Criminopatía: 98. Volker Eckert, el camionero asesino (Catalunya, 2005)

Podium Podcast, lo mejor está por escuchar.

Hola crímenos patas, soy Clara Tizcar y hoy os voy a contar una historia de la que

podrían escribirse muchas páginas que nunca se escribirán.

Esta es la historia de muchas víctimas anónimas, víctimas que ya lo eran mártires de la

miseria humana cuando se encontraron con un depredador.

Esta es la historia de uno de esos depredadores pero hay muchos más que buscan a sus víctimas

en los márgenes de algunas carreteras europeas.

Esta es la historia de alguna de ellas como Isabel, María o Milena y esto es Criminopatía.

Es Martes, 1 de marzo de 2005.

Son las 4 de la tarde y desde un pequeño volo de Cataluña un camión acaba de salir de ruta.

Está llegando a la autovía, una carretera conocida como Hues Transversal que cruza Cataluña

de lado a lado.

El conductor, al escuchar un ruido fuera en su camión, decide parar y salir porque sabe

que es una tapa que ha quedado suelta.

Sube a la cabina para poder cerrarla y desde arriba, al fondo de un barranco de 10 metros

que hay junto a la carretera y en el que todavía hay restos de la última nevada, ve dos brazos

sobre salir de la nieve.

Regresa al pueblo sansadurni du Rourmort, en el que viven unas 100 personas y avisan

el encargado de su empresa que le acompañan lugar del avistamiento para comprobar entre

los dos si es lo que parece.

Desde la carretera no se ve, pero bajan y comproban que la nieve tapa las piernas y el torso de

una mujer, una chica joven con el pelo corto.

Desde allí el encargado llama su madre, que es regidor en el ayuntamiento y que es quien

avisa los mosos de escuadra, son las 5 menos cuarto.

A las 8 y media, realiza en el levantamiento del cadáver.

Antes, in situ, observan que la chica está desnuda, tiene una marca profunda en la garganta,

pero no tiene sangre.

Parece que le han estrangulado con una cuerda fina o un cable.

Tiene la piel blanca, la cara pecosa y el pelo rubio anaranjado.

Dado que ya es de noche, deja en la inspección ocular para el día siguiente mientras le

realizan la autopsia.

Tienen que intentar identificar a la víctima, algo que prevén complicado de hacer mediante

huellas, porque creen por sus rasgos físicos que es extranjera de algún país de Europa

del Este y por tanto no estará en la base de datos del DNA.

Aunque no está en una carretera en la que haya prostitución, creen que podría ser alguna

de las cientos de chicas que están en las carreteras de la selva, que aunque suene muy

salvaje es el nombre de la comarca vecina.

La Nacional 2 está plada de chicas, explotadas, las traen de otros países, les retiren los

pasaportes y les dicen que tienen una deuda que pagarán prostituyéndose.

Hay varias redes de tráfico que controlan distintos tramos de la carretera y no permiten

que las chicas de unos entren en la zona de otros.

Les cuentan a las chicas que tienen hombres a quien llaman zapatos sucios, vigilándolas

desde las montañas.

Con la foto de la chica muerta y su descripción, entre 20 y 30 años, dos tatuajes y pelo

corto, los mosus recorren kilómetros de carretera preguntando a las chicas y en gasolineras

y bares.

Nadie la reconoce.

Tampoco hay ninguna denuncia por desaparición que encaje con la chica de la nieve.

Los mosus pasan la información a la policía y la Guardia Civil y más adelante a la policía

francesa para ver si la denuncia ha entrado por otra demarcación policial, pero ya os

adelanto que no conseguirán nada.

Un rato importante que deberían tener claro es cuando la tiraron al barranco.

El conductor del camión la encontró el martes por la tarde, pero estaba cubierta de nieve

y la última nevada fue el domingo por la noche.

Por otro lado, ese domingo en esa carretera se celebraba un rally de coches, por lo que

creen que se hubiera estado allí el público la habría visto.

Este rally precisamente es un problema para los mosus que encuentran elementos como colillas,

envoltorios de comida o huellas de pisadas en la escena del crimen y no saben si son

del público que estaba en la carretera unos metros más arriba o del agresor.

