Criminopatía: 99. El asesino en serie de Claremont (Australia, 1996) - Parte 1

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Podium Podcast. Lo mejor está por escuchar.

Hola, Criminapatas. Soy Clara Tizcar y hoy os voy a contar la historia de un asesino en serie australiano que empezó a actuar en 1995.

Vamos a arrancar esta historia una noche de febrero de 1995, cuando una chica de 17 años sale de fiesta con el carnet de su hermana.

Después de estar en el Club Babyview de Clermont, sale a la calle con un amigo para intentar pillarle el taxi a alguien que lo haya llamado porque los taxis van tan buscados a estas horas que solo vienen bajo demanda.

Como no conseguen ninguno, su amigo decide marcharse andando y ella entra de nuevo en la disco donde baila un rato más. Después se marcha caminando sola a casa.

Esta es la historia del asesino en serie de Clermont y esto es Criminapatía.

La historia del asesino en serie de Clermont.

Es 12 de febrero de 1995, domingo de madrugada en Clermont, un suburbio de Perth.

Clermont es un vecindario de buen nivel económico y el lugar donde están las discos de moda a las que quiere ir la juventud de Perth. Está considerado como un lugar seguro.

Es pleno verano en Australia y los locales de Clermont están llenos de jóvenes.

La chica de la que usábaba antes, a quien en el libro que he leído llaman Lisa porque al ser menor no se difunde su identidad, vive a un kilómetro y medio de la disco donde ha estado con sus amigos, el club Babyoo.

Cuando sale de la discoteca para finalmente volver a casa caminando, toma una calle que discurre paralela a las vías del tren. Después tiene que atravesar un parque antes de llegar a su vecindario.

De repente, en el parque alguien salta encima de ella y la tira al suelo. Le da la vuelta y se sienta sobre su barriga. Lisa apenas puede respirar, el hombre pesa mucho más que ella.

Antes de que se dé cuenta, le ha metido una tela en la boca y la ha girado de nuevo. Tiene la cara contra la hierba y él le atala las manos a la espalda.

La levanta y la lleva en brazos hasta una furgoneta donde le cubre la cabeza con una bolsa de algodón, le atala los pies con la misma cuerda con la que ha atado las manos, de modo que queda boca abajo, con los pies y las manos tan juntos o tan cerca como su espalda lo permite.

En esta posición de balancín, Lisa nota como el carnet de conducir de su hermana, que lleva en el bolsillo del chalecovaquero, se escurre y va a parar al suelo de la furgoneta.

La furgoneta arranca y circulan durante un tiempo que a Lisa se le hace eterno. Después, el hombre la rastra fuera del vehículo, Lisa pierde los zapatos durante el proceso, le desata los pies, le quita la bolsa de la cabeza, la mordaza y los pantalones.

La viola dos veces. Lisa nunca ha mantenido relaciones sexuales y contará que siente mucho dolor y que trata de relajarse para que sea soportable. Después, él la tira entre unos arbustos, ella se queda quieta porque quiere que piense que está muerta.

Él no se marcha. Ella mira alrededor, están en un cementerio. Él pasea y regresa al cabo de un tiempo. Volve a tomarle en brazos y la tira más allá donde la vegetación es más densa. Lisa cierra los ojos y trata de no hacer ruido respirando. Parece que el hombre se marcha. El sonido del motor de la furgoneta lo confirma poco después.

Lisa, que está desnuda de cintura para abajo con las manos atadas a la espalda, corre y salta a la valla del cementerio. Ve el local del ejército de salvación, pero aunque puede entrar no hay nadie. Consigue marcar con la barbilla el número para pedir ayuda en el teléfono.

Dice que no sabe dónde está y le piden que no se mueva, pero ya se marcha. Tiene miedo de que el hombre la esté buscando.

En la calle ve una cabina y llama a su padre a cobro revertido. Le cuenta lo que le ha pasado y cuando él le pregunta dónde está, qué es lo que ve, ella le dice que ve el cartel del hospital Hollywood.

Él le dice que vaya hacia allí para que puedan ayudarla.

Lisa llega al hospital histérica intentando tapar su desnudez bajándose la camiseta con las manos, aun atadas a la espalda. Lo primero que hacen tras abrazarla es ponerle unos pantalones y una camisa por encima. Después le cortan las ligaduras de las manos.

Una de las mayores preocupaciones de Lisa tras este episodio tan traumático es que el carnet de conducir de su hermana se ha quedado en la furgoneta. Tiene miedo de que el hombre regresa a buscarla y le haga daño a su hermana.

La policía interroga a personas que estaban en la zona la noche del ataque. Una de ellas es un guarda de seguridad del hospital, desde el que se ve el cementerio de Carracata, que es donde agredieron a Lisa.

El guarda dice que ha visto una furgoneta de servicio de la empresa telefónica con el logo Telecom.

El vigilante estaba echando su encigarrillo con un hombre del personal de limpieza y ambos declaran que vieron la furgoneta girar desde el cementerio y pasar lentamente frente al hospital. Por la descripción que dan, encaja con el modelo de furgoneta que usa Telecom, una Mitsubishi L300.

Aunque pueden obtener de Lisa ADN del agresor, las muestras que toman no encajan con ningún perfil que ya está en la base de datos de la Policía de Australia Occidental y no tienen más pistas.

