Criminopatía: 97. Cindy James y el acosador invisible (Canadá, 1989)

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Podium Podcast, lo mejor está por escuchar.

Hola crimenópatas, soy Claire Tizcar y hoy os voy a contar la historia de uno de los misterios

más comentados en Canadá. Esta historia empieza en octubre de 1982, no sabemos cuál es su detonante

que es lo que la pone en marcha, pero sabemos que empieza con una llamada anónima, una llamada

que dará paso a siete años de acoso y ataques. Esta es la historia de Cindy James y esto es crimenopatía.

Es jueves 25 de mayo de 1989 y estamos en Richmond, Canadá. Los vecinos de Cindy James están preocupados

por ella. Su coche no está en el camino de entrada, pero su perra, Heidi, está en la casa y salvo a

trabajar Cindy no va ningún lado sin ella. Agnes, amiga de Cindy, pasa por su casa preocupada porque

no sabe nada de ella. Tras horas intentando localizarla va a la comisaría para denunciar su

desaparición. Desde regreso a casa ve el coche de Cindy en el aparcamiento de un centro comercial.

Al verlo, decide volver a la comisaría para pedirles que vayan a ver el coche. Es pasada la

media noche cuando la policía comprueba que es el coche de Cindy James. No hay nadie dentro,

pero ven el bolso de Cindy y en la puerta del conductor algo muy preocupante, una mancha de

sangre. Varias patrullas de policía buscan a Cindy en los alrededores del centro comercial y a primera

hora de la mañana se añaden a la búsqueda varios helicópteros. Los investigadores tratan de crear

una cronología de lo que hizo Cindy las últimas horas. Agnes es la primera a la que preguntan.

El día de la desaparición de Cindy, hablaron por teléfono de un regalo que quería comprar

Cindy para el hijo de una amiga y quedaron por la noche para jugar a las cartas. Después Cindy

habló con otra amiga también por teléfono sobre las 11 de la mañana. A las 2 de la tarde la

vio el chico que vive en el apartamento del sótano de su casa en Richmond. A mediodía fue el

centro comercial donde se maquilló en la tienda de consumética. Compró el regalo y fue al hospital

para ver si podía cobrar su cheque semanal. Cindy es enfermera y quien se encarga de los

cheques es su vecina, Tami. Tami le dijo que tenía que esperar a que se lo repartieran a todo el mundo

y Cindy tomó un café, recogió su cheque y fue al banco a depositarlo en el cajero. Encuentran el

recibo del ingreso en el coche. El coche está frente al banco que está en un centro comercial al

aire libre con la zona para aparcar frente a las tiendas. En el bolso estaban los dos juegos de

llaves de casa de Cindy, las que usan habitualmente y la copia. También encontraron una bolsa con

la compra. No había recibo en la bolsa, no saben si falta algo y ni siquiera si la compra es

de ese día. El regalo envuelto para el hijo de su amiga también está en el coche. Cindy está

divorciada. Una de las primeras cosas que hace la policía es ir a ver a su ex marido, el psiquiatra

Roy Makepeace. Roy tiene cuartada para la hora de la desaparición de Cindy y está convencido de

que está muerta. No sólo eso, Roy tiene su casa llena de armas y trampas por si un desconocido se

cuela. ¿Quién es Cindy James y por qué su ex está convencido de que está muerta? Cindy James

tiene 43 años y como ya os he dicho es enfermera. Esta divorciada de Roy no tiene hijos y vive sola

con una perra llamada Heidi. Su desaparición angustia mucho a sus amigos porque hace años que

Cindy tiene un acosador y no es la primera vez que le atacan. Vamos a la década de los 60.

Cindy está acabando el instituto. Es la mayor de una familia de seis hijos de padre militar. Cindy

quiere ir a la universidad y estudiar enfermería. A su padre Otto Huck le destinan a una base militar

en Francia y toda la familia tiene que mudarse, pero Cindy pide que la dejen quedarse encanada para

terminar el último curso y poder ir a la universidad. Sus padres acceden a cambio de que estudie en

Vancouver a cinco horas de donde se ha creado y donde tienen parientes. A Cindy le parece

perfecto salir del entorno rural e ir a la gran ciudad. Cumple su sueño, tras graduarse en el

instituto va a la escuela de enfermería del hospital de Vancouver. Allí conoce a Roy

un psiquiatra 18 años mayor que ella, sudafricano, casado con una doctora del hospital y con dos

hijas. Su aventura dura un año antes de que les descubra su mujer. Se casan tres días después

de que él firme el divorcio y se compre en una casa grande y bonita en un buen barrio de Vancouver.

Cindy tiene 19 años. La ex mujer de Roy y sus hijas regresan a Sudáfrica. Para Cindy Roy

aparentemente todo va bien. Tras una temporada en el hospital empieza a trabajar en Bledheim

House, un centro de menores del que con los años acaba siendo la directora y en el que conoce a

Agnes. Todo el mundo la aprecia. Cindy siempre está dispuesta a ayudar a cualquiera de sus

compañeras aunque en lo que respecta a su vida privada es muy reservada. Con su familia tiene

buena relación pero sus padres y la mayoría de sus hermanos que ya han regresado a Canadá

viven a unas tres horas por lo que no se ven de forma habitual. Los años pasan y en el trabajo

descubren que el marido de Cindy tiene una aventura. Por lo menos una de sus compañeras lo sabe que

le ve con otra chica. Pero Cindy no cuenta nada hasta que tiene que pedir ayuda para hacer

la mudanza y ni siquiera su compañera a quien considera amiga se lo ha contado. Cindy y Roy

se separan a principios de 1982 y Roy se queda en la casa que compartían donde una semana

después de que Cindy se marche se instala su nueva novia. Cindy alquila la primera planta de

una casita en un barrio mucho más modesto a las afueras de Vancouver. Tras 15 años su

matrimonio acaba de forma amistosa y Roy y Cindy quedan una vez a la semana para hacer algo juntos

como tomar café o ir al cine. Cuando lleva unos meses instalada en su nueva vida comienza el acoso.