Pero por otro lado, creen que eso ajusta la hora en la que se deshicieron del cadáver

que tuvo que ser el domingo por la tarde después del rally y antes de la nevada.

La autopsia confirma que la víctima murió estrangulada, la mataron en otro sitio y

ya muerta fue lanzada al barranco desde la carretera.

Hay dos elementos en el cadáver que quizás pueden ayudar un poco a su identificación.

Por un lado, la chica de la nieve lleva una joya.

Creo que son unos pendientes, es la versión más extendida, pero también he leído que

podría ser una pulsera.

El caso es que tiene alguna inscripción y está en alfabeto cirílico.

Esto aumentará la sospecha de que sea de algún país del este.

Además, la chica tenía un par de tatuajes, uno alrededor del ombligo que son unas ramas

o algo así.

He visto la foto pero no he sabido entender qué era y otro, en la cara interna del brazo,

muchísimo más elaborado y que se ve perfectamente lo que es.

Son dos chicas desnudas besándose, están tapadas por una sábana que se desliza sobre

los lugares precisos.

El 8 de junio de 2005, los medios difunden la fotografía del tatuaje para ver si alguien

la reconoce, porque de momento ha sido imposible identificar a la víctima, tampoco a su agresor

de quien no tienen ninguna pista.

Un año después, en marzo de 2006, nadie ha reclamado el cadáver y la entierran en

la tumba número 14 del cementerio de San Sadorny, Dusur Mord, un ninchó en el que,

en 1893, habían enterrado una chica de 20 años, recién casada, que murió por complicaciones

en un embarazo.

Es viernes 3 de noviembre de 2006, estamos en Ustallrich, en la comarca de la selva.

No muy lojos de la Nacional 2 y justo al lado de la A-P7, las dos carreteras que conectan

con Francia.

Pasadas las 8 de la mañana, una vecina saca sus perros a pasear, lleva un pekinés y

un boxer, y este no para de tirar de la correa para ir hacia unos arbustos.

La dueña cede y le lleva hasta allí, tras los arbustos ve un cuerpo, es una chica joven,

ahí le parece casi una niña, está desnuda y dice que es delgadita y poca cosa, que tiene

un culito pequeño, corre y detiene el primer coche que pasaba para pedir ayuda, el conductor

llama la policía local, que pasa el aviso a los mosos.

El cadáver, desnudo, boca abajo, sin golpes, ni sangre visible, está detrás de unos matorrales

que rodean el aparcamiento que hay junto al campo de fútbol de Ustallrich, no encuentran

la ropa ni la documentación.

La primera impresión del forense es que lleva más de 12 horas muertas porque el cuerpo ya

presenta rigor mortis.

Se viene entre 25 y 30 años y, como la chica de la nieve, ha muerto estrangulada con una

cuerda fina que ha dejado marcados los surcos en su hogar ganda.

Como las carreteras cercanas hay muchas putas, la primera hipótesis es que, como la chica

del barranco, que ella también lo sea.

En la escena, un aparcamiento de tierra, los mosos observan marcas de huellas de camión,

creen pues que el agresor es un camionero que la ha recogido en otra parte y la ha dejado

aquí.

A unos kilómetros de allí, en una comisaría de los mosos, una chica búlgara denuncia

la desaparición de su amiga, también búlgara, que como ella, se dedica a la prostitución.

Los mosos de homicidios no tardarán en cruzar la información y ponerse en contacto con

la amiga de la chica desaparecida para confirmar ciertos datos antes de enseñarle la foto

de la víctima.

La amiga verifica que tenía tres piercings y un tatuaje y confirma por la foto que la

chica muerta de Ustallrich es Milena Petrova, de 20 años, que ejercía la prostitución

en la Nacional 2 entre Báscara y Girona, más cerca de la frontera, a unos 30 o 40 minutos

en coche de donde la han encontrado.

Una vez identificada, los mosos saben que Milena vivía en una pensión junto con otras compañeras

en figueras, desde allí se desplazaban a diario a la Nacional 2.