Un año después de la violación, varias personas dicen haber visto una furgoneta de Telecom aparcada en el cementerio de Carracata durante mucho rato en varias ocasiones. ¿Podría ser el agresor que volviera el lugar de los hechos para rememorarlo?

Faltan dos semanas para que se cumpla un año del rapto y violación de Lisa, cuya investigación no ha prosperado.

El viernes 26 de enero de 1996, de nuevo, verano en Australia, Sara Spears sale por la noche con sus amigos.

Sara tiene 18 años y desde hace un par de años vive en Perth. Sus padres siguen en un pueblo de campo a dos horas y media en coche.

Sara estudia en una escuela de negocios y trabaja como recepcionista en una consultoria.

Comparte un apartamento con su hermana mayor, Amanda.

El viernes 26 de enero es la fiesta nacional australiana. Sara y sus amigas cenan de picnic en un parque en el que hay actuaciones en directo y después van en taxi hasta el Ocean Beach Hotel.

Ahí viven y bailan hasta la medianoche, que es cuando han quedado con Amanda para que la recoge y las lleve al siguiente local en su ruta, el Club Bayview.

Aclaro que Amanda no sale con ellas, solo han quedado para que las traslade de un local a otro.

Sara y sus amigas, después de hacer cola para entrar en el Club Bayview, bailan y viven durante más o menos una hora.

A la 1 y media de la madrugada, Sara le dice a sus amigas que se marcha.

Dada la lucha por los taxis, el truco de muchos es llamarles desde una cabina lejos de la zona de clubs.

La llamada de Sara a la empresa de taxis queda grabada y es a las 2 y 6 minutos de la madrugada del día 27 de enero.

Pide que la lleven a Mosman Park.

Mosman Park es donde estaba el instituto al que fue, pero su casa está en la dirección contraria mucho más lejos.

Sara tiene una amiga en Mosman Park, así que creen que se dirigía allí para dormir en casa a esta amiga porque el viaje en taxi es mucho más barato.

Pero Sara nunca llega a casa de su amiga.

Su hermana Amanda no se preocupa al día siguiente por la mañana cuando no la ven casa porque sabía de la posibilidad de que fuera casa de la amiga.

Y la amiga tampoco se preocupa porque no era nada súper firme que fuera a dormir a su casa.

La había invitado por si quería ir, pero tampoco se habían comprometido.

Sara se desvaneció en los dos minutos que pasaron desde que llamó al taxi hasta que el coche llegó al cruce donde ya había dicho que estaba.

Ya no había nadie.

Amanda empieza a preocuparse cuando el domingo tampoco aparece.

Aun así decide seguir esperando.

El lunes Sara no va a trabajar y dado que es una chica muy responsable, ya es más que evidente que le ha pasado algo.

Amanda llama a sus padres que se ponen en marcha en dirección a Perth y llama a la policía para denunciar la desaparición de su hermana.

La policía interroga a los clientes que estaban en el Club Bayview y hablan con los taxistas que trabajaron la noche que desapareció.

Mientras, su familia y amigos han impreso y colgado 8000 carteles por las calles de Clermont, la ciudad de Perth y otros barrios residenciales.

La policía también pregunta puerta por puerta a todos los vecinos de la zona en la que desapareció y en Mosman Park, que es a donde Sara dijo que se dirigía.

En Mosman encuentran a cuatro personas que dicen haber oído a una chica gritar entre las dos y media y las tres de la madrugada del sábado.

Uno de los vecinos dice que miró por la ventana y vio un coche aparcado y que no era un taxi, le pareció un Toyota Corolla Bagon.

Los rumores y las hipótesis empiezan a circular entre la gente.

Puede ser que un taxista secuestrará a la chica, los avisos se pasan por la radio y los escuchan todos los conductores.

Podría ser que alguien se hiciera pasar por taxista, ya fuera con un coche robado, con un coche con señalización falsa o sin ella, simplemente alguien que se ofrecía a llevar a las chicas.

Los medios publican entrevistas con chicas jóvenes que aseguran haber aceptado viajes de coches, que no eran taxis, coches que pasaban por ahí y se ofrecían a llevarlas por menos dinero con taxi.

Algunas han subido varias veces a un coche con un conductor que les pareció bastante raro.

Una de las veces al verles escondieron y le observaron dar varias vueltas a la manzana.

Lo que no sería tan raro si fuera un taxista buscando clientes, pero y si es un depredador buscando una presa.

Algún medio relaciona el ataque al ISA a quien metieron en una furgoneta la fuerza con la desaparición de Sara,

pero el modo superándie es distinto porque creen que Sara subió voluntariamente a un vehículo dado que había llamado un taxi.

El temor a subirse a un taxi se extiende entre las chicas jóvenes y algunas discotecas como el club Babyw,

ofrecen autobuses gratuitos para llevar a las chicas de vuelta a casa y prometen no moverse de sus puertas hasta haberlas visto entrar.

Las semanas pasan y no hay ninguna novedad en la investigación de esta desaparición.

El verano termina y la policía sigue concentrada en investigar e interrogar a todos los conductores de taxi.