El 7 de octubre de 1982 por la tarde recibe la primera llamada. Cindy avisa la policía una

semana después. La voz que a ella le parecía de un hombre ha ido escalando el tono y las amenazas

en cada nueva llamada. Un día al volver del banco se encuentra la puerta trasera abierta y una

ventana rota con una piedra. Días después sale una noche a jugar a las cartas con sus amigos

Agnes y Tom y al regresar a casa se encuentra un juego de llaves tirado en el suelo de su

habitación y su almohada acuchillada. Lo primero que haces llamar a Roy, su ex, después llama la

policía. El que acude a su llamada es Pat McBride acompañado por un polinovato, Andy,

que es su nuevo compañero en las patrullas nocturnas. Tras escuchar a Cindy tienen claro que

están Antona Cosador. Pat se lo toma muy en serio y cada noche durante dos semanas va a casa de Cindy

con cafés y donuts. Una de esas noches encuentran a Roy, el ex, dentro de su coche en el callejón

trasero con tres tipos de arma de fuego diferentes. Roy dice que hace guardia para proteger a Cindy.

Tras el inicio de la investigación en un primer momento las llamadas se detienen pero después

de dos semanas empiezan de nuevo. Pat, que se está separando de su mujer, se instala en casa de Cindy

que tiene una habitación libre. Para su compañero el interés de Pat, en este caso,

roza la obsesión. Durante el día vive en casa de Cindy y por la noche en sus rondas nocturnas

siguen yendo a charlar con ella. Andy nota que la relación entre Cindy y Pat es cada vez más íntima

y personal. Un mes después, según la versión de los amigos de Cindy, ella le pide al poli

que se vaya de su casa. Durante este mes en el que Pat vive con Cindy encuentran a Roy vigilando

desde su coche por segunda vez. Para la policía, Roy es su principal sospechoso porque han

intervenido el teléfono de Cindy para rastrear las llamadas y han podido rastrear una, no han

tenido tiempo de localizar el número completo, solo el prefijo de la zona y es el barrio de Roy.

Pero aunque Roy es el principal sospechoso y Pat, el policía que lo investiga, Cindy y Pat tienen

citas dobles con Roy y su novia. Las llamadas no se detienen. Además, Cindy empieza a recibir

cartas con palabras en ellas, palabras como navidad, familia, aunque también hay algunas como muerte.

Son palabras escritas con letras recortadas de revistas. La policía no encuentra huellas con

las que poder buscar al autor. Una mañana Cindy encuentra un gato muerto en el jardín junto

a una nota que dice tú serás la siguiente. Después de la navidad de 1982, Roy le invita a

que se instale de nuevo en la casa que compartieron. Les parece más segura que la de Cindy. Él vivirá en

otra parte. Cindy acepta. El primer ataque ocurre el día que está preparando las cajas para la mudanza.

Ha quedado con su amiga Agnes para jugar a las cartas, pero antes tiene que meter sus cosas en

cajas para mudarse al día siguiente. Mientras llena las cajas, ve que en el comedor tiene pocas y va al

garaje a por más. El garaje es una construcción aislada. Tiene que atravesar el jardín trasero

para llegar a él. El garaje tiene la puerta cerrada y las luces apagadas. Y como cree que tiene que

volver a por más cajas, deja la puerta abierta y las luces encendidas. Cuando regresa al caudo un

rato, el garaje está oscura. En el momento en el que entra alguien la agarra por un brazo.

No recuerda nada más. La encuentra Agnes en una escalera que está en la parte trasera de la casa

y que baja hasta el sótano donde hay otro inquilino. Cindy tiene una media de nylon de color negro

alrededor del cuello. Está tan apretada que Agnes no puede limitar el dedo para liberar presión.

Cindy está inconsciente, tiene golpes y cortes. Agnes pide ayuda al chico que vive en el sótano

quien con un cuchillo libera la media de la garganta de Cindy. Sus pantalones y calcetines

están ensangrentados pero ninguna de las heridas es grave. Sólo la ligadura en el cuello. En su brazo

tiene la marca de un pinchazo pero nadie encuentra la jeringuilla. La policía no encuentra rastros

del agresor, sólo unas gotas de sangre de Cindy en el lavabo de la casa. Cindy ha pasado de tener

un acosador a sufrir un intento de asesinato por lo que el caso pasa a los inspectores de homicidios.

Cindy no da muchas explicaciones en el trabajo. Cuando la ven llegar magullada explica que la han

agredido pero sin dar detalles sobre el acoso previo. Nadie sabe qué ocurre hasta que la policía

empieza a preguntar por las familias de los niños que la atienden en el centro. En muchos casos los

padres pierden la custodia y el centro es quien se encarga de elaborar informes y de prestar testimonio

en los juicios. La policía cree que lo que le está ocurriendo a Cindy podría ser una venganza de una

de esas familias que ha perdido la custodia de sus hijos. Sin embargo, el resto de trabajadores del

centro creen que aunque han tratado con familias muy problemáticas, si hubiera un acoso de este

tipo no se centrarían en una sola persona sino en varios de los trabajadores o en el propio centro.