Milena estaba casada, su marido sigue en Bulgaria y la había visitado hace unas semanas.

En los medios búlgaros, el marido niega que se dedicara a la prostitución y dice que

estaba embarazada de tres meses.

Sin embargo, el dueño de la pensión en la que vivía Milena dice que el marido sabía

perfectamente lo que se dedicaba a su mujer, que era la que lo mantenía, y además presumía

de que su mujer era de las que más cobraba por servicio, 60 euros.

Los mosos saben que Milena se subió un camión la mañana del día 2 de noviembre, antes

que ella subió otra chica pero bajó rápidamente porque el camionero le dijo que quería atarla

antes de practicar sexo, y ella dijo que no.

Después se lo propuso a Milena, que aceptó y se marchó en el camión.

No puedo confirmarlo, pero parece bastante claro que están ante un asesino en serie.

Un hombre fetichista que corta el pelo de las víctimas.

En el primer caso, la chica de la nieve ya lo tenía corto, pero en el segundo caso, su

asesino le cortó varios mechones de pelo.

Es por tanto alguien que es muy probable que haya matado antes y que no va a parar hasta

que le detenga.

Ha habido otras víctimas antes que la chica de la nieve.

A una de ellas la encontraron en un bosque a pocos metros de la Nacional 2, entre Turdera

y Masaneda la Selva, más al sur de los casos que os he contado, pero seguimos muy cerca

de la frontera, a una hora menos de 100 kilómetros.

El 9 de octubre de 2001, un hombre que buscaba setas se encuentra el cadáver de una mujer

desnuda en un pinar.

El cuerpo está en avanzado estado de descomposición y calculan que debe llevar un par de meses

muerta, además ha sido devorado por animales.

Pero la piel de los dedos mantiene las huellas, por lo que pueden identificarla rápidamente.

Es Isabel Beatriz Díaz de 24 años, tenía dos hijos y se prostituía entre Turdera y

Masaneda.

La vieron por última vez el 17 de agosto de 2001.

Su compañero, un belga que es el padre de su hijo pequeño de siete meses denuncia su

desaparición.

Dice que se despertó por la mañana, Isabel ya no estaba en casa y no ha vuelto a verla.

Le investigan por su desaparición y también algunos de los clientes con los que saben

que se relacionaba, pero hasta que encuentran el cadáver no obtienen ninguna pista.

Su optopsia no es concluyente porque no pueden determinar la causa de la muerte, lo intentan

enviar incluso el cadáver a Madrid para que lo analicen en otro laboratorio, porque la

piel se ha secado y enrollado y quizás podrían tratarla y encontrar alguna marca de heridas,

pero no consiguen determinar de qué mueren.

Si excluyen que tuviera disparos o que lo hubieran atropiado por ejemplo, pero no pueden

ni siquiera determinar si es víctima de una muerte natural, un suicidio o un homicidio.

Esto último es lo que creen, pero no pueden demostrarlo.

El compañero de Isabel, el único sospechoso, ha regresado a Bélgica para hacerse un tratamiento

médico y el caso acaba siendo archivado por falta de pruebas cinco años después, en

octubre de 2006.

Un mes después del archivo de este caso que nadie relaciona con los otros dos que os

he contado es cuando los mosos intentan identificar el camión al que se subió Milena.

Y hay veces en las que la tecnología nos juega una mala pasada o cuando las cámaras no funcionan

o cuando las imágenes son tan borrosas que no sirven para nada.

Pero esto no es lo que ocurre en este caso.

La suerte está del lado de los investigadores porque unas horas antes de que hallaran el

cadáver de Milena, en la nave industrial que está frente al aparcamiento del campo

de fútbol, instalaron cámaras de seguridad y funcionan perfectamente.

Saben que se subió a un camión el jueves por la mañana, la autopsa indica que estuvo

muerta en otro sitio antes de que la dejara en el descampado y que llevaba horas muertas

cuando la dejaron allí.

Por tanto creen que murió por la mañana y la dejaron por la noche.

Lo que buscan es un camión acercarse hasta el lugar durante el jueves y lo ven, vaya

si lo ven.

