathan, ten

cuidado, mira bien al cruzar, ¿por qué soñado que te atropellaban? Yo, ¿vale? Joder, acojonado,

¿no? Iba con mis Wallmans, con mis Gazan Roses, escuchando el noco de James Dahl y lo que

me es, acintala que me. Iba con mis Wallmans, con mi tal, pero fijándome bien, llegué

al autobús, tal, voy al colegio, termino el colegio, vuelvo al autobús, estoy debajo

del puente Rubendario, en Madrid, en la isleta que está el autobús. Y aquí pasa en coches

y por aquí carril bus, tal, y aquí está la parada. Pues un señor de traje, paso corriendo

y delante mía, yo con los cascos, él paso por aquí corriendo y dice al taxi, pun, vi

delante mía como el cuerpo de este señor se doblaba y con la cabeza reventaba la luna

y ese señor fue atrepellado, la cabeza sangrando, entre estas personas, John Sock, le metieron

en el taxi y el hombre se lo iba al hospital. El día que tu madre te había dicho que mi

abuela me dijo… Ay, tu madre, tu abuela había…

Me había dicho que iban, que había, había soñado con un atropello o mi atropello o

lo que fuera, ha habido y no me lo escribo. No, hay cosas raras de estas, eh, de a veces

como semipremoniciones o cosas así, me lloro nada de eso, pero…

Te digo que mi abuela era ultra católica. Sí, mucho.

Y que cuando volví a hablar con ella me dijo, no sabes las veces que he rezado por ti,

pero horas, si no, horas y horas. Sí, a lo mejor si no estoy muerto en esta vida es

porque mi abuela reza por mí. Bueno, pues… ¿está viva tu abuela aún?

No, murió. 2008. ¿Sabes algo de tu madre, tu padre, si están

vivos? Bueno, mi padre me contactó hace poco,

sin más bloqueado ya está. ¿Y tu madre?

Ni idea. Ni idea. Bueno, ya te digo, ¿quedan cosas

por hablar? Incluso me habías dicho, ¿no? Hostia, te voy a contar una cosa de lo que

hablábamos de privado, de buitres y tal, ¿te lo voy a contar?

Por ahí ha venido un poquito lo de mi padre. Ah, era por ahí.

Un momento vienes aquí a decirme que tú tienes una visión diferente, lo que yo estoy contando

no era así, bueno, es lo que viví. Claro.

¿Sabes? Que tú no lo querías ver así. No, es que me gustaría ser un padre para

ti. Sí, a buenas horas, ¿no?

Hasta luego. Claro.

Y luego el tema de que lo que hablábamos antes de las relaciones para sociales y tal, pues

que por haber pasado por lo que yo he pasado, por haber salido de la calle, pero bueno,

que ha sido gracias al trabajo, esfuerzo y a currármelo todos los días, pues me llegan

muchas peticiones por Instagram, por e-mail, a lo que ya no respondo, ya he pasado de responder

y ni lo atiendo directamente, pero oye, que voy a perder el piso, págamelo, oye, que es

que me van a desahuciar, págamelo, hipoteca, así. Muchos, ¿no?

Me llegan por lo menos dos, tres peticiones diarias.

Dos, tres de personas que te dicen, porque estás otra, ¿no? A saber quién es verdad,

quién no, de que les ayudes económicamente.

Ya lo mismo, solo estoy ayudando una persona que, bueno, le hacía falta movilidad reducida

y le estoy pagando una silla de ruedas mensualmente de alquiler para que pueda ir con su silla a

hacer sus cosas, pero solo pago y ya está, pero es que no tengo ni, o sea, me va bien,

me va bien la vida, gracias a Dios, estoy contento, pero me agrae un hombre en una casa.

Claro, es tu objetivo.

Obviamente, entonces, te va a ser un poco egoístico pensar en mí.

Pues bueno, Johnny, ha sido una charla magnífica, te digo, tienes que volver a venir, porque

quedan cositas para hablar, nos vemos nosotros el martes que viene en una nueva tertulia,

y luego el jueves con un invitado espectacular, con mucha fuerza, no puedo decir mucho más,

pero os va a gustar.

Y Johnny, te dejo esta cámara para que digas, absolutamente, de lo que te den el real gana

y despidas, tú, Nacho, que te vaya muy bien, que hoy estás más guapo que ayer, que no

te vi.

Venga, pues tú mismo.

Nada, gente, que si os encontráis en un mal momento de la vida, que frenéis en seco,

que da igual todo lo que os lastre o tiro de vosotros, ya sea la presión social, como

ha dicho Anders Jordi, de los amigos, de tener un hijo, una familia tal, frenar en seco,

que la vida continúe, que no pasa nada, que al día siguiente todo va a ser igual, ¿vale?

Frenar en seco, pensácen vosotros mismos, y muchas veces un paso atrás para luego avanzar

más.

Es lo que mejor me funciona en la vida cuando todo va tan deprisa que te dejas llevar por

la corriente, frenar en seco, es mi único consejo que os puedo dar.

Un abrazo a todos y gracias.

Adiós.

Machine-generated transcript that may contain inaccuracies.

Mucha gente no es consciente de la suerte que ha tenido al nacer en una buena familia que le ha cubierto todas las necesidades. En este episodio de The Wild Project, Jony de viviendoenlacalle, mostrará que no todos corren con la misma suerte. Desde ver a su madre en el sofá desmayada del consumo, hasta un padre ausente, varios pasos por la cárcel, robar para poder sobrevivir, adicciones durante décadas... que le llevaron a vivir siete años en la calle, donde empezó un canal de stream que le ha conseguido el éxito y la redención. No os perdáis este podcast, porque lo que se habla es importante.
Learn more about your ad choices. Visit megaphone.fm/adchoices