La policía no descarta nada. Investigan al ex marido, los compañeros de trabajo, las familias de

los menores atendidos en el centro. Tras unos meses viviendo en casa de Roy sin que el acoso

se haya detenido porque sigue recibiendo cartas en el trabajo, Cindy alquila otra casita en un

barrio distinto y pinta su coche de otro color para que no la reconozcan tan fácilmente. Pero el

acoso no se detiene. En 1983 Cindy contrata a Ozzy Kavan, un ex guarda a espaldas de famosos que

acaba de iniciar su carrera como investigador privado. Ozzy le da una radio y un botón del pánico

porque es bastante frecuente que alguien corte la línea de teléfono de Cindy. El detective lleva

la radio todo el día encendida por si Cindy necesita ayuda. La noche del 10 de octubre en 1983,

la radio de Ozzy emite ruidos extraños y, tras intentar hablar con Cindy, Ozzy va a su casa.

La casa está cerrada con llave, pero por la ventana Ozzy puede ver a Cindy en el suelo de la cocina,

ensangrentada y con una media negra alrededor del cuello. Cindy se está recuperando de una

lesión en una pierna y anda con la ayuda de unas muletas que están junto a la mesa de la cocina,

por lo que parece que el ataque se ha iniciado allí a unos metros de donde está Cindy. Ozzy cree

que está muerta, prefiere no entrar para no contaminar la escena del crimen y llama a la

policía que llega junto a una ambulancia. Los médicos descubren que está viva, con una media

tan apretada que les cuesta cortarla y un cuchillo clavado en la mano. Han dejado una nota que dice

morirás. Analizan la escena. Encuentran sangre en el baño, concretamente junto al lavamanos y en

la bañera. En la cocina hay sangre en el suelo que parece que hayan intentado limpiar. La hipótesis

es que, una vez herida, Cindy se ha arrastrado por el suelo para intentar alcanzar la radio. Ningún

vecino ha visto o oído nada. La conclusión, dado que las puertas estaban cerradas, es que la ha

atacado alguien que tiene una llave. Las únicas personas que tienen llave de casa es Cindy, son

Pat McBride, el policía y Agnes Butcock, la amiga que la encontró tras el primer ataque.

En el hospital, Cindy dice que recuerda poco del ataque. En la primera ocasión no vió nada,

solo pudo describir unas deportivas blancas y esta vez dice que es un hombre blanco de unos 30 años

y complexión normal, pelo castaño. Volvamos a 1989.

Es 8 de junio. Han pasado dos semanas desde que Cindy desapareció. A una milla y media de donde

encontraron aparcado su coche, un obrero de la construcción que pasa por la zona y tiene ganas

de oninar, entra en la parcela de una casa abandonada. Su primera impresión, cuando ve lo que hay junto

a la casa, es que es un drogadicto en pleno viaje o un borracho que se ha desmayado o dormido. Se

acerca y es cuando se da cuenta de que es una mujer y que no parece estar durmiendo porque tiene los

pies y las manos atados. Cuando la policía recibe el aviso, piensan que puede ser Cindy. La descripción

coincide y reconocen el modo superandi. Está en posición casi fetal, tiene una media negra atándole

los pies, tiene también las manos atadas a la espalda con una media negra y en el cuello tiene

otra media de nylon asfixiándola. Lleva la misma ropa que la última vez que la vieron, pero

está descalza. Junto a ella hay una bota de hombre. Se les hace raro pensar que lleva allí desde el

día de su desaparición porque junto a la casa, fuera de la parcela, hay un hombre viviendo en

una autocaravana y no la ha visto. Desde su caravana parece ser que no se veía el cuerpo y de todos

modos tampoco se acerco allí. Ozzy, su guarda espaldas cree que la mataron en otro sitio y la trasladaron.

La conclusión de la autopsia, a pesar de que Cindy tenía una media atada al cuello que las

fixiaba, es que muere por sobredosis de medicamentos. En su organismo han encontrado restos de antiestamínicos,

morfina y valium. Una buena parte de ello lo tienen en el estómago, pero hay otra parte que se le

inyectaron. Calculan que la dosis de morfina que ha tomado es diez veces la dosis letal. La mayor

parte fue ingerida, por lo que la tuvo que matar como mucho en una hora. Por otro lado, les parece

complicado forzar a alguien a tomar pastillas. En esta ocasión no he encontrado mención a la

benzodia cepina, pero si le pincharon benzos como otras veces la voluntad queda anulada, podrían

haberse lo pedido amablemente que tomara esas pastillas y ella haber obedecido. Volviendo a

la morfina que detectan en la autopsia, la parte de morfina inyectada habría hecho efecto en 10

minutos y a su lado no encuentran jeringuillas. Es decir, entiendo que la cantidad en sangre

quizás la deja inconsciente o en coma, pero que lo que acaba de matar es la cantidad que tienen

en el estómago. Lo importante es que como mucho tras 10 minutos de recibir la dosis intravenosa

estaría cao. Además, estaba atada. Creen que aunque estaba en posición fetal con la chaqueta

a su lado empezó sentada sobre la chaqueta y al quedar inconsciente y morir cayó de lado.

La conclusión pues es que Cindy estuvo viva sentada en esa chaqueta y murió después.

La cuestión es cómo llegó allí, quién y dónde la ha drogado.

Volvamos al pasado.

Os recuerdo que Cindy había sido atacada por segunda vez en la cocina de su casa.

Después del segundo ataque, el acosador permanece silencioso durante una temporada.

Roy y Cindy venden la casa que compartieron cuando estaban casados y Cindy se muda otra vez.

Tres unos meses de tranquilidad, las amenazas telefónicas y por carta empiezan de nuevo.