La Interpol busca a Sara en el extranjero y la familia pide en televisión que quien la tenga retenida acabe con esta pesadilla.

El invierno llega y la policía no tiene ni idea de dónde buscar a Sara.

Su familia sigue cada pista que recibe aunque la mayoría de las personas que les llaman son videntes.

Aún así, ellos recorren kilómetros para buscar en todos los sitios que les indican.

Pero pasan los meses y siguen sin rastro de Sara.

Jane Rimmer tiene 23 años y trabaja cuidando niños en un jardín de infancia.

Es una chica alegre con un gran círculo de amigos y vive sola en un suburbio de Perth llamado Wembley.

La noche de 9 de junio de 1996, Jane sale con sus amigos.

Antes ha ido a cortarse el pelo y junto a su padre Trevor han ido al hotel en el que trabaja su madre Jenny para tomar algo en los tres juntos.

Después, Jane va a buscar a una de sus amigas y se dirigen al Ocean Beach Hotel donde toman las primeras copas de la noche.

Desde allí, en Taxi Banal Continental Hotel, que tiene un bar en la Zotea, llegan poco antes de las 8 y se marchan a las 11.30.

Jane ha bebido demasiado.

Todo el grupo camina hacia el club Bay View, pero cuando llegan allí consideran que la cola para entrar es demasiado larga y deciden dar la noche por acabada.

Jane espera un taxi junto a un grupo de amigos, pero cambia de opinión y se marcha.

La ven cruzar la calle en dirección al Hotel Continental.

Os adelanto que tenemos grabaciones de las cámaras de seguridad, tanto el club Bay View en las que se ve a Jane reírse en la calle junto a sus amigos como del Hotel Continental El Conti,

a donde se dirige después de dejar su grupo.

El bar del Conti cierra media noche.

Jane sabe que no puede entrar.

Las cámaras de seguridad la graban a las 11.59.

Sola en la calle mirando el reloj como si esperara a alguien.

Miren dirección a la estación de tren de Clermont, como si esa persona que espera tuviera que venir desde allí.

Aparece un hombre, despaldas a la cámara, que se acerca a Jane, que se ríe cuando le ve.

Hablan un poco.

Con él, siempre despaldas a la cámara y después él se marcha en dirección al Club Bay View.

Allí, los amigos de Jane han subido un taxi desde el que llaman a Jane y la animan a que se suba.

Jane declina y se queda sola.

La cámara que está captando todo esto es rotatoria.

Jane entra en el campo de visión durante 28 segundos de cada minuto.

Tras la rotación, 32 segundos después, Jane ya no está en la calle.

Estas imágenes os las cuento ahora porque la policía las tiene, pero tardarán años en hacerse públicas.

Unas horas después de la medianoche, en una zona rural de Wellard a 45 km de Clermont,

dos parejas despiertan sobresaltadas con los gritos de una mujer.

Por un lado, tenemos a los Michel, Kenneth y Judith, que duermen con la ventana abierta y despiertan con un grito.

Después, escuchan a una mujer gritar que la dejen en paz y que la dejen salir.

Judith se levanta y mira por la ventana, a lo lejos ve los focos de un coche.

Le parece que ve a alguien andar entre los arbustos junto a la carretera.

Pero poco después, oye una puerta a un coche cerrarse y silencio.

A varios kilómetros de allí, pero en la misma zona,

los Starky también han despertado por un grito que les ha parecido desgarrador.

Después, no oyen nada más.

Unas horas más tarde, a las 2 del domingo 10 de junio de 1995,

Paul y Tiffany, de 20 años, que han salido de la escuela de equitación Grinacres,

en Wellard, montan por Vulcud Road, que está sin asfaltar.

Algo asusta al caballo de Paul, que frena en seco y provoca que Paul salga disparado sobre las orejas de su montura.

En el suelo, Paul encuentra un reloj plateado de la marca Guets.

Paul se lo regalará a su novia, Catherine.

Los padres de Jane empiezan a preocuparse a mediodía del domingo,

porque la esperan para comer y no ha llegado.

Sobre las dos, su padre la llama por teléfono, pero nadie responde.

Deciden ir a casa de su hija.

Allí ven su coche en la puerta, pero ella no está.

Tras llamar unos cuantos amigos, descubren que Jane se quedó sola en la calle frente al club Bayview.

Van a la policía para poner una denuncia.

La policía se pone en marcha de inmediato.

Unos cuantos agentes van a hablar con todos los bares y restaurantes de la zona,

donde la vieron por última vez,

mientras que otros recorren las vías del tren

y las calles hallacentes en el recorrido que tendría que haber hecho Jane

si hubiera ido andando hasta su casa.

Las horas pasan sin ninguna pista que seguir

y, como es habitual, en los casos de desaparición,

la policía se pone en marcha de inmediato.

La policía crea un grupo de trabajo especial

dedicado a investigar ambos casos que parecen relacionados.

Lo llaman los casos de desaparición,

la familia Rimer y amigos imprimen 250.000 carteles

para llenar a Australia con la foto de Jane.

Los carteles no tienen que pagarlos.

Es la forma de colaborar con la causa de varias imprentas.

Todo Australia occidental está volcado

con esta segunda desaparición en cinco meses.

Los casos que parecen relacionados.