El camión llega a las cuatro de la tarde y aparca y se marcha cuando hayas de noche

a las diez.

Creen que antes de marcharse el camionero baja por la puerta más cercana a los matorrales,

cada víctima y la arrastra detrás de ellos tienen las huelles del camión y la marca

de arrastre y ahora tienen también la imagen del camión aparcado justo en ese lugar.

El camión es de una empresa alemana con sede en Vesseling cerca de Colonia, contactan con

ellos para ver quién está haciendo una ruta por esas carreteras.

El 14 de noviembre, 11 días después de encontrar el cadáver gracias a esa empresa pueden poner

nombre al camionero Volker Eckert de 47 años.

Desde el juzgado de Santa Colomada Farnes, que es donde lleva la investigación del caso

Milena, emiten una orden europea de detención que recibe la Policía Alemana.

El día 17 de noviembre la Policía Alemana localiza a Volker Eckert en la sede de la

empresa en la que trabaja, está limpiando el camión cuando se acercan a él, al decirle

que son policías y que vienen a detenerle les da las gracias por hacerlo porque dice

no es capaz de dejar de matar.

La Policía Alemana invita a los mosos a que se desplacen para participar de los interrogatorios

y el registro de la casa de Eckert, les dicen que tiene muchas ganas de hablar.

En el camión han encontrado pruebas de que es el asesino al que buscan, tienen fotos

polaroid de las chicas muertas en su camión.

Algunas de estas fotos son de las víctimas colgando de una cuerda atada a una barra sobre

la cama de la camina.

La cuerda de un metro y medio es la misma en todas las fotos, la encuentran en el camión.

Entre estas fotos los mosos reconocen a Milena, que es su última víctima, y a la chica de

la nieve a quien no pueden identificar por qué no encuentran su documentación entre

los elementos que guarda Volker.

Pero lo más preocupante es que hay muchas más fotos de víctimas, no sé cuántas hay,

no he encontrado el dato publicado, pero siempre se hace mención a que hay más fotos

que víctimas identificadas.

Encuentran también bolsas con mechones de pelo.

A Milena se lo cortaron, había trozos de pelo cortado en su espalda, por tanto, era algo

que tenían bastante claro, y ha guardado también algunas piezas de ropa de sus víctimas.

Es claramente un asesino en serie que guarda recuerdos o trofeos de sus víctimas y que

los usa para rememorar el momento.

Son crímenes con motivación sexual, por tanto, estos trofeos los usa para excitarse.

Cuando la excitación ya no es posible, solo con los trofeos es cuando recurre a buscar

otra víctima.

En Casa de Volker encuentran una muñeca hinchable a la que descubrirán que vestía con ropa

de las víctimas y colocaba su pelo.

Mantenía relaciones con la muñeca mientras las fixaba con sus manos.

También hay fotos de esto.

¿Quién es Volker Eckert?

Tiene 47 años, vive solo, nunca se ha casado y no tiene antecedentes penales.

¿O eso es lo que creen cuando revisan su expediente antes de que empiece a hablar?

Eckert confirma que es el asesino al que buscan.

Confiesa cinco asesinatos de prostitutas con un modus operandi muy similar.

Dice que las buscaban menuditas y a poder ser con el pelo oscuro y largo.

El más antiguo que confiesa es de 1999.

Ocurrió en Burdeos, Francia.

Era una chica nigeriana.

La policía logrará identificarla como Sandra o Sifo.

Encontraron su cadáver pero nunca habían podido identificar a su asesino.

Tras ella Eckert confiesa que mató a otra chica en Cataluña en 2001.

Tiene claro haber matado a una chica en Masanet de quien recuerda que era muy guapa.

Es Isabel Díaz y ya os he dicho que este caso estaba archivado.

Podrán por fin reabrirlo e imputar al sospechoso.

Después confiesa el crimen de la chica de la nieve de 2005, a la que recuerda dónde

tiró aunque las fechas no encajan.

Dice que no sabe cómo se llamaba.

La recogió porque le encantó su pelo.

Después descubrió que era una peluca y la guardó durante un tiempo en su camión.