Osí, el investigador y la policía conocen el patrón. Las amenazas seguirán subiendo

hasta que haya una nueva agresión y después silencio otra vez.

A mediados de junio de 1984, Osí recibe una llamada de Cindy muy nerviosa porque no encuentra

su perra. Ha estado trabajando en el jardín y no la encuentro. Osí la previene entrar en casa

y entran juntos cuando él llega. Encuentran a Heidi temblando, parece que la han apaleado,

está atada a una silla con una cuerda sobre sus propias heces. En cuanto la sueltan,

se lanzan los brazos de Cindy. Osí observa que la cuerda es similar a las que usaron

para ahorcar un gato en el jardín de Cindy. En total, a lo largo de los siete años de acoso,

Cindy encuentra tres gatos muertos en su jardín, todos colgando de una cuerda.

Junto al perro, encuentra en una carta escrita con letras recortadas de revista en la que

la felicitan el cumpleaños. Osí decide instalar un sistema de cámaras en casa de Cindy.

Dos hermanas de Cindy, Marlene y Melanie van a pasar unos días con ella y algunas noches

escuchan ruidos en el callejón trasero, que no es una calle por la que transite la gente,

son calles entre dos parcelas donde dejan los cubos de basura y quizás aparcan algún coche.

Cuando las hermanas tienen que marcharse, la madre de Cindy se instala con ella.

También viven episodios de ruidos y golpes y les cortan la línea telefónica.

Un día, mientras Cindy se da un baño, alguien rompe una ventana de la casa.

Han vuelto también las llamadas al trabajo.

El tercer ataque ocurre en julio de 1984 y tiene lugar en un parque público.

Cindy, desde hace semanas, notifica a Osí todos sus movimientos.

A las ocho y media le dice que va a pasear a la perra y que tardará una hora en volver a casa.

A las diez y media Osí piensa que hace demasiado rato que no sabe nada de Cindy y se acerca a su

casa. Allí no está. Osí pide ayuda a la policía para localizar el coche de Cindy y lo encuentran

aparcado cerca del parque al que ha dicho que iba a ir. No muy lejos ven las luces de una ambulancia.

Van hacia allí y Osí reconoce a Heidi que deambula cerca de una ambulancia

que atiende a alguien que ha pedido ayuda a un vecino. El hombre les cuenta que era una mujer

que llevaba una media negra de nylon alrededor del cuello y se ha desmayado tras llamar a su puerta.

Cindy llega al hospital inconsciente. Determinan que además de ser asfixiada con la media de nylon

ha tomado benzodiazepinas. Tiene dos marcas de pinchazo en el brazo. Encuentran ramas y hojas

en su ropa interior. La han atacado en un parque público y podría haber sido agredida sexualmente.

Las benzodiazepinas causan perdida de memoria lo que decía antes y Cindy dice que no recuerda mucho,

que fue hasta el coche después de pasar al perro y vio a un hombre en una furgoneta verde,

un hombre con barba, pero no recuerda nada más hasta que ha despertado en el hospital.

Mientras Cindy está en el hospital, alguien llama preguntando por ella,

cuando nadie más que Ozzy sabe que está allí. La persona que responde a la llamada dijo que era

alguien con acento, quizás neozelandés. Parece que pregunta por la seguridad del hospital y la

supervisión que tiene cada planta. Ozzy cree que este misterioso hombre podría ser Roy,

que es sudafricano y también ten acento. Roy ni habría llamado. Le ponen una grabación de Roy

a quien contestó al teléfono y dice que sí, que podría ser la misma persona, pero no está al

cien por cien seguro. Roy tiene cuartada para la noche del ataque en el parque y la policía,

a través de la Interpol, consigue entrevistar o mejor dicho enviar preguntas para que responda

a la ex mujer de Roy y en sus respuestas dice que él sería incapaz de hacer algo parecido.

Roy cae de la lista de sospechosos. La policía tiene la sensación de que Cindy oculta información.

Ella finalmente acepta que sabe algo más pero dice que le amenazaron con hacer daño a su madre

y a sus hermanas. Cindy se somete por primera vez a una sesión de hipnosis de la que no saca

ninguna información importante sobre el ataque más allá de que dice que le pareció escuchar la voz

de Roy y cuando se cumplen dos años de su acoso se somete a la segunda sesión de hipnosis. Imagino

que lo que quieren hacerle en esta ocasión es recordar algo diferente porque lo que cuenta

sorprende a todo el mundo. Dice que ella y Roy fueron a una isla en barco para alojarse en la cabaña

de un amigo. Ella se mareó y Roy le dio unas pastillas. Dice que despertó sola en el barco

que estaba amarrado frente a una cabaña, fue hacia allí y al entrar vio sangre en el suelo

y dos personas muertas, un hombre y una mujer. Dice que Roy también estaba allí asustado y que le

gritó. Añade que no recuerda nada más porque recordar es peligroso. Creen que lo que ha contado Cindy

durante la sesión de hipnosis es el desencadenante del acoso. Alguien quiere tenerla atemorizada

para que no hable. Los siguientes meses continúan las llamadas, cartas amenazantes y le cortan el

teléfono un par de veces. En la primera encuentran huellas que no pueden identificar y en la segunda

En enero de 1985, Cindy se somete a una nueva sesión de hipnosis donde da más datos sobre

el supuesto viaje en barco como una posible fecha, junio de 1981. Describe mejor la casa y sus

alrededores. Y lo que vio dentro de la cabaña. Sangre por todas partes, Roy con un cuchillo

enorme y en el suelo una mujer de piel marrón, blusa blanca y pies descalzos sobre mucha sangre.