Lo llaman Macro Task Force

y, entre otros, están David Caporn,

que reabrió un caso de homicidio en el que habían condenado

un inocente y encontró al verdadero culpable.

Y Paul Ferguson, quien, años antes, participó de la investigación

que acabó con la detención de David y Catherine Birney,

una de esas parejas que matan.

Los integrantes de la operación macro

deciden trabajar en secreto

para compartir su información con los medios.

Lo del secretismo lo mantienen a lo largo del tiempo.

Hay elementos de esta investigación que sí son públicos,

pero la mayoría se conocen años después.

Yo os los cuento dentro de la cronología cuando ocurren,

pero el público de la época

no siempre estaba informado sobre el avance de las investigaciones.

Una de las tareas que llevan a cabo es tomar nota

de todas las chicas que van a los locales de Clermont,

a los que fueron Sarah Spears y Jane Rimer.

¿En un momento las visitan para entrevistarlas?

Lisa, la chica a la que metieron a la fuerza en un coche

y violaron en el cementerio de Caracata un año y medio atrás,

reconoce el patrón cuando desaparece Sarah.

Y cuando desaparece Jane lo tiene clarísimo,

su agresor, que ella cree que la dio por muerta,

está atacando y matando a otras chicas.

Al día siguiente de la desapreción de Jane,

Lisa cuenta su experiencia en los medios

de la que está convencida de que el agresor es el mismo.

Los investigadores no consideran una posibilidad

y reabren el caso de Lisa.

Además, comprueban que desde 1992

hay varias denuncias por agresiones a chicas en Clermont.

La inspectora Francis,

que es la persona responsable de la investigación de Lisa,

repasa las pruebas que guardan,

las cuerdas de tender la ropa con las que lataron

y la ropa que llevaba la víctima la noche del ataque,

la ropa ha puesto cuando llegó al hospital,

más las prendas que recuperaron en el cementerio.

Intentan averiguar algo sobre la cuerda,

pero es tan común que es un camino que no va ninguna parte.

Llevan a Lisa los lugares en los que estuvo aquella noche

para volver a tomarle declaración y preguntan a todos los vecinos

si en algún momento encontraron el carnet

de conducir de la hermana de Lisa. Bingo.

Un niño lo encontró en la cancha de Baskett,

del parque donde raptaron a Lisa.

Pero ella no la había perdido.

Se salió el bolsillo cuando lató en la furgoneta,

por lo que deducen que su agresor lo llevó de nuevo

hasta el parque donde la secuestró.

Recuperaron el carnet, pero ha pasado demasiado tiempo

y por demasiadas manos para poderse plantear buscar huellas en él.

Otro elemento importante de esta investigación

es el vehículo del secuestrador,

que Lisa define como una furgoneta

con detalles que encajan con la descripción

del hospital de la furgoneta Telecom que había visto.

Aquel año Telecom había cambiado su nombre a Telstra,

pero el cambio en las furgonetas lo hicieron progresivamente

por lo que había furgonetas

con cualquiera de los dos nombres circulando.

Los investigadores encuentran también a un atestigo

que dijo haber visto una furgoneta de Telstra

rodando Clermont la madrugada

que Sara desapareció unos meses después.

Solicitan a la empresa que proporcione una lista

con todos los vehículos que van rotulados

con el logo de Telstra.

La empresa, que antes se llamaba Telecom,

está substituyendo furgonetas más antiguas

por otro modelo que ya va con el nuevo nombre.

Todas las furgonetas nuevas

son Holden Commodore Station Vagon.

Hay otro modelo con rotulación Telstra,

son Toyota Camry Station Vagon,

que son más antiguas.

Aunque el agresor es desconocido,

tienen su ADN porque estaba en forma de esperma

en Lisa y en su ropa.

En esta fase de investigación

la policía cuenta con una base de datos

a la que los últimos meses han ido incorporando

los perfiles de ADN de criminales,

pero ninguno de ellos encaja con el agresor de Lisa.

Se replantean toda la investigación.

La agresión a Lisa y las dos desapariciones,

Sara y Jane, tienen un modus operandi distinto.

Lisa caminaba y la metieron en un coche de la fuerza

mientras que están convencidos de que Sara y Jane

se subieron voluntariamente a un vehículo

que creía en un taxi.

Creen que ha sido un error considerar

que estaban conectados y archivan el caso de Lisa

por segunda vez.

La policía a estas alturas tiene muchos testigos

sobre cómo falsos taxistas

se ganan un dinero recogiendo a gente

desde las discotecas.

Una de estos testigos cuenta

que subió a un holden cómodo

convencida de que era un taxi.

Andaba unos metros por delante de su novio

quien subió al vehículo de un salto tras ella.

Ahí le dio la sensación de que él la recogió

porque pensaba que iba sola.

El coche no llevaba un taximetro

y les cobró cinco dólares por el trayecto.

La hipótesis de un taxista o un falso taxista

cobra fuerza de nuevo.

Revisan la lista de los conductores

a los que han interrogado

y recalan en un nombre

Steven Rose.

Cuando, después de la desaparición de Jane,

interrogaron a los conductores

que trabajaban aquella noche,

Steven Rose dijo que cuatro meses antes

había llevado a Sarah Spears en su taxi,

más concretamente la noche anterior

a la de su desaparición.