Se deshizo de la víctima el domingo por la mañana, algo que ya sabemos complicado

porque había un rally en la zona.

Así que quizás no tiene una memoria súper exacta de lo ocurrido.

En octubre de 2006 asegura haber matado a una chica polaca en Reims.

Debe tener la foto porque la policía francesa le toma en serio y empieza a buscarla a pesar

de que no tiene constancia de ningún cadáver que corresponda con la descripción.

Pero si tienen la denuncia de la desaparición de Agnésca Bosch, una chica que encaja con

la descripción que hace Eckert.

Por último tenemos el crimen por el que le han pillado el de Milena, cuyo cadáver

abandonó en Ustallrich.

Pero como decía, hay más fotos que víctimas y sus víctimas son prostitutas, que no es

raro que desaparezcan o las maten.

En su confesión, Eckert cuenta también el primer crimen que cometió, porque no fue

en 2001 con una prostituta.

Fue mucho antes y pasó desapercibido.

Volker Eckert tenía 15 años y hacía tiempo que se excitaba pensando en asfixiar a una

mujer.

Además sentía mucha atracción por el pelo de las mujeres, le gustaban las melenas largas

de pelo oscuro.

De pequeño jugaba con muñecas para poder peinarlas y cuando creció fantaseaba con

el pelo de sus compañeras de clase.

Sólo se excitaba si se imaginaba asfixiando a una chica.

Un día, al salir de clase, fue a casa de una compañera, Silvia Unterdöfel, a quien

dijo que se le había olvidado la agenda y no tenía notados los deberes.

Ella le dejó entrar y él la atacó, las fixió con sus manos hasta que estuvo inconsciente.

La tocó por debajo de la ropa y después, con la cuerda de las cortinas, la coló de

una tubería del techo.

La primera tubería se rompió y lo consiguió en un segundo intento.

Eckert se fue a casa donde se masturbó, dice que esa fue su primera experiencia sexual

con una mujer.

Los padres de la chica, que habían salido, la encontraron colgando en el recibidor de

casa.

Los investigadores lo consideraron un suicidio, la enterraron y Eckert acudió a su funeral

junto al resto de compañeros de clase.

Los padres de Silvia, el padre era policía, nunca creyeron que se hubiera suicidado,

no lo entendían.

32 años después tienen la prueba que necesitaban.

En Alemania, este tipo de crímenes no prescriben, por lo que le imputan el asesinato de Silvia,

dado que era menor cuando cometió el crimen, será juzgado por un tribunal de menores.

Esta imputación frena los trámites para la extradición de Eckert, que es reclamado

por un tribunal de Santa Coloma de Afarnés, para juzgarle por el asesinato de Milena.

Los otros dos expedientes están en otros juzgados y deberán unificarse la causa.

Pero finalmente, os adelanto, que tras una reunión de Leuroyast en enero de 2007, en

la que policía, jueces y fiscales de distintos países de Europa tratan el tema Eckert, decidirán

que se unifiquen todas las causas y se le juzgue primero en Alemania, que es lo más rápido.

Tras matar a su compañera Silvia Unterdorfel, no se conocen más crímenes de Eckert hasta

1981, cuando empezó a seguir a chicas por la calle, a las que reducía en el suelo y asfixiaba,

no las mataba, solo las dejaba inconscientes. Asfixiar era lo que le excitaba, después se

masturbaba a llegar a casa. Eckert lo hace durante siete años, atacar a unas 30 mujeres

hasta que en 1988 le detienen cuando una de sus víctimas le reconoce y le condenan por

múltiples intentos de homicidio. Le caen 12 años de cárcel, de los que solo cumplen

seis. En 1994 sale en libertad con el compromiso de hacer terapia, pero ni él hace terapia

ni nadie hace el seguimiento de su caso para asegurarse de que la haga. De hecho, en 1990,

durante el proceso de reunificación alemán, un error informático borró sus antecedentes. La

policía se entera porque él los cuenta. Sabemos pues que Eckert mato por primera vez en 1974,

tras lo que seguro haber estado unos años de enfriamiento hasta que decidió atacar de nuevo.