El hombre ha solo visto un pantalón azul y tiene el pelo castaño. Roy se enfada con Cindy y le dice

que si lo cuenta le pasará lo mismo a su madre y a sus hermanas. Ella se marcha corriendo y lo

siguiente que recuerda es que están en el barco y tiran los cuerpos por la borda en bolsas grandes.

En abril de 1985 la policía busca la isla y la cabaña pero Cindy no reconoce ninguna de

las islas ni las casitas que hay en ellas y no encuentran nada que coincida con la descripción.

Estamos en una etapa en la que su acosador está en silencio pero el carácter de Cindy

ha cambiado. Ya no es la misma, ha perdido mucho peso y está a la que salta. En su trabajo le dicen

que ya no parece capacitada para ejercer y que debería ingresar en un hospital porque apenas come.

Cindy intenta suicidarse tomando pastillas pero las vomita. En el hospital el médico que la

tiende la deriva a una planta psiquiátrica y Cindy al día siguiente suplica a su hermano que la saque

de allí. Le dan en alta con la condición de que se instale en casa con su hermano pero Cindy

regresa a su casa y llama a Roy para decirle que ha recordado que descuartizó a dos personas y

las tiró por la borda de un barco. Ella le dice que sabe que es él quien ha estado acosándola pero

que ya no va a funcionar más. Él dice que está harto y que si lo que está diciendo lo hace público

la llevará a juicio. Esta es la última vez que hablan. Las llamadas silenciosas regresan y cortan

de nuevo la línea de teléfono y alguien enciende seis pequeños fuegos en el baño de Cindy. Cindy dice

que alguien ha entrado por la ventana y ha quemado papeles en la bañera aunque quizás como la

ventana está junto a la bañera no han llegado a entrar sino que han tirado los papeles encendidos

desde allí. Al día siguiente recibe un paquete con un libro titulado Puedes sanar tu vida que tiene

una media negra como marca páginas y subrayadas tres palabras sangre fluyendo libremente. Tras

recibir en otra ocasión una caja con órganos de pequeños animales y otra con carne de un animal

sin identificar decide mudarse de nuevo. Inicia una nueva vida en septiembre de 1985 en Richmond

donde ha alquilado una casita de dos plantas. Cuatro días después de mudarse le dejan la primera

amenaza en el contestador. Avisar a la policía. Se hace cargo de su caso la gente holiday.

A finales 1985 le atacan por cuarta vez. Unos chicos que van en bici por el campus de la

universidad british columbia en Vancouver la encuentran en una cequia de ardiego con el agua

casi congelada. Tiene la cara amoratada y como ya es habitual una media negra muy apretada en el

cuello inconsciente y con señales de hipotérmia. Tiene un pinchazo de aguja en el brazo derecho,

lleva un guante de goma negro en la mano derecha y un zapato de hombre en el pie izquierdo.

Antes de que los chicos en bici la encontraran, Ozzy ya la estaba buscando. Sabe que Cindy se ha

marchado del trabajo a mediodía pero hace horas que no sabe nada de ella y en su casa no la encuentra.

Su coche está aparcado cerca del trabajo donde por la tarde tenía una cita a la que no ha acudido.

El coche está frío, tiene escarcha en las ventanas, señal de que lleva horas allí. Dentro

encuentra en el bolso el Cindy con su botón del pánico. Está aparcado a 30 minutos de

donde la encuentran. Cuando Cindy despierta en el hospital dice que no recuerda nada,

sólo que fue recoger una receta a la farmacia y que ha despertado en el hospital.

Mientras duerme tiene pesadillas en las que dice tengo que ser más cuidadosa.

El neurólogo que la examina no cree que su amnesia sea fingida. Cindy se niega a que la

visite un psiquiatra que es alguien a quien Roy conoce porque Roy ha dado clases y conoce por

tanto a muchos psiquiatras de la colombia británica. Volvamos a 1989 tras la muerte de Cindy.

El resultado de la autopsia dice que la muerte es a causa de la sobredosis de medicamentos.

Sin embargo, no precisa una forma de morir, es indeterminada. Es decir, tienen claro que

muere de una sobredosis, pero no por qué o cómo se produce esta sobredosis. Tienen varias opciones,

podría ser accidental, homicida o suicida, pero no se pronuncian. La policía tiene su propia opinión,

casi todos los que han investigado este caso desde que pasó a homicidios, que son varios departamentos,

han llegado a la misma conclusión. Cindy se atacaba a sí misma. Consideran pues que Cindy

se ha suicidado y cierra en el caso. De nuevo en 1985.

La gente Holiday, que es quien está a cargo de la investigación del acoso y los ataques a Cindy

desde que se ha trasladado a Richmond, decide que Cindy tiene un problema de salud mental,

que es ella misma quien se acosa y se ataca. Pero a la vez no es consciente de ello porque

tiene un trastorno de personalidad múltiple. Recordemos que estamos en la década de los

80. Hoy en día este diagnóstico ya no sería posible, ya que se le llama trastorno de identidad

disociativo. En aquel momento creían que alguien podía tener dos personalidades,

como Dr. Jekyll y Mr. Hyde, o incluso muchas más. Creen que Cindy también tiene una personalidad

oculta, una mishite que la ataca. Es lo único que explicaría que nunca hayan encontrado al agresor

y que no obstante, Cindy viva aterrorizada hasta el punto de contratar a un guarda espaldas detective.

Tras salir del hospital, Cindy pasa unos días en Europa visitando a un hermano en Alemania.