De alguna forma, Steven Rose

se ha introducido el solo en la investigación,

pero a la vez es capaz de aportar pruebas

de que tanto la noche de la desaparición de Sarah

como la de Jane, él estaba trabajando,

es decir, conduciendo su taxi.

Peter Wagers es el alcalde de Clermont.

Sus ideas políticas le llevaron a comisaría

más de una vez en el pasado,

cuando solo era un activista civil

por denunciar abusos policiales contra aborígenes, por ejemplo.

El 4 de julio de 1996,

casi un mes después de la desaparición de Jane,

los inspectores de homicidios intentan tomarle declaración.

Wagers, además de ser alcalde,

es presidente de una asociación proderechos civiles,

por lo que tiene conocimiento sobre inocentes

que tras declarar ante la policía acaban presos

sin entender cómo.

Le indicó a su abogado que lo gestione él

y la policía le hace llegar un par de cuestionarios

con las mismas preguntas,

uno para Sarah y otro para Jane.

En el cuestionario le preguntan cosas como

si mató o se costró a Sarah o a Jane,

o si tiene miedo de rellenar el cuestionario.

Wagers se niega a rellenarlo

y al día siguiente los medios cuentan

que el alcalde de Clermont no quiere colaborar con la policía.

La policía dice que quería interrogarle

como cualquier otro ciudadano,

pero no creo que a todos los ciudadanos

les pase en el mismo cuestionario.

Podría ser un tema político,

pero después veremos que el taxista

del que os acabo de hablar

y el alcalde son amigos.

El 3 de agosto de 1996,

cinco días antes de que se cumplan

dos meses de la desaparición de Jane,

una familia circula en su coche

por Bullcute Road en Wellard

cuando un gallo cruza el camino de tierra.

Los niños quieren ir a verlo,

así que el padre aparca el coche,

los niños salen corriendo

y la madre, Tammy, aprovecha para ir

a coger unos lírios silvestres

que crecen junto al camino.

Se interna en el campo porque ve un matorral

con flores más grandes.

Mientras las coge, algo toca su pierna por detrás.

En un primer momento le parece un tronco,

pero no tarde a andar se cuenta

de que es un pie humano.

Es el cadáver de una chica desnuda

y boca abajo.

A su marido y después se niega

a moverse del lugar hasta que llega la policía,

no quiere dejar sola la chica.

El marido de Tammy va a pedir ayuda

a la escuela de quitación Grinacres,

o se habló hace un rato de esta épica

de la que salieron dos caballos,

uno de los cuales frenó en seco, asustado.

Los caballos, como los perros,

pueden detectar el olor a cada ver.

Mientras esperan a la policía

un par de jinetes recorren la zona

y encuentran una navaja plegable

con el mango de madera.

La policía averiguará que estas navajas

son las que llevan los técnicos de Telstra.

Han hallado el cadáver 55 días

después de su desaparición.

Es Jane.

El cadáver está desnudo,

pero le identifican rápidamente

gracias a las joyas que lleva.

Sólo falta el reloj.

En la morgue, además,

realiza la identificación del cadáver

gracias a la DNA y las huellas dactilares.

Se creen que la mataron la misma noche que desapareció.

Se desangró rápidamente

a causa de un corte en la garganta.

Gracias a las dislocaciones de algunos huesos,

establecen que la arrastraron por los brazos

desde la carretera hasta el lugar donde la encontraron.

Y saben que luchó porque tiene heridas

de la navaja en el brazo.

Una de ellas le cortó los tendones de la muñeca.

Dadas las condiciones en las que han encontrado el cadáver,

consideran que es mejor que la familia no lo vea,

sino que durante la autopsia corten un mechón de cabello,

lo lavan y lo sujetan con un elástico

para poderse lo entregar a sus padres,

a quien informan de que su hija no fue violada

antes de morir.

Los investigadores, que están convencidos

de que la desaparición de Sara y la de Jane

están relacionadas, buscan en la misma zona

porque muchos asesinos en serie

se deshacen de los cadáveres en el mismo sitio,

pero no encuentran a Sara.

Meses después, al pasar de nuevo con el caballo

por Vulcud Road y ver las flores y la cruz en el camino,

Paul se dará cuenta de que el reloj que encontró

tenía que estar relacionado con este caso.

Lo entregará la policía, que así podrán cerrar la cronología

y está seguros de que a Jane la mataron y abandonaron

su cadáver la misma noche que desapareció

porque Paul lo encontró a las pocas horas.

De momento, la policía no tiene mucha información.

Quedan meses de trabajo de laboratorio

para analizar todos los elementos recogidos

en la escena del crimen y en el cadáver de Jane,

así que hacen un llamamiento público por televisión

en el que incluyen una reconstrucción de los hechos

para ver si alguien, que no ha hablado todavía con la policía,

recuerda algo vital de aquella noche.

Reciben más de 2.000 llamadas

que no servirán para esclarecer el caso.

Además, cuelgan miles de carteles por la ciudad de Perth

para recordar a las chicas que no viajen solas

por la noche en coche con desconocidos,

ni vayan a lugares solitarios sin compañía.