En esta época dice que no mata a nadie, le pillan, le encarcelan y salen libertad en 1994.

El primer crimen que confiesa tras esta etapa en la cárcel es de 1999. Repite en 2001 y asegura

que compró la Polaroid en 2003 para poder hacer fotos de las víctimas. Sin embargo,

no confiesa ningún otro crimen hasta 2005. Es decir, compra la Polaroid para hacer fotos y

no mata hasta dos años después. Recordemos que hay más fotos que víctimas y no tenemos información

de los años en los que fueron tomadas estas fotos si es que lo saben.

Tras su detención, durante semanas en los medios se habla del número de posibles víctimas de

Eckert, se especula con prostitutas muertas y desaparecidas. Hay, por ejemplo, una carretera

en Italia que conecta Turín con la región del Tirol en Austria en la que dicen que hay más de

40 prostitutas desaparecidas. En Inglaterra con Langyard investiga sus movimientos para ver si

encajan con un estrangulador al que hace tiempo que buscan. Los investigadores lo que hacen es

tratar de determinar todos los movimientos de Volker Eckert durante estos años. Lo pueden hacer

de los años más recientes, por lo menos gracias al GPS del camión de Eckert, que guarda todas las

rutas y paradas que ha realizado el camión. Gracias a esto pueden descartar crímenes que

se le adjudican, pero que no pudo cometer porque estaba con su camión en otro sitio. En Francia

localiza en el cadáver de Añesca Bosch, la chica polaca que mató en Reims. Lo habían encontrado

ya a bastantes kilómetros y no habían cruzado los datos, pero un segundo interrogatorio con

Eckert sobre dónde pudo deshacerse el cuerpo les hace dar cuenta de que ya lo habían localizado.

Por tanto, pueden unificar dos casos, identificar a una víctima y cerrar un caso de una mujer

desaparecida como víctima de este asesino. ¿Creen que o no ha querido confesar todos sus

crímenes o se le ha olvidado y mezcla varios casos a la hora de contarlos como si fueran uno? Pero

entre los casos que tienen documentados y las ubicaciones que pueden certificar gracias a sus

rutas como camionero, finalmente entre Alemania, Francia, España, la República Checa e Italia,

le imputan 19 asesinatos. De los crímenes que ha confesado y que conocemos, falta una chica por

identificar, la chica de la nieve. Nadie visita Eckert desde que está preso. El domingo 1 de julio de

2007 cumple 48 años solo en su celda de la cárcel de Bayreuth en Baviera, donde espera que tenga

lugar el juicio, que empezará en octubre. Horas después, la madrugada del lunes lo encuentran

colgado del soporte del televisor. Se ha suicidado igual que mataba a sus víctimas por asfixia.

Nos queda por conocer la identidad de la chica de la nieve. Hay varias versiones sobre quién

tiene el mérito de haberle puesto por fin nombre. Por un lado, tenemos a los Mossos de

Escuadra, que investigan su muerte y no pudieron encontrar documentación o algún elemento de

la víctima en lo que guardaba el asesino, pero lo encontraron por otro lado. En marzo de 2007

llevan a cabo una operación contra el tráfico de personas y detienen a un grupo de proxinetas que

trataban con chicas rusas. Entre los documentos que hayan en los registros de esta operación,

hay uno con una foto que podría ser la chica de la nieve. Su nombre es María Belésova.

Sin embargo, esta información no acaba de confirmarse en el país de origen de la chica,

no tengo claras las razones, pero al parecer la investigación queda parada.

Más de un año después, en noviembre de 2008, una chica que quiere permanecer en el anonimato

le dice a una gente del Departamento de Estrangería de la Policía Nacional que conoce la identidad

de la chica de la nieve. Cuenta que entre las prostitutas de la zona sabían que los mosos

andaban preguntando por una chica muerta con un tatuaje de una escena lésbica. La voz corre y

llega a alguien que la conoce y dice que es una chica de San Pertesburgo llamada María que

llegó a finales de 2004 y la tenían haciendo de puta en la Nacional 2 cerca de Figueras.