Al regresar, el 18 de enero de 1986, tiene una cita con un psiquiatra, el doctor Marcus,

quien por orden de la policía tiene que hacerle un diagnóstico. Su conclusión,

tras hablar con ella una hora, es que Cindy tiene este desdoblamento de personalidad debido

a un abuso sexual que sufrió de pequeña. Agnes y Tom Butcock, sus amigos exagenarios,

se instalan en la casa con ella. Una noche, mientras todos están dormidos en el sótano,

empiezan incendio. Despierdan y salen. Tom ve a un hombre en la calle mirando hacia la casa.

Le pide ayuda, pero el hombre da media vuelta y se marcha. Los bomberos determinan que el incendio

ha sido provocado y que se ha usado gasolina como acelerante. Ninguna puerta está abierta,

ni hay cerraduras forzadas, solo una ventana rota, pero los cristales están por fuera.

Cindy acabará cobrando de la compañía de seguros, pero la policía considera que

el incendio lo han provocado desde el interior. Cindy deja de comer, solo fuma.

Pide una excedencia de seis meses en el trabajo. Despide a Ozzy y se instala en casa de Tom y Agnes

y asegura que se va a matar porque es la única forma de librarse de su acosador.

Tras escucharla decir esto, consiguen que una ambulancia la lleve al hospital,

pero ella se marcha al cabo de dos días. La encuentran deambulando por la calle y

la convencen para que vaya al hospital donde estará segura a salvo de su acosador y podrá

demostrar que no ha sido ella. Durante su ingreso en el hospital,

concluyen que se odia a sí misma. Tiene un troma infantil, un padre que bebía,

que gritaba y que le sometía a castigos y abusos verbales. En diciembre de 1986 le dan el alta,

ya no tiene pensamientos suicidas, pero le cuesta mucho aceptar que no puede recuperar su antiguo

empleo. Mientras ha estado voluntariamente ingresada, en el centro de menores del que era la

directora han ascendido a la subdirectora y ella se ha quedado sin trabajo. Es en este momento de

su vida, hasta ahora se llamaba Cindy Makepeace, que decide cambiar su nombre. A partir de este

momento es Cindy James, un apellido que nada tiene que ver con su familia y finaliza también su

proceso de divorcio. Comprá una casa nueva, se hace amiga de la gente inmobiliario Todd,

que es de la edad de Tom E. Agnes y que se añade a sus partidas de cartas. Se concentran en estudiar

un curso de reciclaje para enfermeras. En cuenta trabajo en un hospital y un psiquiatra la visita

un par de veces por semana y durante un año y medio el acoso cesa. Cindy sufre otro revés cuando

Todd se le declara. Él tiene 65 años, es 25 años mayor que Cindy y ella le dice que no

siente lo mismo por él. El hombre se marcha de su casa y entra en su coche, pero no puede arrancar

porque sufre un infarto y muere. Le encontrarán al día siguiente. Poco después el acosador inicia

la escalada de nuevo. Empeza con llamadas y cartas. Un día se encuentra que duermas bien,

escrito en la escarcha de la luna delantera de su coche, escrito al revés para que ella lo lea

desde dentro. Durante un par de meses las alarmas de su casa suenan constantemente. Encuentran

ventanas rotas y desperfectos en la casa cuando vuelve a trabajar. En una de estas ocasiones el

hermano de Cindy está en otro sitio con ella cuando en su casa empieza a sonar la alarma. Aunque

Cindy prefiere tener los setos altos para que no la vean desde la calle, los vecinos la convencen

para que los recorte y puedan ver su casa para tener más ojos mirando, pero nunca ven a nadie.

El siguiente ataque es en verano.

Encuentran a Cindy en su coche a media noche después de que suene la alarma de su casa. Está

desnuda de cintura para abajo, todavía con el uniforme de enfermera. Tiene cinta americana en

la cara y una media negra alrededor del cuello. Con la otra media tiene atadas las manos a la

espalda y en una de ellas tiene el botón del pánico que le dio Uzi. Tiene cuatro marcas de

aguja en su brazo y cerca de ella hay cuatro colillas de una marca que ella no fuma. Junto a las

colillas un Kleenex en el suelo. Parece una agresión sexual porque tiene arañazos en el muslo. Llega

al hospital en coma. Durante horas entra y sale del coma. No sabén si es por una comocción

cerebral o por las drogas que le inyectaron. No hacen test de agresión sexual porque dicen

que ya ha padecido suficientes traumas. Entre las pruebas recogidas hay dos bellos púbicos que no

son de ella. Un experto en nudos descarta que ella misma haya podido atarse de esa forma. La siguiente

escalada es en abril de 1989. Si otros ataques fueron precedidos por cortes de la línea telefónica,

este viene precedido por roturas de ventanas y la lampra del porche de la casa. Inspirado por el

acoso de una mujer de Wichita en Kansas que denunció un acoso mediante cartas anónimas y que gracias a

una cámara oculta descubren que se las envía a ella, uno de los polis que investiga decide poner

una cámara oculta en casa del vecino. Pero la oculta tanto detrás de las plantas que las hojas

tapan el objetivo y no graba nada. El 25 de mayo Cindy desaparece y un par de semanas después la

encuentran muerta. La familia no está conforme con la conclusión de la policía por lo que se lleva a

cabo una coroner inquest, que es una investigación en la que se presentan las pruebas ante un jurado

donde se debatan con expertos y cada uno aporta sus conclusiones. La inquesta es como un juicio,

pero sin acusado. El objetivo es determinar la causa de la muerte y poder obtener conclusiones

para evitar una muerte similar a ésta en el futuro. Lo que concluyen es que no tienen ni idea de si Cindy

se mató a sí misma en lo que definen como un suicidio muy elaborado o si la mató otra persona.