Los taxistas son los primeros sospechosos

y también grandes perjudicados.

Durante un par de años, desde la desaparición de Sara

baja mucho su volumen de trabajo.

Otra vez, la policía analiza de nuevo

los antecedentes de los conductores

y se fija en aquellos que tienen delitos sexuales.

Algunos de ellos pierden su licencia

y más de 5.500 conductores

tienen que proporcionar una muestra de ADN

para que puedan excluirles de la investigación.

Si toman muestras de ADN de posibles sospechosos,

es de suponer que tienen una muestra de ADN del agresor

para poderlas comparar,

pero públicamente nunca se hace referencia a ello.

Tras hallar el cadáver de Jane,

la policía recibe varias denuncias de chicas

que han visto un coche Telstra

rondar por las calles de Clermont por la noche.

A una de ellas el conductor le ofreció llevarla,

pero ella no aceptó.

Algunas incluso han entrado, pero una vez dentro

han sentido la necesidad de salir

y lo han hecho en el primer semáforo

o inventándose una excusa para pedirle que pararán.

No parece nada grave,

pero de nuevo el coche Telstra

se repite en varias informaciones

a lo largo de los meses siguientes.

La siguiente desaparición ocurre

la noche del 14 de marzo de 1997.

Nuestro protagonista es Kira Glenon,

una abogada de 27 años

que acaba de regresar a casa

tras un año viajando de mochilera por el mundo.

Su viaje tenía como fecha tope la boda de su hermana.

Ha llegado un par de semanas antes

para participar de los preparativos previos.

Se ha instalado en casa de sus padres en Mosman Park

y ha regresado a su antiguo trabajo

en un despacho de abogados.

El viernes de agatorce,

su madre la lleva en coche hasta Stirling Highway

y la deja en la parada de bus

que hay frente a una hamburguesería.

No está lejos de la zona de clubs de Klermon.

Kira ha quedado con sus compañeros de trabajo

y empieza en la noche en un local llamado Waldron's

que cierra a las 11.

Después van al continental hotel

en el coche de uno de ellos.

Pasan media hora y Kira ha bebido mucho,

pero dicen que puede controlar la situación en el sentido

de que todavía es capaz de andar en línea recta

y ser consciente de casi todo lo que pasa a su alrededor.

Sale sola a la calle a medianoche.

Ya sabemos que Kira no va a llegar a casa.

Así que os adelanto que hay hasta una docena de testigos

que cuentan que la ven salir del hotel

y caminar sola por la calle en dirección a Stirling Highway,

que es donde le ha dejado su madre

y donde también es fácil encontrar un taxi.

Un conductor que pasa por ahí la ve levantando la mano

para pedir un taxi.

La policía posteriormente analizará el teléfono

de este y otros testigos

y determinará que son las 12 y cuarto de la madrugada.

Después ya sábado 15 de marzo.

Al otro lado de la calle,

en una mesa frente a la hamburguesería

que hay junto a la parada del bus

y la madre de Kira la ha dejado un rato antes,

hay tres chicos que observan a Kira.

La han visto un rato antes en el bar del Conti

y son conscientes del peligro que supone

para una chica ir sola por la calle.

Sobre todo se ha bebido de más,

lo que implica como mínimo que sus reflejos son más lentos.

Kira anda un poco tambaleante.

Uno de ellos le grita que se anda con cuidado

que no haga autostop.

Ven como un coche blanco,

un hold-en-comodor station wagon

que tiene junto a ella.

Están en el mismo lugar donde Sara Spears llamó a un taxi.

Kira habla con el conductor.

Los chicos se distraen un momento

y cuando vuelven a mirar ni el coche ni la chica están ahí.

Además de los chicos de la hamburguesería

hay un par de conductores que pasan por ahí

en el momento en que Kira habla con el conductor del coche

que ha parado junto a ella.

A los chicos de la hamburguesería

les toman declaración varias veces.

Cada uno se fijó en un detalle diferente

entre todas las declaraciones.

Pueden reconstruir la escena.

Además les preguntan mucho por la furgo

que dicen que no eran taxis

y no llevaban las luces en el techo

ni ningún otro tipo de símbolo.

Uno de ellos a quien le gustan mucho los coches

describe la furgoneta con detalle

incluidos unos tapacubos

con un diseño que le llaman la atención

y que la policía comprobará

que no es el modelo de tapacubos

que lleva al hold-en-comodor station wagon.

La madre de Kira

empieza a preocuparse a las 3 de la madrugada

cuando ve que la cama de su hija

todavía está vacía.

Pero no quiere exagerar porque su hija hace 20 años

que es adulta y totalmente independiente.

Sin embargo, no puede evitar

alarmarse cuando el sábado por la mañana

no sólo no llega a casa

sino que no se presenta la cita que tienen

en la peluquería para hacer las pruebas

de los peinados de la boda de su hermana.

A las 4.30 de la tarde

denuncian la desaparición

que se transmite inmediato al grupo de trabajo macro

dadas las alarmantes similitudes.

Los países de Kira tienen claro

que no se subiría con un desconocido un coche.

Por tanto, apuntan en la dirección

de los taxistas o los falsos taxistas.

Además, dicen que lucharía

con uñas y dientes por su vida.