María era lesbiana. Su novia Olga había hecho el mismo viaje que ella unos meses antes.

A Olga también la destinaron a trabajar en una carretera pero intentaron robarle y la agredieron

por lo que sus explotadores la pusieron a trabajar en un piso. Allí conoció a un hombre que le

pagaba un piso y una mutua médica. Obtienen también el nombre de su proxeneta, que es uno de los que

los mosos detuvieron en la operación de marzo de 2007 que por cierto se escapó y al que nunca ha

un pillado para juzgarle. La policía trata de seguir la información de Olga, que saben que

tenía una mutua médica. Lo localizan a un médico al que visitó y así consiguen su dirección. En el

piso encuentran al hombre que la mantenía, que les cuenta que Olga regresó a Rusia pero que

siguen en contacto. La llaman ese mismo momento para confirmar que su amiga María es la chica la

que encontró muerta bajo un montón de nieve. Olga dice que sí, que ya le había llegado la noticia

y está convencida de que la mató Yuri, el proxeneta que les tenía terrorizadas. Yuri no

permitía que se viera. A Olga la tenían un piso pero María le dijo que se había enganchado

las drogas y estaba en una clínica de rehabilitación. Olga les cuenta que en Rusia María trabajaba

de peluquera. Eran pareja y vivían con la madre de Olga que no acababa de entender su relación,

una relación que tampoco podían airear fuera de su casa. La situación económica era mala y conocen

uno un hombre que les prometió pagarles el viaje. Ellas sabían el trabajo que harían a cambio. Lo

harían, les dijeron hasta que pagaran la deuda de 2.000 euros y ganarían mucho dinero. Pensaban que

sería fácil y poco tiempo pero nunca pudieron reencontrarse. Le envían la foto a Olga que

a pesar de ver la muerta la reconoce sin dudar. La policía ahora ya tiene su apellido María

Belesnova y solicitan al Interpol que haga las gestiones para que en Rusia sus hermanos la

pueden identificar formalmente. Así que los primeros que le ponen nombre son los mosus,

pero quien hace la identificación formal a través de su familia y por tanto les da la noticia es la

policía. Lo importante son las víctimas. Hablamos de muchas en este caso. Las seis mujeres a las que

Eckert reconoce haber matado y hemos puesto nombre las más de 30 a las que aterrorizó tirándolas

al suelo y asfixiando las mentaseas estaban convencidas de que iban a morir y las que no

sabemos, las que no tienen nombre, las que no están confirmadas. En algunos medios lo han cifrado

en unas 20 víctimas mortales en total, pero la realidad es que no creo que lo sepamos nunca,

porque muchas de estas víctimas, como ocurría con María Belesnova, ni siquiera tienen una

denuncia por desaparición. Sin denuncia y sin ayer en el cuerpo son víctimas que jamás podrán

contabilizarse. María sigue enterrada en el cementerio de Sansadurny du Roermort. Hace unos

años la alcaldesa, que es la madre de quien localizó el cadáver, pedía que se confirmara la

identidad para poder ponerle una lápida. Creo que todavía no han podido ponerse la imagino que por

un tema económico. María seguirá allí porque sus hermanos no han reclamado el cuerpo, seguro que

también por dinero. Y aunque no tenga una lápida con su nombre, Karma Fabregas, la alcaldesa de

Sansadurny se encarga de que no le falten flores. Y durazulé, que hizo muchos kilómetros en la

carretera con su foto preguntando a las chicas, ha contado su historia en un libro. Porque a veces,

en estos casos, solo recordamos al asesino. Y es de las víctimas de quien no tenemos que olvidarnos.

Así que esta ha sido la historia de entre otras Silvia, Sandra, Isabel, María, Añesca y Milena.

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Criminopatía es una serie producida por Podium Podcast, escrita dirigida y presentada por Clara

Tizcar. Diseño sonoro Pablo Sánchez, editora jefa Ana Rivera, editor creativo Eugenio Viñas,

producción ejecutiva Lourdes Moreno-Cazaya. Todos los episodios en Podium Podcast.com y en todos los

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Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org

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