Por tanto la conclusión es muerte debido a un evento desconocido. La versión oficial es que

fue un suicidio porque algunos de los investigadores que han pasado por el caso de Cindy a lo largo

de estos años han llegado a la conclusión de que ella era su propia acosadora. Por ejemplo,

cuando se incendía a su casa en la época en la que las hermanas desindividan con ella,

encontraron una ventana rota, que fue por donde en principio pensaron que entró la acosador,

pero la policía pruebo que los cristales de la ventana estaban por fuera, por tanto se

había roto desde dentro. En la época del segundo incendio, el de los seis fuegos en el baño,

la policía tenía sometida a Cindy a una vigilancia de 24 horas. Nos lo dijeron ni a ella ni a Ozzy,

y creen que es imposible que alguien entrará para encender el fuego. Cindy era la única que

estaba en casa. Además, en esta misma época tenían intervenido también el teléfono para

poder localizar llamadas entrantes. Cindy tenía una segunda línea de teléfono que no estaban

en el instinto telefónico y una de las llamadas que recibe Cindy es de esta segunda línea. Por

tanto, alguien llamó desde su casa. La vigilancia de 24 horas duró 25 días y no pudieron confirmar

que tuviera una acosador. Otra de las razones que reforzarían la hipótesis de que Cindy se hacía

esto a ella misma es que, tras su muerte, cuando su familia fue a vaciar su casa, encontraron unas

900 pastillas. Muchas de ellas las tenía recetadas desde 1983, antipsicóticos y antidepresivos.

Llegaron a la conclusión de que compraba las recetas pero no se las tomaba. Encontraron también

agujas y jeringuillas. Sin embargo, las pastillas que encuentran en su casa no coinciden con lo que

encuentran en su organismo cuando muere. La morfina no la tenía recetada, y aunque trabajaban en un

hospital donde hay morfina no es tan fácil llevársela porque está bajo llave, se saca con registro y

se cuadra con las cantidades recetadas. Para que tuviera morfina, debería haber dejado de

suministrarse las pacientes y acumularla en casa. Casi todo el mundo coincide en que si Cindy era su

propia acosadora, no lo hacía de forma consciente. Roy, el exmarido psiquiatrés, Cindy era partidario

de la teoría de la personalidad múltiple, como le llamaban. Dice que mientras estuvo casado con

ella observó que tenía varias personalidades y que muchas noches soñaba con manos grandes que las

fixaban y tenía pánico a la sofocación. Cindy había padecido una violación, fue uno de sus

hermanos. La disociación de la personalidad la llevaba a cabo precisamente para no recordar este

evento. Durante la inquest, queda claro que Cindy creció en una familia muy autoritaria. Sus

hermanas cuentan que su padre la castigaban el sótano. Ella se sentía terriblemente abandonada. Por

ejemplo, una vez sus padres se marcharon de vacaciones y los niños se quedaron con una niñera.

Cindy acabó ingresada en el hospital por una enfermedad y los padres decidieron no regresar

de sus vacaciones. Con disociación de la personalidad o no, autolesionarse podría ser una forma de

hacer ver a la gente lo mal que lo pase, el dolor que siente, aunque no pueda explicar la causa real.

Tras una infancia dura, Cindy se casa y descubre que su marido es igual que su padre y grita la

humilla, la golpea y le tira objetos a la cara. Este último lo contó en el trabajo para justificar

un moratón. La hipótesis de que Cindy era su propia cosadora por un trauma mal gestionado se

puede explicar gracias a la estadística que dice que los hombres en las mismas condiciones suelen

ejercer violencia contra otros mientras que las mujeres lo hacen contra sí mismas. A pesar de

lo que acabo de contar, también hay muchas pruebas de que no fue ella.

A lo largo de estos siete años de acoso, Cindy se sometió a tres polígrafos. En los dos primeros

los resultados no eran concluyentes pero tuvieron la sensación de que guardaba información. Sin

embargo, en el tercero, en el que le hicieron preguntas mucho más concretas, como por ejemplo,

ha sido tú la que ha hecho el ataque o sabes quién lo ha hecho, el resultado fue que no mentía.

Pero los polígrafos no son en absoluto una ciencia exacta y menos para alguien que podría

estar creyéndose sus propias mentiras o ser ajena a ellas. Hay otros indicios en contra de que Cindy

sea quien ha realizado el acoso porque ha recibido, por ejemplo, llamadas amenazadoras frente a otras

personas tanto en casa como en el trabajo. De hecho, algunas de estas llamadas las contestaron otras

personas como Pat McBride, que fue el primer policía que investigó, o Usikaban su detective privado.

Y recordemos que un hombre llamó al hospital preguntando por la seguridad de la planta en la

que estaba ingresada Cindy. Uno de las ataques, por ejemplo, ocurrió mientras jugaban en casa

las cartas en una época en la que Agnes y Tom vivían con ella. Sonó la alarma y cuando

fueron a mirar qué ocurría encontraron que a una ventana le habían quitado el cristal estando los

tres juntos. Pero no sólo Cindy y su familia habían oído ruidos extraños. Una vez, el inquilino del

sótano llamó a la policía porque oíó ruidos en casa de Cindy cuando ella no estaba. La familia

de Cindy no cree que se lo hiciera a sí misma. Ozzy tampoco lo cree. De hecho, ocho días antes de

que Cindy muriera se habían visto. Le pareció que ella estaba bien en buen estado mental y le prometió

que si volví a trabajar para ella, esta vez no se guardaría nada. En caso de que no fuera Cindy,