En cuanto se hace pública

la tercera desaparición de una chica

en 14 meses, la policía ya no puede negar

que están buscando a un asesino en serie.

Lo que no van a compartir

son los detalles sobre el coche que buscan

y el público tampoco sabe

que junto al cadáver de Jane Spears

por ejemplo, encontraron una navaja

de las que usan los técnicos de Telstra.

Lo que sí hacen es ofrecer

una recompensa de 250.000 dólares

para quien ofrezca información

que permita solucionar este caso.

Este ofrecimiento genera mucha controversia

porque hay familias de chicas desaparecidas,

Sara Spears por ejemplo

y otras no relacionadas con este caso,

a quien nadie presta atención

que sienten que no hay investigación

y mucho menos han habido

recompensas económicas

para recabar información.

El público acusa la policía

de tener favoritismos con el padre

Dennis Glennon, cuya empresa

hace negocios con el gobierno federal.

Una semana después de la desaparición

de Kira, es la boda de su hermana.

La familia decide no cancelarla.

La vida continúa, dicen.

El grupo de trabajo macro

pide ayuda a un par de perfiladores

formados en Estados Unidos

que les dicen que los asesinos en serie

suelen tener mucho interés

en la investigación

y las noticias que generan sus crímenes

y que no es tan raro que intenten

involucrarse en ella de alguna forma.

Por eso, planifican una rueda de prensa

que anuncian con un par de días de entrelación

quizás esperando que el asesino

acuda a ella.

El grupo de trabajo macro

que el asesino acuda a ella.

Pero, al día siguiente

de anunciar esta rueda de prensa

hay cambios importantes en el caso.

Es jueves 3 de abril

de 1997.

Jason tiene 23 años

y es yesero de profesión, pero hoy

no está trabajando. Pasea

por un camino junto a la Cantilado

de la Costa en Eglinton

a 50 kilómetros al norte de Perth.

Jason busca plantas de cannavis salvajes.

Pero lo que encuentra

es el cadáver de una chica.

Corre hasta una granja cercana

y llaman a la policía.

Jason, al contrario que Tammy

que encontró el cadáver de Jane,

se niega a volver al lugar donde ha visto el cuerpo

y lo máximo que haces es acercarse a unos metros

y señalar cuando la policía llega.

El cadáver de Kira lleva

la ropa puesta y la falda levantada.

Faltan sus zapatos

y su bolso. Lleva todas sus joyas

excepto un broche cladag

que es un símbolo irlandés

con un par de manos que sujetan

un corazón.

Sus padres tienen razón, tienen las uñas rotas

sobre todo una por haber luchado

con su agresor.

Tiene, como pasó con Jane, varios cortes

en la parte interna del brazo

que es una clásica herida defensiva

cuando alguien te ataca con un cuchillo.

Además, también como en el caso de Jane

cortaron su organta.

El asesino al hacerlo cortó también

a ellos que encuentran sobre su hombro.

Kira presenta dos cortes

en la garganta que casi seccionan

la cabeza por completo.

Por otro lado tiene una fractura en la parte trasera

del cráneo que creen que fue hecha

con un objeto largo y pesado.

La fractura tiene 12 centímetros.

Creen que antes de matarla

la aturdieron de un golpe.

Tampoco, en esta ocasión, encuentran

pruebas de una agresión sexual.

Lo que no quiere decir que no ocurriera,

sino que no pueden probarlo,

no tienen claro si quiso violarla

pero ella se resistió y tuvo que matarla

o si matarla era el plan

y no la violación.

Como en el caso de Jane,

cortan parte de su cabello, lo lavan

y lo entregan a la familia.

El análisis del lugar en el que la encontraron

indica que es también la escena principal

del crimen ya que hay gran cantidad de sangre.

Este paraje queda bastante lejos

del lugar donde abandonaron a Jane

que está al sur de Perth.

Por tanto, hay que atravesar o rodear

la ciudad para llegar de uno a otro lado.

Además, como en el caso

del asesinato de Jane, creen

que quien trajo a Kira hasta aquí

había venido antes de día

para localizar un buen lugar.

Dado que Kira luchó con su agresor

creen que bajo las uñas es donde pueden encontrar

ADN del asesino.

Las recortan todas,

incluso las que tienen rotas y arrancadas

para poder analizar el contenido.

Guardan cada muestra por separado

y analizan solo aquellas que son de mayor tamaño.

No estamos hablando de analizar las uñas,

sino lo que cae cuando rascas

debajo de ellas.

Solo encuentran ADN de Kira

en lo que analizan.

Por otro lado, en el cabello

encuentran varias fibras que no encajan

con la ropa que llevaba a apuestar a la víctima.

En el cabello que queda

porque el que han cortado el lavado allí

no han recogido ningún tipo de muestra

y es algo que van a criticar mucho de esta investigación.

La policía hace

un nuevo llamamiento al público

diciendo que el asesino es alguien

a quien todos que le conocen

consideran alguien normal,

pero que es muy posible que haya tenido

algún comportamiento raro en la fecha

de los crímenes.

Los conductores de taxis están de nuevo

en el punto de mira y esta vez

son los propios conductores los que piden

que se hagan pruebas de ADN para descartarles.

La policía ya había investigado

un taxista tras la aparición del cadáver de Jane,

Steven Rose,

que les dijo que había llevado a Sara

la aparición.

Le interrogan de nuevo.

Asegura tener cuartada para la noche

desde la desaparición de Kira.

Dice que llevó a cuatro estudiantes

desde Clermont hasta Swann River.

De todos modos, la policía registra

su domicilio y se llevan una pistola

táser que no funciona.

Más adelante comprobarán con las estudiantes

que la cuartada que proporciona

es válida.

Además, como en los casos anteriores,

la policía trabaja intensamente

alistado con todas las personas

que estaban en la zona la noche que desapareció Kira.

Tienen una lista de

1.800. La policía habla

con todas ellas, pero

el caso sigue siendo un laberinto

del que no pueden salir.

El padre de Kira, Dennis Glennon,

crea una fundación con objeto

de pagar pruebas científicas

que ayuden a la policía a resolver casos.

La policía usa los fondos

de la fundación para pagar

el trabajo de los perfiladores

y estudian el caso a fondo.

Creen que si dan a conocer

a la gente el perfil del asesino

al que buscan, amigos o familiares

de esa persona pueden reconocerle

y denunciarle.

Los perfiladores creen que es

un hombre que trabaja y vive solo.

Tiene el coche desde hace al menos

10 años y o es encantador

o conocía a las 3

chicas de algo.

Sus relaciones con las mujeres

suelen ser problemáticas, es inmaduro

y tiende a mentir aunque tiene

mucho autocontrol.

Entre otras cosas dicen que posiblemente

es el hijo mayor en su casa.

Las llamadas se disparan

y la policía recibe 43.500

pisas telefónicas que señalan

a posibles sospechosos.

Muchos de los cuales son entrevistados

por la policía.

Es un trabajo ingente y los meses pasan

sin ver la luz al final

del túnel.

Uighers, que era la alcalde de Clermont, pierda

la alcaldía en unas elecciones que se celebran

semanas después de encontrar el cadáver

de quira.

Sigue siendo presidente de la asociación

de libertarismo civil.

Otra de las acciones que lleva a cabo la policía

es llenar las calles de Clermont

de agentes que patrullan de incógnito

en sus propios vehículos para no llamar

la atención.

En septiembre de 1997

se fijan en un tipo

de unos 40 años

que conduce un Hyundai Sonata

cerca de donde camina una chica sola.

El coche va dando vueltas a la manzana.

Cuentan hasta 30 pasadas

junto a la chica.

Por la matrícula le identifican como

Lance Williams.

Es funcionario del departamento de carreteras

lo que le permite tener acceso

a los datos personales del propietario

de un vehículo si tiene la matrícula.

Lo que parece muy adecuado

para alguien que creen que es un acosador

de mujeres.

Por conducir borracho le retiraron el carnet

durante 12 años

pero se compró un coche en cuanto lo recuperó

cosa que ocurrió pocos días

antes de que desapareciera Sarah Spears.

Lance Williams

está soltero, vive solo

y creen que encaja bastante

en el perfil del asesino que hicieron

los expertos.

Deciden hacerle un seguimiento estrecho

e instalan micrófonos en su oficina

y en su casa.

Lance Williams ha intentado suicidarse

varias veces en el pasado.

Es un tipo solitario con signos

de trastorno obsesivo compulsivo.

Los investigadores le definen

como alguien de espectro autista

altamente funcional.

El seguimiento no se limita a escuchas telefónicas

le siguen físicamente durante meses

a todas partes.

Le observan muchas noches conducir

junto a chicas que caminan horas

pero nunca le ven atacar a ninguna

ni siquiera ofrecerles

que van a su coche.

Lance con los meses acaba dándose cuenta

de que le siguen y además cae sobre su mesa

un micro que habían escondido en un falso techo.

La consecuencia es que se recluye

en su casa y deja de acudir

al club social y a la biblioteca

que eran sus dos actividades

habituales fuera de horas de trabajo.

Dado que no tienen pruebas contra él

tienen que pillarle infraganti

pero de momento lo vamos a dejar aquí.

La semana que viene

os cuento la operación

encubierta contra Lance Williams

y todo lo que pasa es pues

que no es poco.

Si lo habéis oído bien

la semana que viene tendréis

episodio de Criminopatía

este es uno de esos meses que tiene cinco jueves

así que tendréis programa

dos semanas seguidas.

Nada más por hoy, hasta la semana que viene

Criminopatas.

Criminopatía

es una serie producida por

Podium Podcast

escrita, dirigida y presentada

por Clara Tizcar

Diseño Sonoro, Pablo Sánchez

Editora Jefa, Ana Rivera

Editor creativo

Eugenio Viñas

Producción Ejecutiva Lourdes Moreno Cazaya

Todos los episodios en

PodiumPodcast.com

y en todos los agregadores.

www.podiumpodium.com

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En 1996, Sarah Spiers, de 18 años, desaparece cuando esperaba un taxi a la salida de un local nocturno llamado Club Baywiew, en Claremont. Sarah no es la primera víctima, y no será la última. (Parte 1 de 2) 

Más info en el blog: 

https://criminopatia.com/99-el-asesino-en-serie-de-claremont-parte-1/ 

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