quién sería este misterioso agresor? Roy McPeace fue para muchos el más claro sospechoso porque

muchas personas del entorno de Cindy creen que Roy la maltrataba. Cuando estaba casada con Roy,

había llegado varias veces con la caramorada y casi siempre contaba que eran caídas o

golpes. Pero una vez reconoció que sólo había hecho Roy. Roy y Cindy se divorciaron porque

salía con otra mujer más joven que Cindy, quien ya era mucho más joven que Roy. Pero unos meses

después intentó volver con ella. Cindy le rechazó y creen que fue en esa misma época cuando empezó

el acoso. Ozzy, el investigador, siempre estuvo convencido de que era Roy, pero sólo era eso una

intuición porque nunca pudo demostrarlo. Podría estar completamente equivocado o que Roy fuera un

psicópata que disfrutaba torturando a Cindy y haciéndolo de un modo que pudiera parecer que era

ella misma la que se lo hacía, hasta el punto de acabar internada en un hospital psiquiátrico

y haciéndole perder el trabajo de su vida. La familia de Cindy también creía que se trataba

de Roy. El padre de Cindy se reunió con él armado con micrófonos ocultos para intentar

conseguir una confesión. No tuvo éxito ni tampoco Cindy y ya lo sabemos cuando se lo

preguntó por teléfono en una llamada que estaba siendo grabada, en la que Roy se enfado mucho y le

dijo que la próxima vez que se atreviera a señalarle, él la denunciaría. Roy por su parte

también había recibido llamadas amenazadoras. En el diario de Cindy hay muchas entradas en las

que cuenta la violencia a la que la sometía Roy durante su matrimonio y hay dos testigos,

dos ocasiones distintas, que le vieron pegarle una bofetada. Una de ellas es su hermana.

Sin embargo, Roy tenía acuartada para muchos de los ataques. ¿Contaría con algún ayudante

o habría contratado a alguien? Algunas personas creen que Cindy pudo tener un acosador que perfectamente

pudo ser Roy y a la vez fingir alguno de los ataques como el incendio de la bañera para que

la policía le hiciera caso. Hay otra hipótesis sobre quién pudo organizar este ataque a Cindy.

Es un poco loca, pero podrías llegar a creértela.

Tiene que ver con lo que contó Cindy durante su sesión de hipnosis. Vio a Roy junto a otro hombre

descuartizando a dos personas. La hipótesis es que este segundo hombre fuera el doctor James

también psiquiatrón poco mayor que Roy y que había sido su mentor. Este doctor daba

clases en la universidad y trabajaba en un hospital en el que trataba a los pacientes

con técnicas novedosas en aquella época, pero que con los años se demostraron inútiles para curar

como poco. En noviembre de 1989, unos meses después de la muerte de Cindy, detienen a

Tyhors tras varias denuncias de agresión sexual. La primera denuncia es de 1981,

en aquel momento Tyhors trabajaba en el mismo hospital que Cindy y que Roy. Esta teoría de

la mafia de psiquiatras defiende que las agresiones sexuales llevaban años ocurriendo. La primera

denuncia fue en 1981 y que lo que Cindy había narrado en su sesión de hipnosis podría haber

ocurrido durante un viaje a una isla llamada Gabriola a una casa que tenía Tyhors allí.

Este viaje fue en 1981, poco antes de que Cindy y Roy se separaran. A Tyhors le condenan por abusar

sexualmente de pacientes a lo largo de 22 años. Las drogaba, ataba y amordazaba para violarlas.

La pena es de cuatro años de cárcel. Tras su juicio, con los años averiguaron que algunas de

sus pacientes las llevaba a una cabaña que tenían una isla, era una especie de retiro. Lo malo

es que en esta zona hay incontables islas y parece que el acaso oficial de Tyhors en isla

Gabriola no es la que todos describen. Por otro lado, con estas terapias radicales a las que

sometía a sus pacientes, como el electroshock o la privación sensorial, lo que pretendía era

borrar memorias, hacer lavados de cerebro. Y hay rumores de que participó en un programa de

investigación de la tía. Los que defienden esta teoría creen que Cindy sabía muchas cosas, que

lo de la pareja descuartizada tirada por la borda de un barco es cierto y que en realidad Cindy se

enfrentaba a una red de psiquiatras que se tapaban unos a otros. Cuando tuvieron que tratarla

profesionalmente, la consideraban una enferma mental. No querían ayudarla sino volverla loca para

que nadie la creyera. El doctor Marcus, sin ir más lejos que es el que hace el primer informe para

la policía, había trabajado con James Tyhors. Tyhors y Roy, como hemos dicho, se conocían y

Cindy, cuando cambió su apellido, eligió James, que es el nombre del doctor Tyhors. Lo hizo para

dejar una pista. Roy murió en 2013 y negó hasta el último momento haber tenido nada que ver. Hay

quien sospecha de Agnes, quien sospecha de Ozy, de Pat McBride y como decía al principio este es el

misterio más comentado de Canadá y nadie ha llegado a una conclusión sobre lo que le ocurrió a

Cindy. Como siempre os recomiendo que sigáis Criminopatía en las redes, en Twitter, Instagram y

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Criminopatía es una serie producida por Podium Podcast, escrita dirigida y presentada por Clara

Tizcar. Diseño sonoro Pablo Sánchez, editora jefa Ana Rivera, editor creativo Eugenio Viñas,

producción ejecutiva Lourdes Moreno-Cazaya. Todos los episodios en PodiumPodcast.com y en todos los

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El 7 de octubre de 1982 Cindy James recibe una llamada anónima que dará paso a casi siete años de acoso y varios ataques.  

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